Los Bosques Petrificados son un testimonio naturalcon más de 150 millones de años.

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Hace millones de años, la geografía de la Patagonia Argentina no era como es ahora. Hubo un tiempo en que no existía la cordillera de Los Andes, por lo que los vientos del Océano Pacífico llegaban sin obstáculos a la zona, provocando un clima templado y húmedo. Densos bosques con árboles de gran tamaño, entre los que merecen destacarse los antiguos "parientes" de los pehuenes y las araucarias, crecían en esa región.

En una época estimada entre los 150 y 130 millones de años, durante el inicio del período Cretácico, múltiples erupciones volcánicas, que coincidieron con el levantamiento de la cordillera de Los Andes, sepultaron con ceniza vastas zonas del territorio patagónico. Muchos de los bosques vieron caer a sus árboles bajo el peso de la ceniza, comenzando una etapa de petrificación vegetal. Posteriormente, el viento y la lluvia dejaron al descubierto grandes sectores de este bosque petrificado, que en algunos casos han quedado con los troncos en pie.

Elevaciones de escasa altitud y de contextura basáltica, son las representantes de aquella actividad volcánica de tiempos pretéritos, que convirtieron a la región en lo que es hoy; un lugar árido y ventoso, con poca vegetación...casi desértico. . En esta extensa área de 10.000 Ha. No solamente se observan troncos petrificados. A pesar de ser casi un lugar desértico y muy ventoso, numerosas especies animales viven allí guanacos, zorros, zorrinos, pumas, maras, lagartijas, piches, ñandúes, choiques, águilas, martinetas, etc.
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Como testimonio de aquellos tiempos quedó el Monumento Natural Bosque Petrificado Jaramillo, en el norte de Santa Cruz, a 256 kilómetros de Puerto Deseado. El lugar es, literalmente, un bosque. Sus troncos de piedra, están derribados, pero sus raíces están en el mismo lugar en donde transcurrieron sus vidas.