'Los buenos vecinos'

'La buena gente' o 'El buen pueblo', son apelativos utilizados en la época medieval para hablar de esos seres feéricos como hadas, elfos o duendes. Personajes de leyenda, amados y temidos (sobre todo en la antigüedad) y que llenan historias sobre encantamientos y hechizos. La llegada de la era industrial terminó por expulsarles de nuestro lado, no en vano el hierro es su anatema, aunque siempre se mantuvo viva su presencia entre nosotros, a través de cuentos para niños o, por ejemplo,  con las famosas hadas de Cottingley en plena época victoriana. Y es que, cada cierto tiempo, volvemos la mirada a esas leyendas, buscando quizás la existencia de otra realidad tan fantástica e irreal que termine por devorar la nuestra, tan llena de grises y asfalto.

Los Buenos Vecinos, de Holly Black y Ted Naifeh, recupera ese mundo oculto para desmostranos que, aunque los años pasen, las leyendas siguen vivas.

Holly Black, autora de Las Crónicas de Spiderwick, es toda una veterana en lo que se refiere a narrar historias con seres fantásticos de por medio. Junto a Ted Naifeh, se embarca en Los Buenos Vecinos, historia que se centra en Rue Silver, en el instante en el que su madre desaparece y su padre es acusado de asesinato. Ambos hechos descubren que la madre de Rue Silver es una hada. Y ya sabemos que las hadas desaparecen si se rompe una promesa.

Durante más de ¡350! páginas, Black nos adentra en una realidad que apenas se vislumbra en las primeras viñetas, pero que se abre paso conforme avanza la trama. Con Rue Silver como excusa, iremos comprendiendo que ese universo irreal y fantástico, está mas cerca de lo que los humanos piensan.

Tres tomos son lo que dan forma a una trilogía publicada originalmente por Scholastic. En el primero de ellos, veremos como Rue Silver comprende quien es y acepta la nueva realidad que le rodea. Los dos restantes, son consecuencia del primero, con un cambio radical con respecto a la trama inicial; Donde antes teníamos una desaparición y asesinato, ahora tenemos la llegada de ese reino fantástico hasta la realidad de Rue Silver, terminando con el conflicto entre humanos y seres fantásticos.

Con un ritmo pausado, a veces demasiado lento, Black conjuga las leyendas sobre las hadas y su relación con los humanos, con una historia que se ancla en el presente, mostrando las ambiciones de las fantásticas criaturas sobre la tierra ahora habitada por el hombre. Con un guión marcando las pautas clásicas (protagonista que se enfrenta a un hecho extraordinario, para descubrir un camino iniciatico que le lleve a entender su origen y logre culminar una misión desconocida al inicio de la aventura), Los Buenos Vecinos va desgranando lo mejor y peor de la literatura de Black, en la que se permite distraer al lector con pequeñas tramas de nulo interés, pero con una idea central sólida y que engancha. La guionista tiene claro que el encanto de ese mundo fantástico, y su fuerte, está en mostrar de una forma más adulta el mundo feérico. Hay que dejar claro que Black no abusa ni se recrea en ese mundo fantástico, sino que consigue, dentro de la fantasía, hacer coherente su historia.

Aunque tenemos adolescentes y algún que otro romance, se aleja de productos como Crepúsculo, donde se distorsiona la imagen de los seres fantásticos y convertirlos en productos para adolescentes y poco más que marketing. Black intenta mostrar como es ese mundo prohibido a nuestros ojos y a sus habitantes, desde un punto de vista más adulto, aunque no hay que olvidar que el mayor éxito de la escritora es, justamente, Las Crónicas de Spiderwick, que está dirigido a un público infantil/juvenil. Queda a mitad de camino, sin las exageraciones hormonadas de la citada saga Crepúsculo o Crónicas Vampíricas, pero sin llegar a un Fábulas, por ejemplo.

Ted Naifeh (Polly y los Piratas), que enamora en la portada, consigue que el blanco y negro sea un aliado, aunque la historia parece demandar color en algunos momentos. Excelente en el trazo y acabado, parece bajar algo el nivel en el último de los tomos.

Los buenos vecinos es, sin duda, toda una sorpresa. Casi un imprescindible para los amantes de la literatura fantástica. Una buena compra para disfrutar en los días de vacaciones que se acercan con motivo de la Semana Santa.