Para redactar esta breve entrada me baso en las notas que terminé de redactar anoche mismo en el cuaderno de campo y en una preciosa fotografía que ilustra parcialmente el paisaje de la zona visitada. Ayer fuimos de excursión por los acantilados de Erillo, en la costa cántabra. La zona esta próxima a los únicos acantilados costeros españoles en los que anidan colonias de buitre leonado Gyps fulvus (Hablizl, 1783). Pudimos ver a estos majestuosos animales sobrevolar nuestras cabezas, a la vez que parejas de milanos negros Milvus migrans (Boddaert, 1783) y grupos de gaviotas patiamarillas Larus michahellis (Naumann, 1840) les incordiaban. La riqueza ornitológica de este pequeño enclave va mucho más allá de estas grandes aves, pero ahora toca comentar algo sobre la vegetación. Es una zona enormemente influenciada por las actividades ganaderas y forestales. La vegetación dominante es la de los prados de pasto, aunque también hay alguna pradera de siega, en general bordeadas de alambre de espino. En las zonas adyacentes hay un matorral bajo de tojos Ulex sp., helechos Pteridium aquilinum (L.) Kuhn, brezos, cardos, herbáceas, zarzas, zarzaparrillas, etc. Las especies arbóreas y arbustivas son encinas achaparradas, Quercus ilex (L.), pequeños sauces, Salix atrocinerea (Brot.), y sobre todo eucaliptales de Eucaliptus globulus (Labill.).
La menguante actividad ganadera extensiva facilita la conservación de esta pequeña joya ornitológica, esperemos que si no se decide proteger oficialmente al menos se frene la expansión de nuevas actividades económicas relacionadas con el turismo y la construcción residencial que la puedan poner en riesgo.
Un saludo