En Japón, como en España, los niños van a la escuela de 8 (o 9) de la mañana hasta las 3 o las 4 de la tarde. Después hay lo que se dice los "bukatsu", que no son nada más que las actividades extraescolares, por lo que la vida de los jovenzuelos nipones está ocupada como entrenamiento para su vida de salaryman.
Yo cuando era pequeño, salía de escuela, iba a casa, hacía los deberes, merendaba viendo la tele y eso antes de las siete de la tarde. Hoy en día, a esa hora es cuando los japoneses llegan a casa.
Seguramente muchos creerán que poniendo a sus hijos a hacer tantas cosas les servirá para su futuro. Craso error. Los volverá más imbéciles (en algunos casos, ya les viene de fábrica).
A modo de resumen...
Conocen gente nueva. Sabiendo como son los nipones, está será una de las pocas oportunidades "reales" de socializar. Pobrecitos.
Las madres podrán ver como su ego (para ellas orgullo materno) se infla hasta la altura del pico de Fujisan cuando tengan que hablar con otras madres.
Madre 1. ¡Mira! mi hija va a clase de música
Madre 2. Pues la mia, además, a francés.
Madre 1....
Los padres podrán fardar en la empresa como su hijo hace tantas cosas (por supuesto, será bueno en todo).
La sociedad ha pasado de una mayoría inculta con unos pocos especializados, a una sociedad borreja que sabe algo de todo pero no domina nada. ¡Y es que Mozart nació casi sabiendo tocar el piano!
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