Hoy en día es habitual que nos lleguen noticias, vídeos o imágenes por WhatsApp que denuncian o alaban determinados hechos y acciones, también se lanzan falsas alertas de atentados inminentes o peligros próximos. Lo que comúnmente se llaman bulos. El motivo puede ser una estrategia de comunicación para desgastar al rival político, para reforzar el discurso propio de algunos partidos políticos en todo el mundo o simplemente para disfrutar viendo como una mentira circula y se hace viral. El anonimato del autor que lanza el bulo desde WhatsApp lo convierte en una herramienta muy eficaz para este tipo de estrategias, sobre todo cuando detrás se busca un rédito político.
El mecanismo es sencillo, la persona que recibe la noticia de un contacto de confianza tiende a creérsela y la suele reenviar a una lista de difusión de sus propios contactos. En ese momento se acaba de convertir en un individuo muy especial ¡ Tiene una primicia y es de los primeros en comunicarla! Este sencillo mecanismo de recompensa hace que su cerebro le de la máxima credibilidad a la noticia porque la otra explicación es que es un tonto que difunde bulos y evidentemente la mejor opinión sobre nuestra persona la tenemos nosotros mismos.
Así pues en el momento en que se produce la difusión, el mensaje que transmite la noticia es archivado en nuestra consciencia como contenido relevante y cierto: objetivo conseguido por el creador del bulo.
Mi consejo sería, desconfiad por defecto de cualquier noticia, vídeo o imagen que llegue por WhatsApp y que no sea un enlace a un medio de comunicación de prestigio y podáis leer el contenido en el mismo medio. Todo lo que sea directo puede ser un bulo. Si es una noticia muy relevante o llamativa acudid a las portadas de los grandes digitales como El País, El Mundo, ABC y otros a ver si se hacen eco. También es una buena idea echar un vistazo a los Trending Topics de Twitter o hacer una búsqueda en Google con alguna palabra clave relacionada con la noticia. Si no aparece nada por ningún sitio pensarlo dos veces antes de reenviarlo.
Igual que nosotros archivamos en nuestro almacén mental el bulo reenviado como de máxima autoridad, nuestros contactos que lo reciben y se enteran de que es mentira también nos archivarán en una sección de su cerebro ... y no será en la gente influyente precisamente. Evitar perder prestigio ante tus compañeros de trabajo, amigos y contactos porque es casi imposible de recuperar.