Si pensamos en búnkeres de la II Guerra Mundial, instintivamente los primeros que se nos vienen a la cabeza son los de los soldados alemanes, y concretamente, los construidos por Hitler para refugiarse del conflicto bélico y desarrollar sus estrategias militares. El mismo en el que se suicidó.
Sin embargo, no son tan conocidos los lugares subterráneos de la antigua Unión Soviética, construidos por Stalin para los mismos cometidos que el dictador germano, pero con los que iría mucho más allá, pensando no solamente en él, si no en parte de la población de su país, llegando a crear una importante red de túneles bajo tierra.
La ciudad de Samara
Trasladémonos al año 1941. En plena II Guerra Mundial, las tropas de Hitler se acercan cada vez más a la zona oriental, situándose muy cerca de Moscú. Stalin, abandona la ciudad con su gobierno y decide trasladarse a la ciudad de Samara, a 1000 km de la capital soviética.
A pesar del pacto germano-soviético de 1939, Hitler, traiciona a Stalin y decide invadir la URSS, y aunque en esos momentos el ejército de Moscú (Ejército Rojo) se encontraba muy debilitado, Stalin, no se rinde y decide dirigir personalmente la guerra contra los alemanes.
Fue sanguinario e implacable y se le consideró el mejor político de la II Guerra Mundial, y conseguiría vencerlos en la Batalla de Stalingrado el 31 de enero de 1943 fecha en la que Alemania firmaría su rendición.
Una vez en la ciudad de Samara, punto estratégico de la región, Joseph Stalin comienza a construir lo que sería su bunker, diseñado por los ingenieros del metro de Moscú, donde se refugiaría con su gobierno en caso de perder contra Alemania.
Mapa del bunker en Samara
El bunker se encuentra a 37 metros bajo tierra, protegido por una capa de 3 metros, de hormigón, y puertas blindadas, que lo hacían tan seguro que apenas se hubiesen notado los bombardeos más terribles.
Mucho más seguro que el bunker donde se suicidó Hitler, de tan solo 16 metros de profundidad.
25000 metros cúbicos de tierra tuvieron que ser removidas para levantarlo. Está situado bajo el edificio donde tenía su sede el Partido Comunista y se accedía a través de él, y de una pequeña puerta.
Consta de varios pisos y está dotado de ascensores.
La existencia de esta construcción fue totalmente mantenida en secreto por la KGB hasta que desclasificaron los papeles en el año 1990, lo que fue toda una sorpresa para los habitantes de la ciudad y para los ciudadanos soviéticos en general.
La primera estancia que nos encontramos es el despacho del líder comunista, que se conserva intacto y es una copia del que tenía en el Kremlin, modesto, con un sofá y una mesa, podía alojar hasta 125 personas en su interior.
Este despacho cuenta con seis puertas de las cuales solo 2 de verdad.
Despacho de Stalin en le bunker de Samara
Además existe una gran sala de conferencias, con capacidad para unas 100 personas.
No está documentado que Stalin llegase a refugiarse allí, se supone que en caso de verse amenazado seriamente, dirigiría desde allí su ofensiva, en el bunker de la ciudad de Samara a orilla del Volga.
Como hemos mencionado, la existencia de esta construcción subterránea no se conoció hasta el año 1990, por lo que cabe preguntarse como los vecinos, no se enteraron de dichas excavaciones y de cómo se sacó en secreto tal cantidad de tierra a la superficie.
La falta de documentación, como ocurre en muchos casos históricos hace que las hipótesis se mezclen con las leyendas.
Desde que los obreros sacaban la tierra en mochilas, hasta que todos los operarios habían sido asesinados para evitar que delatasen el lugar. El caso es que a día de hoy no conocemos tampoco ningún superviviente que haya vivido la construcción del refugio.
Aunque este es unos de los búnkeres más conocidos de Stalin, en 1930, y paralelamente a la construcción de un estadio, en el subsuelo, se construía también otro bunker, que no deja de sorprender por el lujo de todas sus estancias. Nos situamos en la localidad de Izmailovo.
Volvemos a encontrarnos con unas paredes de grueso hormigón a salvo de cualquier ataque de bombas.
En este lugar si está documentado que fue ocupado por Stalin ya en el año 1941, desde donde manejaba sus estrategias.
El bunker se comunicaba por un túnel con el Kremlin y se llegaba allí directamente por el subsuelo. Stalin realizó ese recorrido varias veces.
Era un lugar pequeño, aunque suntuoso, con las cosas estrictamente necesarias, sala de reuniones, despacho de Stalin, sala de recreo, comedor.
La sala de conferencias, con una mesa en forma circular, contaba con una cúpula construida con un sistema de vasijas, que daban a la estancia una acústica especial, pues si hablabas bajo ella se producía un eco que hacía que la voz del que hablaba se oyese en toda la estancia como si hubiese micrófonos.
Sala de conferencias
Al igual que el de la ciudad de Samara, es visitable y se ha convertido en museo.
El proyecto Metro 2
En el momento que Stalin llega al poder en 1922 y se hace con Moscú, entre los planes más inmediatos del dictador, están los de modernizar la ciudad y convertirla en una de las más punteras de Europa.
Entre sus proyectos, el transporte, dotaría a la ciudad con uno de los metros más grandes de Europa, e inigualable en belleza.
Estación de metro en Moscú
Pero sus ideas iban más allá y mientras construía el sistema de transporte público, paralelamente se levantaban una serie de túneles, y estancias dotadas de metro, que unirían el Kremlin con una serie de búnkeres y oficinas secretas llamado Metro 2.
Mapa del Metro 2
Sin embargo, estamos hablando de algo que supuestamente es alto secreto y que muchos desmienten su existencia. Las autoridades ni afirman, ni desmienten.
Efectivamente nadie los ha visitado nunca, pues se dice también, que siguen siendo utilizados por el FSR, antiguo KGB en misiones secretas.
Podría contener incluso antiguas fosas o cámaras de tortura que no interesaría que se descubriesen.
El caso, es que se trataría de una red de túneles, que se encuentra a 200m de profundidad y a la que se accedería por determinadas estacionas del metro normal, y por otras entradas secretas, y llevaría directamente y por una ruta alternativa, hacia el Kremlin, el aeropuerto, a los cuarteles generales o a la ciudad de Ramenki, supuesta ciudad subterránea creada para poder vivir en condiciones de superficie extremas, y en la que podrían entrar unas 15000 personas, que vivirían con autonomía durante unos 90 días. Contaba con piscinas y salas de cine, además de todo tipo de comodidades.
Todo esto habría sido levantado para refugiarse una hipotética guerra nuclear.
En 1994 investigadores afirman haber encontrado las entradas a dichos túneles, y en 2006, mientras se realizaban unas obras en el Hotel Rossiya, encontraron una red de túneles que contenían almacenes para alimentos y varios generadores para producir electricidad.
Bunker encontrado durante las excavaciones del hotel
Realmente intentar penetrar en esa parte del subsuelo, o investigar conlleva su peligro ya que está fuertemente guardado y penado por las autoridades lo que nos hace pensar en que la existencia de este gran proyecto es veraz.
En 1992 se publicó un libro escrito por VladimirGonik, llamado Preidpodnyaya (el mundo interior) una novela basada en 25 años de investigación bajo el subsuelo de Moscú, lo que provocó una desagradable reunión con la KGB para preguntarle de donde había sacado tal información.
En 2008 una trabajadora del metro, confesó a una conocida revista rusa, que había participado en un proceso de selección para trabajar en ese metro alternativo, al que se habían presentado muchos trabajadores pero solo uno había sido elegido.
Esa misma revista entrevistó a un antiguo agente doble de la KGB, e inglés, que afirmó desde su exilio en Inglaterra, que el metro 2 era el mayor secreto jamás guardado que no había sido descubierto, y que había montadas ciudades enteras y armamento masivo.
Años después en plena guerra fría, y con amenaza nuclear, debajo de un edificio normal, que podía pasar desapercibido, Joseph Stalin decide construir un bunker militar secreto, corría el año 1952.
Se accede a él a través del edificio, y está dotado de ascensores muy modernos para su época, que bajaban a unos 60m bajo tierra.
Cuenta con cuatro bloques, conectados por túneles. Fue llamado el G042, y estaba equipado con centralitas, radios y todo tipo de equipos.
Fue el centro de mando para la guerra de los misiles en Cuba.
En 1962, se mandó desde allí el mensaje a las tropas de la URSS para que se retirasen, evitando así entrar en guerra con los EEUU.
Lo curioso de este bunker, que tenía las paredes recubiertas de planchas de metal, está al mismo nivel que el metro, de hecho se puede escuchar desde dentro, aunque no se puede ver dado que está aislado, nadie se imaginaría al pasar por esas estaciones que se escondía toda una red subterránea a pocos metros.
Si todos estos búnkeres se pueden visitar, y pasaron muchos años hasta que se descubrió su existencia, debemos pensar que quizás queden aún muchos por salir a la luz, vestigios de un mundo entre guerras, y de un pasado cargado de historia.