Revista Ciclismo

Los calambres, eterno problema que preocupa a los ciclista, pero ¿qué lo provoca? y ¿cómo evitarlos?

Por Rafael @merkabici

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Uno de los principales problemas que más llama la atención de los ciclistas es lo relacionado con los calambres, y si bien es un complicación relacionada con la hidratación también hay muchos otros factores que se ven involucrados (de los cuales no todos son de la entera satisfacción de todos los deportistas).

Ahora bien, la incógnita de cómo actuar ante esta complicación siempre surge previo a la participación en alguna competición o marcha; problema que más inquieta a todos aquellos que son propensos y que basarán su estrategia a la constante rehidratación además de un abundante consumo de plátanos (como si esta fuera una cura milagrosa que te prevendrá de dicha complicación).

Lamentablemente, hay muchas personas que a pesar de mantener una eficiente hidratación y manejar una buena alimentación siguen siendo propensos a los calambres; lo que al final te llevará a pensar que el motivo de los calambres se vincula a otras muchas complicaciones.

Al final, después de mucho reflexionar, notará que son muchas las causas de los calambres (un tema que después de un frío análisis se convierte en algo complicado y difícil de asimilar a genéricas respuestas), aunque al final la suma de factores aunado a la perdida de electrólitos crean la fórmula perfecta que te harán sentir esas contracciones involuntarias, dolorosas e incomodas.

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Así, tal vez algunas de las causas que forma el coctel perfecto que son la causa de los calambres se vinculan a:

La deshidratación provocada por una sudoración excesiva o a la mala planificación para la correcta reposición de líquidos (previo, durante y después de una intensa prueba o entrenamiento); aunado a un mal programa nutrimental (también previo, durante y posterior a un entrenamiento o prueba); otro factor vinculado a los calambres pueden ser el estar atrancado (con un abuso de desarrollo y con baja cadencia), o también el alcanzar un ritmo mucho más elevado para lo que te has entrenado (sobrepasando en muchos periodos y en largo tiempo tu umbral anaeróbico).

Además de realizar medidas que son inapropiadas al montar en bicicleta; estar expuesto a medicamentos o haber participado en algún tipo de tratamiento recientemente; hacer uso de cremas calentadores durante días que no era propio su uso; y por último el exceso de estrés y la falta del descaso adecuado previos a una marcha o competición.

La deshidratación, una de las principales causas que pueden producir calambres

Con lo cual, analizando cada una de las posibles causas de los calambres, la deshidratación con la respectiva pérdida de electrólitos encabezan las teorías con relación al que surjan los calambres, todo relacionado a la pérdida de sales y minerales que se llegan a producir por la intensa sudoración. Y es que hay que recordar que al perder electrólitos (tales como potasio, sodio y calcio) puede generar cierta alteración con relación a la transmisión nerviosa.

En particular, este tipo de calambres se ven más vinculados para los que practican o participan en pruebas de larga duración, donde la resistencia física y las condiciones ambientales suelen subir drásticamente. Además, si tú eres de los que prefieren consumir cafeína (en gran variedad de productos que te brindan un impulso) como un pequeño estimulante de seguro te verás acorralado por esta problemática (recordando que la cafeína es diurética y estimula al riñón).

Mala planificación nutrimental

Con relación a una mala planificación nutrimental, si bien es cierto que hay veces abusamos en prestar gran interés en la ingesta de carbohidratos para el apropiado rendimiento en la bicicleta, suele salirse del radar el consumo de alimentos ricos en minerales y vitaminas (tales como las frutas y verduras). Además ante la búsqueda de almacenamiento de grandes cantidades de glucógeno también es necesario el considerar un mayor consumo de productos ricos en potación, al igual de disponer de una vasta ingesta de agua (par de elementos que son de suma importancia para ayudar con el mejor almacenamiento del glucógeno en músculos).

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Desarrollo excesivo y falta de cadencia también puede producir calambres

Si bien puedes llegar a una prueba o marcha con un desarrollo de entrenamiento aceptable, si no has alcanzado una buena cadencia puedes enfrentarte a la complicación de los calambres. Y es que si tienes un desarrollo superior a lo recomendado (o atrancado) y no has refinado el entrenamiento, las fibras blancas (de naturaleza anaeróbica) que se ven vinculadas a la cadencia no tendrán la adecuada concentración de ácido láctico y no generan el debido consumo de glucógeno para los músculos (que debe ser superior a lo habitual para evitar los calambres).

Un ritmo de pedaleo superior a tu punto establecido puede generar calambres

Con respecto al montar a un ritmo superior a lo entrenado, significa que aunque hayas tenido una gran planificación de entrenamiento no se traduce a que puedas pedalear a cualquier ritmo. Aquí es adecuado el identifica cual sería tu lugar dentro del pelotón, ya que si no identificar con sinceridad cuál es tu posición, al final de cuenta tanto tus piernas así como la carretera te ubicarán en el correcto sitio.

Recordando que si das mucho más de lo que tienes, en resumidas cuentas te verá forzado a superar tu desarrollo y por lógica sobrepasarás tu umbral anaeróbico en repetidas ocasiones; como resultado, te sobrecargarás de ácido láctico en los músculos y caerás en la complicación de los calambres.

Una mala planificación de entrenamiento

Por el contrario con un entrenamiento inadecuado, sin haber planificado todo lo relacionado con la fortaleza (realizando ejercicios de resistencia) no habrás entrenado a tus músculos para soportar la fatiga que se produce al aplicar mucha fuerza sobre largos periodos de tiempo.

Malas costumbres en entrenamiento

Al llegar a las medidas inapropiadas en tu entrenamiento al montar en bicicleta, se encuentra vinculado a la mala selección de la talla e inadecuado ajuste de la bicicleta (provocando tensión en ciertas zonas musculares que no necesariamente se vinculan al modo de pedaleo); tan sencillo como el que no ajustes a la perfección el alto del sillín te podría provocar problemas en áreas como la sección isquiotibial (debido a un excesos con los estiramientos), o bien un mal ajuste y colocación de las calas bien pueden generar calambres relacionados con el pie (la planta, gemelos e incluso llegando hasta los cuádriceps).

Si te encontraste en tratamiento médico también puedes sufrir calambres

En referencia a un tratamiento médico, si padeces o padeciste alguna enfermedad y no tuviste otro remedio que hacer uso de la ingesta de medicamento para la adecuada recuperación poco podrás hacer; y es que en particular algunos antiinflamatorios y antibiótico pueden dificultar la mejor asimilación de sales y minerales (elemento esenciales para la contracción muscular), y a pesar de una buen plan nutrimental y de entrenamiento inevitablemente podría sufrir de calambres (por lo cual no te desespera, recupérate y vuelve a tu ritmo habitual).

El mal empleo de cremas calentadoras

En relación con las cremas calentadoras, cuantas veces cuando ya te encuentras preparado para una marcha, por ir de prisa, lo primero que te viene a la mente como solución para calentar el músculo es hacer uso de una crema calentadora (una mala decisión si no se toma en cuenta la prueba y las condiciones ambientales).

Toma en consideración que para eventos de corta duración (dónde la deshidratación no es el principal factor) pudiera ser la solución adecuada; sin embargo, en pruebas de media y larga duración (sobre todo en condiciones de intenso calor) se llega a producir una excesiva  sudoración y una desagradable sensación en la zona donde has aplicado y masajeado con la crema, con lo cual también se podrían producir calambres.

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El agotamiento físico y concentración de estrés pueden producir calambres

Finalmente, si te encuentras ante una alta concentración de estrés (físico o sicológico –este último vinculado con aspectos la vida diaria-) y no das a tu cuerpo el adecuado descanso se presenta una reacción negativa en los músculos, lo que al final repercute en tensión; incluso, si eres de los obsesivo que plantean una recorrido previo a un evento también podría ayudar a incrementar la tensión.

Algunos detalles más sobre los calambres

Para rematar, y aunque puede ser algo de sentido común para la mayoría de deportista, cabe recordar que la falta de un calentamiento previo (principalmente en evento sumamente explosivos) se llega a repercutir en una reacción negativa en relación a la reacción muscular (ya que además de calambres se pueden provocar lesiones y sobrecargas). De igual forma, si no realizar una vuelta para el adecuado enfriamiento, esto también puede repercutir en la producción de calambres que surgen después de terminar el evento.

Además, los estiramientos también te pueden ayudar a prevenir los calambres; retomando que un músculo relajado previo a una prueba puede presentar una mejor recuperación y asimilación, tomando en cuenta que los niveles del cortisol se encontraran menos presentes en los músculos  que son relajados por el intenso esfuerzo.

Recuerda que este artículo tiene como base los consejos de Chema Arguedas y su sitio web Planifica tus Pedaladas.

Imágenes de tumblr.com


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