Por: Yohan González
Una muy pero muy escueta nota en el Granma –tan solo 115 palabras-, reproducida en medios también oficiales como Juventud Rebelde y Cubadebate, ha anunciado el que quizás podría catalogarse como el primer gran cambio en la prensa cubana tras el último Congreso de la UPEC. En resumidas cuentas, tres movimientos, aprobados por el Buró Político del Comité Central del Partido, anuncian que: Lázaro Barredo deja de ser director del Granma, Pelayo Terry lo sustituye y Marina Menéndez lo sustituye en Juventud Rebelde.
Aunque al día aún le faltan horas de vida, la designación de un nuevo director en Granma es quizás la noticia del día en Cuba y uno de los temas de discusión y debate no solo en las redes sino también entre algunos cubanos offline. La mayoría de los comentarios, al menos los que podido encontrar, van dirigidos hacia dos vertientes:
- Lo que podemos esperar con la designación del hasta ayer director de Juventud Rebelde como director del Granma.
- Las teorías conspirativas sobre la razón de la salida de Lázaro Barredo.
Pelayo Terry, el nuevo “capitán” del Granma
El pasado 4 de octubre, en su edición impresa, el Diario Granma anunciaba que con motivo de su 48 aniversario comenzaba a implementar cambios. Al leer aquella escueta oración, ubicada en la zona final de su primera página, me podía esperar cambios palpables y evidentes en el Granma. Curioso y a la vez chistoso fue notar que el cambio fue minúsculo y quizás hasta poco notable: cambio la tipografía, y esto solo lo pude notar consultando la edición del 3 de octubre.
Pero hoy, Granma o “Abuelita” como cariñosamente le dicen algunos colegas, inaugura nuevo director y quizás, dicen algunos, nuevas ideas.
Algunos comentaristas en Cubadebate, el único espacio que hasta este minuto ha acumulado la mayor y más disímil cantidad de comentarios sobre la noticia, han expresado sus expectativas con este nuevo “lavado de cara” de la abuela. Un comentario en particular me llamó la atención:
Es muy bueno que se renueven periódicamente los dirigentes en todas las esferas de la vida de nuestro país, pero en particular los medios de difusión masiva hace mucho tiempo que debieron ser cambiados, si de verdad se quiere una nueva línea editorial, que modifique la política de los principales periódicos dándole más credibilidad, actualidad y participación de sus lectores. Confiemos que los nuevos directores, a pesar de proceder de los mismos medios y durante muchos años haber mantenido en su trayectoria esa línea de triunfalismo, secretismo, falta de crítica, etc., puedan imprimir un giro radical y convertir a esos medios en lo que siempre debieron ser: los fieles representantes del sentir de su pueblo y defensores de sus más caros intereses
Andrés Dovale Borjas
De igual manera otros comentaristas llaman la atención sobre el estado de la edición digital del Granma, atascada en quizás 8 o diez años de historia de avances en el diseño y manejo de sitios web.
Sobre el Caso Barredo, bueno las teorías son disímiles y muy diversas, desde las versiones de la gente en la calle hasta las teorías de medios con posiciones antioficiales.
Aunque si cabría destacar que la eufemística frase de “liberación por renovación”, dice poco y a la vez esconde mucho,y más cuando vivimos en tiempos de anunciadas luchas contra el secretismo.
Según la Real Academia de la Lengua Española, renovación viene de la acción y el efecto de renovar, que a su vez significa, entre otras aplicaciones: “Sustituir una cosa vieja, o que ya ha servido, por otra nueva de la misma clase”. A buen entendedor pocas palabras.
Dicen que esta mañana comenzó una nueva etapa para Granma. Pero hoy, peor que ayer, somos más quienes aspiramos a que este diario apueste por una renovación total y creíble y no simples cambios en la tipografía ni lavados de cara solo con agua.
El cambio más evidente y más palpable que podremos ver será el día en que nos levantemos una mañana y nos encontremos que abuelita cambió definitivamente de guardarropa y tiró a la calle el viejo y aburrido armario lleno de triunfalismos, consignas y dibujos de una sociedad que para nada es la Cuba de todos los días.
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