Mucho se ha hablado en estos días de los Cañaris, un pueblo indígena que habita en el distrito de Kañaris, en la provincia de Ferreñafe, cuyo idioma es el quechua Inkawasi-Cañaris, el cual aún es hablado por la mayoría de la población. El reciente conflicto con la minera canadiense Candente Copper ha puesto otra vez en el tapete la forma cómo se gestionan los conflictos, los límites que aún tiene el Estado y sobre todo la visión subvalorativa que sobre la ciudadanía indígena y rural persiste en funcionarios del Estado, la cual es amplificada por algunos medios de comunicación y oficiosos voceros de la industria minera, quienes hasta los derechos colectivos de los pueblos indígenas han puesto en discusión, al sugerir que si un pueblo no estuviera en la aún no publicada Base de datos del Viceministerio de Interculturalidad, no tendría derecho a la Ley de consulta previa, olvidando que la base de datos es un registro y no es constitutiva de derechos y omitiendo además lo que el propio reglamento de la Ley de consulta señala en su definición de pueblo indígena:
“Pueblo que desciende de poblaciones que habitaban en el país en la época de la colonización y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conserven todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas; y que, al mismo tiempo, se auto reconozca como tal. Los criterios establecidos en el artículo 7º de la Ley deben ser interpretados en el marco de lo señalado en artículo 1 del Convenio 169 de la OIT. La población que vive organizada en comunidades campesinas y comunidades nativas podrá ser identificada como pueblos indígenas, o parte de ellos, conforme a dichos criterios. Las denominaciones empleadas para designar a los pueblos indígenas no alteran su naturaleza, ni sus derechos colectivos.” (1)
Hasta donde sabemos, los Cañaris estaban ahí antes de la Colonia. Son originarios del territorio que ahora corresponde al Ecuador, dicen, aunque no hay total acuerdo entre los historiadores sobre la trayectoria de su traslado a lo que ahora es el Perú, pues algunos, como el cronista Garcilaso de la Vega, señalan que fueron emigrantes privilegiados y que existió entre ellos y los incas acuerdos políticos culturales, mientras otros, como Waldemar Espinosa Soriano, cuentan que fueron traídos como mitimaes de castigo por oponerse al dominio inca. (2) Pero el origen primigenio, según una leyenda, tiene que ver con el agua. La leyenda cuenta que luego de un gran diluvio desapareció la humanidad, quedando sólo dos hermanos, quienes se refugiaron en una cueva en lo alto del cerro llamado Huacayñan y mientras salieron a buscar alimentos, al regresar encontraron comida recién preparada para servirse. Descubrieron que quienes la preparaban eran unas guacamayas. Logrando atrapar a una de ellas, uno de los hermanos la tomó como esposa y así empezó la gran nación cañarí. De agua también habla otro mito que recoge Gamonal y Moscoso en el caserío el Chorro en Cañaris. Cuenta el relato que Ninamasha, quien se encargaba de generar el fuego para el rozo de la chacra, se fue haciendo malo y empezó y empezó a pedir mujeres como pago. Vino entonces Pachacamac, haciéndose pasar por mujer. Cuando Nina Masha intentó violarla, ésta le dio un puntapié que lo hizo caer por la quebrada Paltic, modificando su cauce para que caiga como un gran chorro sobre Ninamasha y le impida levantarse. Ninamasha permanece ahí hasta ahora, pero no ha muerto. “Tal vez si el chorro se secara Ninamasha podría revivir”, dice la leyenda. (3) Otras tradiciones de los Cañaris son el culto a la Yacu mama, la madre de las aguas, que se realizaba hace mucho tiempo , así como los pagapus a Qasayrumi, dios de la lluvia, para impedir que escasee la lluvia.
Como podemos ver en este rápido paneo sobre los mitos Cañaris, el agua es un elemento central para este pueblo, como para muchos pueblos que viven de la agricultura principalmente y temen que, debido a la minería, se ponga en riesgo su vida y el futuro de sus hijos e hijas. Ese temor está detrás de muchas de las movilizaciones, protestas y negativas de que se inicien actividades mineras en zonas rurales, en donde la disputa por el recurso agua es innegable. Los hombres y las mujeres que se oponen temen que cambie su ecosistema, que las cabeceras de cuenca se contaminen con los químicos que pueden filtrarse de la actividad minera, que sus bosques de neblina se hagan humo y que una mayor pobreza se asiente en sus territorios de por si olvidados por los distintos gobiernos, por los siglos de los siglos.
Entonces, cuando la población, como es el caso de las comunidades de Kañaris y Marayhuaca, Incahuasi, o un sector de ella empieza a exigir que se le escuche, a manifestarse en contra de un proyecto del cual no cuenta con toda la información o por lo que podría significar para sus vidas, y lo rechaza en consultas – como la realizada en San Juan de Kañaris el 30 de setiembre 2012, en la que 97% de dijo que NO a la posibilidad de explotación minera en su zona – o exige que se reciba a sus portavoces, viajando incluso a Lima, para explicar sus motivaciones a los representantes del Estado sin ningún resultado, e inicia un paro, se levantan otra vez las mismas voces acusándolos de terrorismo, de radicales o sugiriendo que quienes protestan, en donde encontramos muchas mujeres, cabe señalar, son personas sin capacidad de discernimiento que siguen a un líder como si de ovejas se tratara.
Sin embargo, recién en medio del escalonamiento del conflicto, que lamentablemente tuvo la misma respuesta represiva de siempre y ya dejó varias personas heridas de bala, nos enteramos que la empresa no había cumplido con los compromisos asumidos con las comunidades, como honestamente lo declaró el gerente de exploraciones del proyecto Cañariaco, quien manifestó que debido a cambios de colaboradores entre el 2004 y el 2008, no se ejecutaron programas sociales asumidos por la empresa, señalando que estas responsabilidades ya han sido retomadas. (4) ¿Por qué han esperado 5 años y que el conflicto crezca para reconocer que no han cumplido y anunciar que tomarán medidas?
Mientras tanto otra funcionaria, la directora ejecutiva Joanne Freeze, Directora Ejecutiva de Candente Copper, nos habla de cumplimientos y proyectos desarrollados por la empresa en el programa La hora N de Jaime Althaus, (5) quien fiel a su estilo de atacar cualquier acción, persona o grupo humano que se oponga a la sacrosanta actividad extractiva, dice con indignación “estoy viendo que hay toda una organización de grupos donde están las rondas, hay un jefe de las rondas campesinas de la zona, hay un emerretista, también hay gente de Patria Roja, de Tierra y Libertad,” colocando a todas estas agrupaciones como si fueran lo mismo, e intentando sorprender así a un público poco informado de las dinámicas regionales. En respuesta, la funcionaria minera, mostrando una revista, dice “sentenciado por terrorismo” (6), refiriéndose a un dirigente, sin tomar en cuenta que ya ha cumplido su condena y por lo tanto tiene recuperados sus derechos y que, en todo caso, si es que estaba cometiendo un delito, debía ser denunciado con pruebas como se espera en un Estado de derecho.
Que es difícil que haya alguna afectación en el momento de la exploración, dice el entrevistador en el programa citado, afirmando que es un prejuicio político, a lo que la funcionaria empresarial asiente como para no dejar duda. Nos preguntamos si es totalmente cierto que no existe para nada el riesgo de contaminación de las quebradas, los ríos, las aguas subterráneas, aunque sean de poca magnitud cuando se perfora para terminar el estudio de factibilidad. Nos preguntamos si los hombres y las mujeres de las comunidades han tenido toda la información requerida sobre las implicancias del programa de perforación. Y finalmente, nos preguntamos si se ha hablado con las mujeres, que están en primera fila en las manifestaciones con sus trajes multicolores y su palo en mano. ¿Saben los funcionarios, los periodistas lo que ellas temen y plantean? Hay que mencionar que generalmente son las mujeres las que sufren un mayor impacto social cuando aparece la posibilidad de explorar o explotar, pues saben que se modificarán sus patrones de vida, su paisaje, que probablemente la tierra quedará afectada, que ya no tendrán las mismas posibilidades de cultivar, criar sus animales, que los hombres se irán a trabajar en la mina aunque sea temporalmente, quedando ellas a cargo de las labores que ellos tenían y en muchos casos, con la llegada de hombres de fuera a las localidades, emerge o se incrementa la violencia.
Por esta falta de comprensión, por esa mirada que considera a los otros y especialmente a las otras como inferiores, sin razonamiento, es que no logran entender que mientras ellas están luchando para que el agua no se seque y que Ninamasha no reviva y lo queme todo, se les ocurre acciones como las del Ministerio de Energía y Minas, que no encontró mejor manera de contentar a las mujeres que donarles cocinas de gas con sus respectivos balones (7), que, esperemos, por lo menos incluya el monto mensual para la compra del balón y para el traslado a sus casas, pues se trata de comunidades en extrema pobreza.
Por Rosa Montalvo Reinoso
Notas:
(1) Reglamento de la Ley Nº 29785, Ley del Derecho a la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas u Originarios reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), DECRETO SUPREMO Nº 001-2012-MC, Artículo 3o: Definiciones, Inciso k) Pueblo indígena u originario, Normas legales, El Peruano, 3 de abril del 2012.
(2) Teodoro M. Rodríguez, “Tras las huellas de los Cañaris”, Revista Cuenca, Noviembre del 2011. http://www.revistacuenca.com/articulo.aspx?id=355
(3) Pedro Alva Mariñas, “Pachacamac en las cercanías de Lambayeque”, Utopía Norteña, Revista de la Facultad de Ciencias Histórico Sociales y Educación, Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, No 2, Febrero del 2012. http://portal.fachse.edu.pe/sites/default/files/UN2-Alva.pdf
(4) “Enfrentamiento por proyecto Cañariaco dejó dos heridos graves”, La República, 26 de enero de 2013. http://www.larepublica.pe/26-01-2013/enfrentamiento-por-proyecto-canaria...
(5) Joanne Freeze (CEO de Candente Copper y Cañariaco Cooper), La Hora N, Canal N, diciembre del 2012. http://www.youtube.com/watch?v=59X0inGDwvg
(6) En sintonía con este tipo de acusaciones están las declaraciones del viceministro de Energía y Minas, quien considera que “algunos líderes de las movilizaciones son terroristas”, aseverando que “contra esa gente radical, no hay diálogo que valga”. Ver nota de Jorge Paucar Albino, La Mula, 22 de enero del 2013. http://lamula.pe/2013/01/22/viceministro-minas-esa-gente-radical-no-dial...
(7) “MEM: empieza empadronamiento para entrega gratuita de 4,500 cocinas a gas en Cañaris”, Andina, Agencia peruana de noticias, 27 de enero del 2013.http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-mem-empieza-empadronamiento-par...
Revista En Femenino
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