Los carteles del Che. Sus expresiones artísticas y comunicativas
Por Reinaldo Morales Campos *
En las representaciones gráficas del Che mostradas en carteles aportados por artistas de las artes plásticas y diseñadores cubanos, se han plasmados expresiones artísticas y comunicativas que confirman como en los momentos actuales de globalización neoliberal, su ejemplo adquiere cada vez más vigencia y se afianza como símbolo imperecedero de las causas justas de los pueblos oprimidos en el mundo.
Si bien el emblemático fotógrafo cubano Alberto Korda (1928-2001) cuando oprimió el obturador de su cámara durante el acto de despedida de duelo de las víctimas del sabotaje fraguado por la Agencia Central de Inteligencias (CIA) al vapor francés “La Coubre”, el 5 de marzo de 1960 en el puerto de La Habana, no imaginó que estaba tomando la foto que se convertiría en la más reproducida en diversos soportes de las artes visuales, lo cierto es que en la configuración obtenida de su rostro -en particular en su mirada- logró obtener la prodigiosa representación de la imagen del Guerrillero Heroico que después de su caída en Bolivia el 8 de octubre de 1967, se convirtió en símbolo de inspiración de su vida y de la obra que defendió hasta los últimos minutos de su existencia, a favor de los pueblos de África, Asia y América Latina en sus luchas por la conquista de sus efectivas independencias. Su Patria fue la Humanidad.
Foto Alberto Korda, 1960. Alfredo Rostgaard y Lázaro Abreu, OSPAAAL, 1967
Entre los primeros carteles que evidenciaron la anticipada revelación de la imagen del “Guerrillero Heroico” se puede evocar el impreso, antes de ocurrir su muerte, por la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL), el 16 de abril de 1967, conteniendo tres fotos que habían sido tomadas durante su misión internacionalista en el Congo. Ese ejemplar, con la concepción artística de Alfredo Rostgaard y la realización grafica de Lázaro Abreu Padrón, al que se le insertó la frase “Crear dos, tres… muchos Viet Nam” en los idiomas español, inglés y francés y con una tirada que alcanzó 70 mil copias, fue repartido a todos los países del mundo junto con un folleto que contenía el texto integro del mensaje del Che a la Tricontinental.
Otros de los realizados – y el primero en que se reflejó la temática del “Guerrillero Heroico”- lo constituyó el portador del mensaje “Che: la juventud entonará los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y gritos de victoria”. Hasta la Victoria Siempre”. Ese cartel, diseñado por Mario Sandoval y editado por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), fue el primero que se imprimió al confirmarse su muerte en tierras bolivianas. Su colocación, durante la jornada luctuosa decretada por el Gobierno Revolucionario Cubano en la que se informó oficialmente su muerte, por su inmediatez y eficacia testimonial desempeñó una importante función comunicativa.
La devenida imagen inmortalizada del Che captada por el fotógrafo Alberto Korda, en aquel lamentable momento se empleó durante la velada solemne del 18 de octubre de 1967 como foto-mural desplegada a todo tamaño en la fachada principal de la sede del Ministerio de Interior, y posteriormente, tras ser utilizada con diversas recurrencias gráficas en ese propio lugar durante los actos públicos y concentraciones populares organizados en la Plaza de la Revolución, pasó a ocupar un espacio permanente erigida en hierro forjado, delineada con contornos precisos que demarcan una corpulenta expresividad comunicativa.
Mario Sandoval, UJC, 1967
José Gómez Fresquet, CNC, 1967
Posteriormente, esa foto fue empleada por primera vez en un cartel con el texto “Hasta la Victoria Siempre” magistralmente esbozado por José Gómez Fresquet (Fremez), para el Consejo Nacional de Cultura (CNC), y fue simultáneamente reproducida similar a un cartel, en blanco y negro, sin texto pasando a formar parte de la decoración de hogares y en fachadas e interiores de escuelas y edificios públicos. Y comenzó a difundirse en diversos países del mundo exponiendo su mensaje de libertad, de la ocupación de los verdaderos problemas del hombre, del derecho de éste a luchar por tener solucionadas sus necesidades, de la existencia de una sociedad sin la explotación del hombre por el hombre, la desigualdad social y el sometimiento de un país sobre otro.
Por otra parte, las marcadas influencias de la vanguardia artística de la pintura manifestadas en la grafica de los años sesenta, posibilitaron que, a partir del primer año de la conmemoración de la muerte del Che se vislumbraran carteles en los que, además de la fotografía testimonial, sustentaran también diseños efectos ópticos y cinéticos, alusiones simbólicas, metáforas visuales, intensidades cromáticas y otras derivaciones de atrayentes configuraciones y efectiva visualización comunicativa. Afamados pintores cubanos -como Raúl Martínez González y Umberto Peña- y diseñadores gráficos de enraizada formación pictórica, entre los cuales estuvieron René Mederos y Antonio Fernández Reboiro, contribuyeron con diseños de carteles con interpretaciones personales del art pop.
Así, de los realizados en 1968 con tales atributos se pueden evocar el esbozado por Helena Serrano para la OSPAAAL -el primero de esa Organización, después de conocida su muerte, en el que utilizó la famosa foto de Alberto Korda con la imagen del Che, en una sucesión de planos con una secuencia imaginativa que, brotando del centro hacia al exterior, hace alusión simbólica a que su imagen se multiplicaba, que revivía, mostrándolo como un ser viviente, que no había muerto y que se agigantaba a través del tiempo. De significativa belleza y singularidad artística, el de Antonio “ÑIKO” Pérez González, del equipo de diseñadores de la Comisión de Orientación Revolucionaria (COR), con la imagen repetitiva en diferentes posiciones, a dos colores (negro y naranja) de alusiva interpretación simbólica. También el de colores planos de marcada intensidad cromática creado por Alfredo Rostgaard para el estreno del documental del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), “Hasta la Victoria Siempre”, del laureado realizador Santiago Álvarez.
Sucesivamente en esos años de las décadas del sesenta y setenta se sucedieron otros atractivos y eficaces aportes de carteles que germinaron de las creaciones artísticas de Jesús Forjans, Félix Beltrán, Gladys Acosta, Luis Balaguer, Eladio Rivadulla, José Papiol, Olivio Martínez Viera, Lázaro Abreu Padrón, Pablo Labañino, Daysi Garcia y de otros que se distinguieron por sus proverbiales expresividades graficas. En 1977 , para el X aniversario de su desaparición física, la OSPAAAL editó el diseñado por Víctor Manuel Navarrete, en el que se empleó una selección de nueve imágenes del Che, en igual cantidad de cuadros, que simbólicamente escenificó su preparación en la guerrilla hasta su muerte y que concluyó con una estrella de color amarillo con un fusil insinuando la continuación de la lucha revolucionaria después de su muerte.
Helena Serrano, OSPAAAL,1968
Antonio “ÑIKO” Perez, COR, 1968
Alfredo Rostgaard, ICAIC, 1968
En el contexto de la celebración del XV aniversario, igualmente se contó con la espontanea contribución de obras plásticas del pintor cubano Orlando Yanes, con imágenes del Guerrillero Heroico, que fueron reproducidas en formato similar a carteles. Para esa ocasión la OSPAAAL imprimió una trilogía de carteles, en los que se destacaron el conocido “Che de la selva”, de magistral estilización artística del diseñador Rafael Morante Boyerizo y el diseñado por Rafael Enríquez Vega, conocido por el “Che de la sonrisa”, donde presentó una idea que rompió con el habitual empleo, hasta ese momento, de su representación a partir de la tradicional foto de Korda, en el que con una ilustración dibujada de su rostro, sobre fondo negro, su sonrisa y expresividad de la mirada logró plasmar un mensaje de confianza y seguridad en la victoria de los pueblos.
En los años noventa y a finales de siglo surgieron expresiones novedosas de presentar la imagen del Che, aportadas por la nueva generación de diseñadores, como el editado en 1996 por Eladio Rivadulla Pérez para la conmemoración del XX Aniversario de la OSPAAAL, que impreso en serigrafía con intensas tonalidades de magenta, naranja y el negro, perfiló una secuencia configurada de estrellas, esparcidas en línea vertical, con la que simbolizó la multiplicidad de su legado y la vigencia de su ejemplo.
En 1997 en una exposición organizada por el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, titulada “Evocación”, entre las diversas manifestaciones visuales estuvieron los carteles, en los que junto a los aportes de consagrados diseñadores participantes en décadas anteriores, estuvieron los diseños de jóvenes graduados en el Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), donde se distinguieron las creaciones graficas de Katia Armas Fernández, Dyango Chávez Cutiño, Javier Cuenca López, Irenaldo Fumero Faure, Alexander Pozo Cruz y Oscar Rodríguez Torres.
Rafael Enríquez, OSPAAAL; 1982
Rafael Morante, OSPAAAL, 1982
Víctor Manuel Navarrete, OSPAAAL,1977
Entre los presentados en dicha Exposición (Evocación) despuntaron dos carteles que, en ocasión del XX aniversario de la caída en combate de Ernesto Guevara y en el contexto de la celebración en La Habana (1997) del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, conquistaron premios durante un concurso denominado La imagen Constante; ellos fueron los diseñados por los jóvenes creadores Paris Volta -en el que de las delineaciones fingidas de dos montañas se representa la conversión imaginada de una paloma blanca que al levantar vuelo va dejando plasmada en sus sombras simulaciones de los elementos configurativos del rostro del Che y debajo el texto: Hasta la Victoria Siempre- y la otra obra fue la titulada ACHE, de Daniel Cruz, donde empleó deleznables configuraciones derivadas de las influencias del art pop y el art nouveau para advertir de alusiones armónicas entre los ideales guevarianos y la practica popular de la religión afrocubana.
A tales novedosas le sucedieron otras configuraciones gráficas de artistas de la plástica y diseñadores que, con expresiones contemporáneas apoyadas de los recursos y posibilidades que ofrece la digitalización computarizada, propugnan definiciones estéticas de atrayentes configuraciones y reafirman en sus mensajes el augurio de que un mundo mejor es posible, y que permiten trascender a través del idioma común que ofrece el diseño gráfico la consagración de la grandeza de la Revolución Cubana y el ideario del Guerrillero Heroico y a decir del Poeta Nacional, Nicolás Guillen, corroborarle al Che la expresión: “No porque hayas caído tu luz es menos alta”
* Investigador de la Memoria Histórica del Cartel Cubano, Especialista en Publicidad y Propaganda
E mail: [email protected]
Vea, además:
http://www.docspopuli.org/articles/Cuba/Campos.html
http://www.blog.com.es/user/cartelcubano/