Revista Viajes

Los castillos de La Habana

Por Vagabond


Cuando pensamos en La Habana inmediatamente acude a nuestra mente el sabor del mojito, el sonido de la salsa y sus playas paradisíacas. Pero La Habana es mucho más que esto, de hecho, sus proporciones y monumentos normalmente dejan gratamente sorprendidos a los turistas desprevenidos.
Así, también La Habana tiene sus castillos, no de esos donde vivieron señores feudales sino de las fortalezas imprescindibles para defenderse de los continuos asaltos de corsarios y piratas. Hoy estas edificaciones se conservan muy bien y regalan un viaje absolutamente mágico donde encontrar otro trozo de las tradiciones cubanas.
Si bajas por el Prado hasta llegar al inicio del Malecón, deberás pasar el túnel de la Bahía para llegar a estos dos castillos: el Morro y la Cabaña.
El Castillo de los Tres Reyes del Morro abre alrededor de las 10 de la mañana y cierra sus puertas con la puesta del sol (que en Cuba casi siempre es entre las 18:00 y las 19:00). Esta fortaleza data de finales del siglo XVI (la más antigua construida por los españoles en toda América) y su arquitecto fue el mismo que diseñó el Morro de Santiago de Cuba.
Los castillos de La Habana: Regresando al tiempo de corsarios y piratas
La imponencia del Morro, en gran parte sobresaltada por su enorme faro, lo ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad y su cara al mundo. Desde las terrazas del castillo disfrutarás de una vista bellísima sobre el continuo ajetreo del malecón pero si te asomas a la parte que da al mar te impresionará la roca escarpada sobre la cual rompen las olas (debes estar atento si no deseas mojarte). En su interior podrás visitar el faro y una sala de arqueología.
La segunda fortaleza no menos emblemática es la de San Carlos de la Cabaña, que se encuentra abierta desde las 10 de la mañana hasta las 22:00. De hecho, este castillo es el segundo más largo de toda América Latina y data del siglo XVIII.
Los castillos de La Habana: Regresando al tiempo de corsarios y piratas
En su interior podrás ver una imponente colección de armas y el despacho donde pasó algún tiempo el Che. Pero lo que verdaderamente atrae la atención es el “Cañonazo”, una ceremonia que se viene realizando durante años y que reporta a épocas pasadas. Un poco antes de las 21:00 salen los guardias con uniformes de época y antorchas en una procesión que llega hasta los tres cañones de cara al mar. Entonces se dispara el cañonazo y su zumbido recorre buena parte de ciudad.
Los castillos de La Habana: Regresando al tiempo de corsarios y piratas
En ambos castillos hay bares y restaurantes así como pequeñas tiendas donde comprar un souvenir. En la Cabaña algunas noches la fiesta prosigue hasta más tarde porque tocan importantes grupos musicales. No obstante, si el día que acudes a la ceremonia no hay fiesta alguna, podrás encontrarla en el cercano Cristo, una imponente escultura de mármol de Carrara que compite en belleza con el famoso Cristo brasileño y que está circundada por pequeños quioscos donde venden comida rápida, cerveza y, por supuesto, no falta la música.
Los castillos de La Habana: Regresando al tiempo de corsarios y piratas


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