Esta mañana nada más bajar a la recepción pedimos tarifa de un taxi para que nos llevara a los Castillos de MIR y Nysvizn con el tiempo de espera incluido.
Nos salía un precio razonable pues las excursiones que hacen a los rusos no nos permitían ir porque según las agencias los guías no hablan inglés, pero nos ofrecían guía de habla inglesa por una cantidad exorbitante. Así que después del desayuno, salimos primero hacia Mir, a una hora y cuarto en coche desde Minsk.
Atravesamos campos de retama y bosques de alerces durante varios kilómetros.
El castillo de Mir es una bonita edificación con cimientos del siglo XVI. Sirvió como prisión de los judíos y hospital militar en la 2a Guerra Mundial.
Ambos castillos pertenecían a los Radzivill, una gran familia de nobles que a través de varias generaciones permanecieron en el castillo.
Las habitaciones del castillo de Mir se encuentran decoradas con mobiliario de diferentes épocas y grandes artesonados en los techos.
Alrededor había un gran foso con agua y jardines.
El castillo de Nyasvizn se encuentra en un bello pueblo y su origen data de 1583.
Posee más de 30 habitaciones restauradas divididas en 3 plantas.
Particularmente me encantó ver las estancias de las princesas sutilmente decoradas en tonos pastel.
Destacaba también la sala de caza con osos disecados.
Alrededores del castillo hay un gran estanque y un monumento del soldado desconocido con una llama encendida en honor a los fallecidos en la II Guerra Mundial.
Ambos castillos son Patrimonio de la Humanidad desde el 2000 y 2005 respectivamente.