Nuestro país es tierra de castillos y fortalezas, impresionantes, reconocidos y, la mayoría, en buen estado de conservación y con visitas abiertas al público. Es fácil inmiscuirse en la vida de la Edad Media, sentir dentro de los castillos el frío de la piedra y el calor de la historia. Aparte de los más reconocidos, como El Castillo de Manzanares del Real el más emblemático y mejor conservado de la región madrileña, hay otros estupendamente mantenidos que están a menos -o a poco más- de 50 kilómetros de la capital madrileña. Os animamos a convertiros por una jornada en señores, damas, lacayos, guerreros... del Medievo. Alguna de estas fortalezas es de visita libre y gratuita.
Abrigados, es un buen plan para una escapada de uno de los días del fin de semana. Viajemos al pasado con la seguridad que proporcionan estas impresionantes edificaciones.
Castillos de Gonzalo Chacón. Arroyomolinos (Madrid)
Enseña de este municipio madrileño a menos de 40 kilómetros de la capital fue, hasta 2003, el conocido como El Torreón o Torre del Pan. En las excavaciones realizadas a instancias de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid en el citado año se descubrió que no se trataba solo de una torre defensiva sino de un castillo, con un gran foso tras un antemuro y dos edificios anexos; al parecer, uno destinado a las cocinas y otro a las caballerizas. La obras de restauración descubrieron muchas más cosas.
El castillo se eleva en una zona rodeada de jardines en el centro del municipio. Curiosamente es una fortaleza de ladrillo, ya que en la época de su construcción (como ocurrió con otro castillo cercano, el de Casarrubios, perteneciente a Toledo), las canteras estaban alejadas del lugar y el precio de la piedra era costoso. Pero nada impidió que el arquitecto, escultor e ingeniero Juan de Oviedo consiguiera lo que ya se ha descubierto en este siglo: un castillo con mayúsculas. Las obras finalizaron cuando llegó Gonzalo Chacón, historiador, político y mayordomo de la reina Isabel La Católica. Él ya intervino en las negociaciones para el casamiento de la todavía princesa con Fernando de Aragón y fue el rey católico el que, en agradecimiento, cedió esta propiedad que heredó de su madre a Chacón, al que también distinguió como señor de Arroyomolinos en 1469.
El castillo es de planta cuadrada y de estilo gótico mudéjar. Además de la torre del homenaje contó con una plaza de armas. Fue el nieto de Gonzalo Chacón el que, ya en el siglo XVII, mandó construir las caballerizas y las cocinas. Son dos edificios anexos, porque estas últimas estaban originariamente en el segundo piso. Posteriormente a la torre se le dieron diferentes usos a lo largo de los años: cárcel, granero, tienda y taberna.
Visitas. Se pueden realizar de manera libre cualquier día siguiendo las indicaciones de los paneles de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid. Si optáis por una visita guiada el Ayuntamiento de Arroyomolinos las organiza. Teléfono: 91 689 92 00 (horario de atención: de 9:00 a 14:00).
Castillo de Torremocha. Santorcaz (Madrid)
A 47 kilómetros de Madrid -Comunidad a la que pertenece-, pero a tan solo 20 kilómetros de la capital de Guadalajara, se encuentra el municipio de Santorcaz y, en lo más alto de él, con el río Anchuelo a sus pies por uno de sus laterales, el Castillo de Torremocha. Parte de esta edificación defensiva, construida a finales del siglo XIV -que ha sido rehabilitada, pero que cuenta con zonas en deterioro-, puede ser visitada de manera libre. Su edificación fue ordenada por el arzobispo Pedro Tenorio para que se constituyese como residencia de arzobispos. Cuentan que se construyó sobre otra fortaleza, pero no hay datos que lo avalen.
Las torres se reforzaron durante el siglo XV, para proteger la edificación de los ataques, pero, a finales del mismo siglo, se convirtió en cárcel para clérigos y sí hay pruebas de que allí estuvieron, entre otras personas destacadas de la época, la princesa de Éboli y el Cardenal Cisneros.
El emplazamiento tiene forma ovalada y en algunos de sus cuatro extremos todavía permanecen torres defensivas. Parte del lugar se integra en un parque público, con lo cual la visita tiene un añadido.
Otras huellas históricas
En la misma población -cuyo asentamiento data de la época prerromana- también podréis ver la Cuesta de la Torrecilla. Está sobre un pequeño cerro y en ella hay vestigios de una fortaleza árabe muy pequeña; apenas una zona de metro y medio de altura. Cerca de ella se encuentran restos cerámicos de la época. Por otro lado, está el Llano de la Horca, con huellas de una población carpetana, como algunos muros no muy altos.
Fortaleza de Villarejo de Salvanés (Madrid)
Otra localidad madrileña con mucha historia es Villarejo de Salvanés, a 54 kilómetros de la capital, entre la conocida como comarca de Las Vegas y la denominada Alcarria de Chinchón. Allí se levanta el castillo que lleva el nombre del municipio, una fortaleza que la Orden de Santiago levantó -sobre una atalaya musulmana- en el siglo XII con el fin de defender los terre