Revista Viajes

Los catorce relojes solares de Porrera

Por Angelrequena
Los catorce relojes solares de Porrera

En pleno Priorato vitivinícola -con viñedos sobre fuerte pendiente- se encuentra un pueblo que puede presumir tanto de sus bodegas como de sus majestuosas casonas, y en muchas de ellas se conservan relojes de sol, en su mayoría del siglo XIX.

El Ajuntament de Porrera ha diseñado una ruta para visitar este interesante patrimonio gnomónico y publicado un folleto explicativo (descargable o en papel) donde se marcan los 14 puntos de parada.

Los catorce relojes solares de Porrera

Un reloj destaca sobre el resto, el número 14, para terminar el recorrido de la forma más deliciosa. Se trata de un reloj declinante con doble estilete. Un gnomon orientado según el eje del mundo para leer las horas y otro gnomon perpendicular para el zodiaco. El cuadrante está firmado en 1858 por Jaime Assens y Simó. El autor no solo era geómetra también fue aficionado a los jeroglíficos y adivinanzas poéticas. El reloj incita a resolver una enigmática inscripción latina: Inclita laus justis impenditur haeresis horret. Garrula grex, gratus, faustos gratatur honores.

Los catorce relojes solares de Porrera

La solución a las inscripciones asociadas a cada mes se encuentra en el tratado de gnomónica  del Padre Tosca, que formaba parte del Compendio Matemático y que también fue publicado por separado (1794).

Los catorce relojes solares de Porrera

Casi todos los relojes son declinantes con gnomon según eje del mundo como mostramos en el otro firmado por Assens (cuarto de la ruta).

Hay un reloj orientado a poniente con el clásico gnomon paralelo al muro y orientado según eje del mundo. Hace el número 2 de la ruta.

Los catorce relojes solares de Porrera

El séptimo “reloj” está en el punto más elevado del recorrido, orientado al norte y tiene la jocosa inscripción: 360 º a la sombra. Què mires mussol, si aqui mai toca  el sol (Qué miras búho, si aquí nunca da el sol). Los relojes al norte pueden dar la hora en verano y otoño al amanecer y al anochecer…¡Siempre que una montaña no los tape!

Algún reloj es difícil de localizar, como el número 8 al encontrarse casi tapado en una terraza. Algunos vecinos han añadido relojes de azulejos modernos que no están señalados. Los tendidos de cables interfieren la visión pero hay que agradecer que todavía se pueda disfrutar de tan espléndida herencia. Muchas fachadas tienen restos de pinturas murales que muestran la pasada riqueza de la población.

Los catorce relojes solares de Porrera

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