A lo largo del día, el paisaje costero cambia regularmente al ritmo de las mareas. Con la retirada del agua, los pedreros antes sumergidos quedan al descubierto y es entonces cuando en los huecos que se forman entre las rocas aparecen pequeños charcos llenos de vida.
Numerosas especies de algas, peces e invertebrados se han adaptado a las duras condiciones de vida en estos hábitats en miniatura, donde la temperatura y salinidad cambian rápidamente. Además de los residentes permanentes, algunas especies de peces, durante sus primeros meses de vida, encuentran en estas pequeñas pozas el lugar donde crecer y desarrollarse a salvo de los depredadores del mar abierto.
En este pequeño vídeo, grabado en las charcas del intermareal de las playas de Nuveana (Cuideiru, Asturies), podréis conocer a algunos de sus inquilinos y el lugar donde viven.
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