Una de las grandezas que tienen las redes sociales es que, además de darte a conocer puedes saber de la existencia de otras páginas o negocios hasta entonces desconocidos. Es lo que me sucedió con el local que os quiero recomendar en esta ocasión, y que descubrí gracias a Twitter, la original Taberna del Chato.
Situado en la Calle de la Cruz 35, a medio camino de la bulliciosa Puerta del Sol y de la algarabía nocturna de Huertas este local, abierto hace unos meses, se está ganando a la gente cumpliendo a rajatabla aquello de ‘bueno, bonito y barato’. Su propuesta innovadora, (todos mis respetos para la gente que se atreve a hacer algo distinto en los tiempos que corren) se basa en servir gran parte de su carta en tradicionales vasos de chato. Reconozco que la primera vez que leí su nombre pensé que se llamaba así por ser el mote del dueño…
La Taberna del Chato cuenta con un local luminoso, limpio y sencillo, sin estridencias, pero muy cuidado. Ellos saben que tienen que ganarnos por el estómago, no por los adornos de sus paredes, y doy fe de que lo consiguen. Presentaciones originales, interesantes mezclas de sabores y productos de calidad. Una fórmula aparentemente sencilla pero que pocos saben manejar con firmeza.
Este sitio es perfecto para acudir con amigos, pedir unos cuantos chatos y raciones y disfrutar de una comida/cena entre risas y buena compañia. Algunas de mis recomendaciones serían su chatos de salmorejo, los nidos de langostino, las mini-hamburguesas o el pollo al curry. Una carta variedad que abraza, sin miedo, diferentes culturas..
La amabilidad con la que te tratan y esa sensación con la que sales, la de haber presenciado algo ‘diferente’ hacen que este sitio sea desde ya uno de mis preferidos de Madrid.
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Verdadera, y oculta, comida china