La Unión Demócrata Cristiana, el partido de Ángela Merkel, acaba de sufrir un fracaso histórico en Ranania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania, lo que parece anticipar una derrota en las elecciones generales del año próximo. Sarkozy también ha caido, sin poder gobernar, como era habitual en Francia, un segundo mandato. Aquellos gobiernos de antaño que duraban varias legislaturas han pasado a la Historia. Ahora los gobiernos son derrotados en la primera ocasión por los ciudadanos enfurecidos. Es el signo de los tiempos y un rasgo del enfrentamiento entre políticos y ciudadanos, clave de la política en el siglo XXI. ---
El mundo está cambiando a pasos de gigante. Lo que era útil en el siglo XX no sirve para el siglo XXI. La sociedad civil y los ciudadanos quieren recuperar el protagonismo frente a un Estado del que se han apropiado los partidos políticos, organizaciones mafiosas que ya han perdido el pudor, que cada día están mas lejos de la democracia y que han decidido, con descaro, atrincherarse en el poder y en los privilegios, negándose a entregar a la ciudadanía lo que les pertenece en democracia. Políticos y ciudadanos eran antes dos piezas complementarias del mismo sistema, pero hoy son dos bloques distintos y enfrentados, los políticos como usurpadores de un poder democrático que pertenece al ciudadano y el ciudadano, indignado ante el comportamiento de unos políticos que han dejado de ser servidores de la ciudadanía para convertirse en amos del sistema y muchas veces, también, en usurpadores.
Los políticos demandaron y obtuvieron todo el poder en el siglo XX para solucionar los problemas del planeta, pero no han conseguido apenas nada y han fracasado. Los ciudadanos quieren reformar el sistema y recuperar el poder que entregaron a los partidos y a los políticos profesionales, pero éstos se niegan a devolverlos y, atrincherados en el Estado, se han convertido en adversarios del ciudadano y, muchas veces, también en enemigos del pueblo y predadores de la democracia.
La reacción del ciudadano ante la actitud obstruccionista y mafiosa de la clase política, que se niega a devolver lo que no le pertenece, es de rechazo y desprecio, unos sentimientos que se manifiestan con toda crudeza en el único momento en el que el ciudadano tiene poder: cuando las urnas se abren. Entonces, vota sin misericordia en contra del gobierno, por venganza, porque los ciudadanos se sienten estafados por la clase política.
El rechazo anímico e intelectual a los políticos es tan grannde y creciente que los gobiernos, uno tras otro, caen derrotados en las urnas, como acaba de ocurrirle a Sarkozy y a Ángela Merkel en las elecciones parciales de los landers alemanes.
El enfrentamiento entre ciudadanos y políticos está servido y esa lucha se manifiesta en mil detalles. Uno de ellos es el movimiento de los Indignados, de nuevo activado, pero el más importante es el desprestigio inmenso de la clase política, cuyos niveles reales sobrepasan en mucho lo que reflejan las encuestas.
Revista Opinión
Los ciudadanos se vengan de los políticos derrotándolos en las urnas
Publicado el 14 mayo 2012 por FrankySus últimos artículos
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