Revista Opinión
LOS CLAVOS DE LA URNA“Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos. “ José Saramago (1922-2010), novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. Premio Nobel de Literatura 1998.¿Cuánto más puede resistir al que se le ha privado de los más elementales derechos, como opinar, votar, poseer, disfrutar, comer, transitar, sanar? ¿Cuántos más deben morir, herir, exilar, separar, llorar, enfermar, sufrir, para que un gobierno obsesionado por el poder entienda que llegó la hora de dejar en paz a un pueblo que exige su libertad? A Venezuela le llegó la hora de aullar. Y lo hace, con fuerza y pasión, a veces con rabia y furia, pero siempre con el derecho de su parte, el derecho a una vida de calidad, a un país desarrollado, a unos servicios que sirvan, a una seguridad que le permita confiar, a ingresos que cubran sus necesidades. Los venezolanos quieren tener una vida normal en un país normal. 18 años de zozobra son demasiados. 18 años sin agenda país, sometidos a caprichos locos de gobernantes trastornados por el temor de que los tumben… porque saben que no han traído felicidad sino odios y divisiones, saben que cualquier gobierno de la cuarta que ellos satanizan les gana en aceptación y eficiencia.Venezuela está cansada de que la humillen. Lo que al principio argumentaban era operación electoral, para facilitar el acceso al voto, se ha convertido en un aparato del régimen para marcar, buscar, obligar, amenazar, chantajear a los más débiles, a los que dependen de las dádivas gubernamentales o son empleados públicos. Venezuela está cansada del abuso de la utilización de recursos públicos para publicitar al caudillo, porque obras no tienen. Cansada de la adoración a un muerto que trajo la desgracia del resentimiento, del desprecio a la academia, a la educación y a la moral, la arbitrariedad de quienes se saben inferiores y les dan algún mando. Cansada de la corrupción que ha hecho multimillonarios a los jefes, mientras no hay medicinas para salvarle la vida a bebes en los hospitales.¿A quién puede extrañarle que un régimen que ha abandonado desde hace tiempo el respeto a la constitución y a los ciudadanos de este país tenga hoy el más bajo nivel de aceptación de gobierno alguno en la historia de Venezuela?Ha fracturado los huesos del aparato productivo, ahora lanzado en una protesta feroz hacia quienes expropiaron, permitieron invasiones, ignoraron secuestros y vacunas, cerraron el acceso a repuesto, materias primas, semillas, abonos, maquinarias. Condenó con una ley resorte la libertad de expresión en medios audiovisuales, chantajeándolos con la concesión, y para demostrar cuan bárbaro podía ser, cerró RCTV y decenas de emisoras. A la prensa le cortó el acceso al papel para sacarla de circulación, quebrarla y después comprarla a través de testaferros que la convirtieron en panfletos publicitarios del oficialismo. Policías, tribunales, militares, funcionarios, enchufados siguen las conductas del alto gobierno: agresión a los disidentes, castigos inhumanos, privación de libertades y derechos. En más de 100 días de protesta, los abusos del aparato oficial contra la protesta ciudadana ha traspasado el límite del orden público para ser represión pura y dura, sin asomo de pudor ante testigos y cámaras, con una saña pocas veces vista en países civilizados, sin temor a Dios ni la justicia de los hombres.
El asesinato de jóvenes en protesta, los disparos a quemarropa contra ciudadanos desarmados, la destrucción de vehículos, el allanamiento ilegal de hogares, la detención arbitraria de inocentes, la utilización de justicia militar, la reclusión de opositores en cárceles de delincuentes comunes, la utilización de tortura y maltratos contra detenidos. Todos delitos de lesa humanidad que no prescriben y que la justicia nacional e internacional pronto castigará.Venezuela tiene muchos años protestando la violación de su democracia, el amañe de su constitución para justificar faltas graves y delitos, con la complicidad de unos magistrados y rectoras que deben estar muy bien recompensados para proteger a un régimen ya abiertamente dictatorial en contra de los legítimos propietarios del país. Hemos llegado a la anarquía, al enfrentamiento de poderes, al desconocimiento del parlamento, a la persecución de la fiscal, a la prostitución del TSJ y el CNE. Y a la abierta rebelión del pueblo que exige salida democrática ya.
La respuesta de Maduro a la protesta es lanzar una constituyente como tabla de salvación ante el deslave político: apoyado por gendarmes de latón, busca mediante el terror y la extorsión someter la protesta y el descontento. Nadie le dio permiso para cambiar la constitución, su constituyente es una acción del PSUV con sus seguidores, enchufados y chantajeados, para que permanezca como sea en el poder hasta 2018. Los candidatos a la constituyente dan vergüenza, son un chiste macabro que afrenta la inteligencia y la decencia.Es tan obvia la estafa de esta elección sin auditoria, ni observadores, ni reglas. El cambio de centros electorales para acá y para allá, las evidentes manipulaciones de las rectoras desvergonzadas y sobre todo, el que estén haciendo la elección interna de un partido con sus candidatos y árbitros propios, hacen creer a Maduro que ganará. Y resulta que pretende obviar que Venezuela es una nación indignada, resteada con su libertad, que no está dispuesta a permitir más imposiciones, que entendió por qué es el país “libertador” de buena parte de Suramérica. En esta semana crucial, mucha es la incertidumbre. Algunos creen que el gobierno desistirá por sí solo de un proceso viciado hasta los tuétanos. Otros, que habrá negociación. Los “libertadores” que moran en cada uno de los venezolanos se aprestan a la batalla. Pero ningún venezolano sensato quiere la victoria sobre la sangre de este pueblo. Ningún demócrata puede permitirse privilegiar la violencia por encima de la paz. Menos aún cuando los clavos de la urna del régimen están completos. Solo falta cerrar la tapa… y enterrarlo. Que Dios proteja a Venezuela.CharitoRojas @charitorojasp
[email protected]
TwittearEnviar este artículo a tus seguidores