Revista Arquitectura
Demarcación de Tenerife del Colegio de Arquitectos de Canarias, Díaz Llanos y Saavedra, arquitectosUN POSIBLE MARCO DE OBJETIVOS PARA SU RENOVACIÓNLos arquitectos españoles y sus organizaciones profesionales, los colegios de arquitectos, se encuentran atravesando una fase intensa de crisis. La arquitectura es una actividad de servicios, directamente relacionada con el sector de la construcción, un ámbito económico que está sufriendo especialmente el problema de la carencia de financiación general que padece el país. Y con ello, los colegios de arquitectos -aquellas instituciones corporativas que habían venido cumpliendo una misión a lo largo de décadas- se han visto abocados a afrontar una reforma profunda que los adecue a esta nueva y difícil situación.<---
Muchos fines de semana, incluyendo domingos, dedico mi tiempo a pensar e intentar conocer experiencias relacionadas con la profesión de la arquitectura. Es decir, en mi supuesto tiempo libre me dedico a leer y analizar información sobre esta ocupación que me apasiona y entretenido muchos años de mi vida. Recientemente, además, esto coincide con que he asumido el papel de representar a un grupo amplío de arquitectos, e intentar ayudar en la mejora de nuestra estructura común, presidiendo la Demarcación de Tenerife del Colegio de Arquitectos de CanariasPor eso, en los últimos tiempos intento escudriñar ideas que puedan aclarar cual es el papel que la sociedad nos está queriendo reasignar en estos momentos de cambio. Algo que me ha interesado últimamente a este respecto, es la rica puesta en común de reflexiones que ofrece ese espacio de Internet orientado a los profesionales que es Linked In. Ahí he tenido oportunidad de asistir y participar en algunos grupos y debates que pretenden deliberar conjuntamente sobre el futuro de la arquitectura en nuestro país. Recomendaría especialmente dos, el que se denomina bsA (Rethinking Architecture) y el titulado Arquitectos emprendedores, estimulados por personas tan motivadas como José Javier Quintana, Germán Cintas, Francisco Clemente y Javier Cobreros, entre otros muchísimos arquitectos interesados en un mejor desempeño de la profesión.En uno de esos foros participa también un arquitecto catalán, Jordi Farrando -al que no conocía- que está especialmente vinculado con el análisis sobre las formas de organización y problemas colectivos de los arquitectos. Siguiendo el hilo más allá de los debates de Linked In he podido acceder a su blog personal y ahí presenta algunas ideas muy estimulantes sobre cuales son los objetivos que una organización profesional de los arquitectos debería tener en España, actualmente y respecto al futuro. Las aportaciones de Farrando han dado pie en su propia página a un amplío intercambio colectivo de pareceres, que han enriquecido de alguna manera sus reflexiones iniciales en un debate cuando menos, esclarecedor. Sede del Colegio de Arquitectos de Sevilla. Ruiz Cabrero y Perea, arquitectosInspirado por ese esfuerzo colectivo he intentado extractar y ordenar esas ideas. Y como consecuencia me voy a atrever a presentarlas aquí -en mi interpretación personal- como unos posibles objetivos para la renovación de esas instituciones profesionales, a las que nos hemos tenido que incorporar obligatoriamente para trabajar la gran mayoría de los arquitectos en España a lo largo del último siglo.En primer lugar no queda más remedio que reconocer, tanto a sus detractores como a sus entusiastas, que los Colegios de Arquitectos siguen teniendo todavía en este país, una responsabilidad social amplía, frente a las administraciones y la sociedad, como corporaciones de derecho público reconocidas legalmente. Un compromiso que ha sido ejercido a lo largo de un tiempo ya largo, que se remonta a 1931, y nuevamente se ha refrendado por el reciente Real Decreto 1000/2010 sobre visado colegial obligatorio.Podríamos considerar que unos Colegios de Arquitectos renovados, al igual que en el pasado, podrían tener como objetivo cuatro tareas básicas: la mejora de la organización y representación colectiva, la promoción universal de la actividad profesional, la difusión de la aportación social y cultural de la arquitectura y, finalmente, la contribución a la defensa del interés público en las materias relacionadas con esta profesión.Ampliando esos objetivos fundamentales más allá, podríamos encuadrar una multiplicidad de actividades y esfuerzos, entre los que resaltaría la siguiente lista de cometidos:Sede de Vigo del Colegio de Arquitectos de Galicia. Arquitectos: Irisarri y PiñeraMEJORA DE LA ORGANIZACIÓN COLECTIVA DE LA PROFESIÓN- Implementar y mejorar la forma de habilitación profesional que permita determinar eficientemente cuales son los individuos capacitados para ejercer las tareas relacionadas, mediante la existencia de los registros precisos y el correspondiente control aseguramiento de su capacidad.- Garantizar la tutela de la actividad profesional a través de los mecanismos legales y deontológicos precisos para avalar un correcto ejercicio técnico de los miembros habilitados.- Mejorar los estándares propios en la ejecución de los trabajos relacionados con la arquitectura y el urbanismo, estimulando el desarrollo de procedimientos comunes y la formalización de los procesos más repetitivos.- Ayudar a establecer las obligaciones mínimas y la forma de control administrativo que deben cumplir los trabajos profesionales para que puedan servir eficazmente a su cometido en unas condiciones apropiadas. - Establecer unas estructuras económicas y financieras sostenibles y rentables en las organizaciones colegiales, con una exigencia de eficiencia medible y una remuneración de sus trabajadores en función a objetivos contrastables numéricamente.- Generar una imagen corporativa y de marca común colegial que fomente tanto el prestigio de la profesión como su presencia social y se establezca desde la generación de una política de comunicación adecuada.PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD PROFESIONAL DE LOS ARQUITECTOS- Mejorar y ampliar la participación de los arquitectos en el mercado de los servicios profesionales, especialmente en el sector de la construcción y actividades afines.- Investigar y detectar nuevos y posibles nichos de actividad profesional que sirvan para reorientar y ocupar nuevamente el desempeño de los arquitectos.- Impulsar el desarrollo de este grupo profesional, mediante una mejor organización, el estimulo de la capacidad técnica, la especialización y la apertura hacia mercados internacionales.- Consolidar un proceso de formación, innovación y renovación continua de las capacidades y conocimientos técnicos entre el colectivo integrado en las estructuras colegiales- Obtener una justa compensación al trabajo realizado mediante la promoción de honorarios o salarios apropiados al esfuerzo que se ejecute.- Defender los intereses colectivos de los arquitectos, relacionados con la economía de las oficinas y la legalidad específica que les afecta. -Estimular el conocimiento y la innovación organizativa profesional, fomentando nuevas iniciativas empresariales y/o asociativas complejas y más fuertemente estructuradas.
Sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña en BarcelonaDIFUSIÓN DE LA APORTACIÓN SOCIAL DE LA ARQUITECTURA- Incitar la transmisión y el diálogo entre las distintas sensibilidades existentes entre los profesionales de la arquitectura y disciplinas afines.- Impulsar el rol social de los arquitectos con su participación constante en los debates colectivos que preocupan al conjunto de la sociedad y que están relacionados con la profesión.- Defender los intereses profesionales garantizando un conocimiento social de las posiciones disciplinares específicas.- Espolear el carácter cultural de la arquitectura, en el que se ponga un énfasis en la difusión de las ideas de los arquitectos y su colaboración artística al desarrollo social- Establecer una interlocución apropiada con las administraciones públicas que permita transmitir las consideraciones del colectivo en relación a temas que les afectan.- Generar campañas de sensibilización pública que permitan interpretar cuales son las ventajas y aportaciones que realizan los arquitectos al valor añadido del sector de la construcción, en particular en la edificación y el urbanismo.DEFENSA DEL INTERÉS PÚBLICO EN LAS MATERIAS PRÓXIMAS- Estimular la existencia de mecanismos administrativos que garanticen una máxima eficiencia en la aportación de los servicios públicos relacionados con la arquitectura, el urbanismo y la construcción, en defensa de sus futuros usuarios.- Garantizar la protección de los consumidores de los productos de la arquitectura, lo exige asegurar que los profesionales reúnen unos requisitos mínimos de capacidad y que sus trabajos cuentan con una competencia técnica apropiada y de calidad conveniente para cumplir los fines que se persiguen.- Colaborar subsidiariamente con las administraciones públicas a una eventual supervisión de proyectos y obras para el cumplimiento de las exigencias técnicas necesarias y que se estimen de obligado cumplimiento legal, urbanístico y sectorial.
Maqueta de la nueva sede del Colegio de Arquitectos de MadridFinalmente, más allá de estos objetivos globales corporativos, pienso que las actuales estructuras deberán evolucionar en varias direcciones divergentes, segmentando ese cúmulo extenso de tareas. Es posible que la situación actual, en la que los colegios asumen gran parte de las cuestiones que más arriba se señalan, pueda derivar en varios tipos de instituciones. Por un lado, en unos organismos dedicados exclusivamente al control de la habilitación profesional, el control de la capacidad y deontología de sus miembros; otro grupo de instituciones a la manera de sindicatos profesionales, orientado a la representación y defensa de los intereses gremiales de los colectivos técnicos; y en tercer lugar, corporaciones que se ocupen de las actividades educativas, culturales y de innovación. El primer tipo de organizaciones asumirían la componente más pública, aquella relacionada con el Estado y la administración; mientras que las otras, dos podrían tener un carácter específico o interdisciplinar, en relación a otras profesiones y colectivos con intereses comunes.También es posible que el acoso experimentado en nuestros días, que se ejerce desde las propias instituciones políticas, desemboque en una desregulación absoluta del ejercicio profesional. Con ello, el control de la construcción y la arquitectura se realizaría en exclusiva desde los servicios técnicos de las corporaciones locales y los organismos dependientes del estado. Algo para lo que evidentemente no están convenientemente preparados en este momento. La situación sería bastante complicada e implicaría un deterioro notable del sector de la edificación en nuestras ciudades y también una marginación creciente del papel social de los profesionales y sus estructuras representativas y cooperativas.--->
Muchos fines de semana, incluyendo domingos, dedico mi tiempo a pensar e intentar conocer experiencias relacionadas con la profesión de la arquitectura. Es decir, en mi supuesto tiempo libre me dedico a leer y analizar información sobre esta ocupación que me apasiona y entretenido muchos años de mi vida. Recientemente, además, esto coincide con que he asumido el papel de representar a un grupo amplío de arquitectos, e intentar ayudar en la mejora de nuestra estructura común, presidiendo la Demarcación de Tenerife del Colegio de Arquitectos de CanariasPor eso, en los últimos tiempos intento escudriñar ideas que puedan aclarar cual es el papel que la sociedad nos está queriendo reasignar en estos momentos de cambio. Algo que me ha interesado últimamente a este respecto, es la rica puesta en común de reflexiones que ofrece ese espacio de Internet orientado a los profesionales que es Linked In. Ahí he tenido oportunidad de asistir y participar en algunos grupos y debates que pretenden deliberar conjuntamente sobre el futuro de la arquitectura en nuestro país. Recomendaría especialmente dos, el que se denomina bsA (Rethinking Architecture) y el titulado Arquitectos emprendedores, estimulados por personas tan motivadas como José Javier Quintana, Germán Cintas, Francisco Clemente y Javier Cobreros, entre otros muchísimos arquitectos interesados en un mejor desempeño de la profesión.En uno de esos foros participa también un arquitecto catalán, Jordi Farrando -al que no conocía- que está especialmente vinculado con el análisis sobre las formas de organización y problemas colectivos de los arquitectos. Siguiendo el hilo más allá de los debates de Linked In he podido acceder a su blog personal y ahí presenta algunas ideas muy estimulantes sobre cuales son los objetivos que una organización profesional de los arquitectos debería tener en España, actualmente y respecto al futuro. Las aportaciones de Farrando han dado pie en su propia página a un amplío intercambio colectivo de pareceres, que han enriquecido de alguna manera sus reflexiones iniciales en un debate cuando menos, esclarecedor. Sede del Colegio de Arquitectos de Sevilla. Ruiz Cabrero y Perea, arquitectosInspirado por ese esfuerzo colectivo he intentado extractar y ordenar esas ideas. Y como consecuencia me voy a atrever a presentarlas aquí -en mi interpretación personal- como unos posibles objetivos para la renovación de esas instituciones profesionales, a las que nos hemos tenido que incorporar obligatoriamente para trabajar la gran mayoría de los arquitectos en España a lo largo del último siglo.En primer lugar no queda más remedio que reconocer, tanto a sus detractores como a sus entusiastas, que los Colegios de Arquitectos siguen teniendo todavía en este país, una responsabilidad social amplía, frente a las administraciones y la sociedad, como corporaciones de derecho público reconocidas legalmente. Un compromiso que ha sido ejercido a lo largo de un tiempo ya largo, que se remonta a 1931, y nuevamente se ha refrendado por el reciente Real Decreto 1000/2010 sobre visado colegial obligatorio.Podríamos considerar que unos Colegios de Arquitectos renovados, al igual que en el pasado, podrían tener como objetivo cuatro tareas básicas: la mejora de la organización y representación colectiva, la promoción universal de la actividad profesional, la difusión de la aportación social y cultural de la arquitectura y, finalmente, la contribución a la defensa del interés público en las materias relacionadas con esta profesión.Ampliando esos objetivos fundamentales más allá, podríamos encuadrar una multiplicidad de actividades y esfuerzos, entre los que resaltaría la siguiente lista de cometidos:Sede de Vigo del Colegio de Arquitectos de Galicia. Arquitectos: Irisarri y PiñeraMEJORA DE LA ORGANIZACIÓN COLECTIVA DE LA PROFESIÓN- Implementar y mejorar la forma de habilitación profesional que permita determinar eficientemente cuales son los individuos capacitados para ejercer las tareas relacionadas, mediante la existencia de los registros precisos y el correspondiente control aseguramiento de su capacidad.- Garantizar la tutela de la actividad profesional a través de los mecanismos legales y deontológicos precisos para avalar un correcto ejercicio técnico de los miembros habilitados.- Mejorar los estándares propios en la ejecución de los trabajos relacionados con la arquitectura y el urbanismo, estimulando el desarrollo de procedimientos comunes y la formalización de los procesos más repetitivos.- Ayudar a establecer las obligaciones mínimas y la forma de control administrativo que deben cumplir los trabajos profesionales para que puedan servir eficazmente a su cometido en unas condiciones apropiadas. - Establecer unas estructuras económicas y financieras sostenibles y rentables en las organizaciones colegiales, con una exigencia de eficiencia medible y una remuneración de sus trabajadores en función a objetivos contrastables numéricamente.- Generar una imagen corporativa y de marca común colegial que fomente tanto el prestigio de la profesión como su presencia social y se establezca desde la generación de una política de comunicación adecuada.PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD PROFESIONAL DE LOS ARQUITECTOS- Mejorar y ampliar la participación de los arquitectos en el mercado de los servicios profesionales, especialmente en el sector de la construcción y actividades afines.- Investigar y detectar nuevos y posibles nichos de actividad profesional que sirvan para reorientar y ocupar nuevamente el desempeño de los arquitectos.- Impulsar el desarrollo de este grupo profesional, mediante una mejor organización, el estimulo de la capacidad técnica, la especialización y la apertura hacia mercados internacionales.- Consolidar un proceso de formación, innovación y renovación continua de las capacidades y conocimientos técnicos entre el colectivo integrado en las estructuras colegiales- Obtener una justa compensación al trabajo realizado mediante la promoción de honorarios o salarios apropiados al esfuerzo que se ejecute.- Defender los intereses colectivos de los arquitectos, relacionados con la economía de las oficinas y la legalidad específica que les afecta. -Estimular el conocimiento y la innovación organizativa profesional, fomentando nuevas iniciativas empresariales y/o asociativas complejas y más fuertemente estructuradas.
Sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña en BarcelonaDIFUSIÓN DE LA APORTACIÓN SOCIAL DE LA ARQUITECTURA- Incitar la transmisión y el diálogo entre las distintas sensibilidades existentes entre los profesionales de la arquitectura y disciplinas afines.- Impulsar el rol social de los arquitectos con su participación constante en los debates colectivos que preocupan al conjunto de la sociedad y que están relacionados con la profesión.- Defender los intereses profesionales garantizando un conocimiento social de las posiciones disciplinares específicas.- Espolear el carácter cultural de la arquitectura, en el que se ponga un énfasis en la difusión de las ideas de los arquitectos y su colaboración artística al desarrollo social- Establecer una interlocución apropiada con las administraciones públicas que permita transmitir las consideraciones del colectivo en relación a temas que les afectan.- Generar campañas de sensibilización pública que permitan interpretar cuales son las ventajas y aportaciones que realizan los arquitectos al valor añadido del sector de la construcción, en particular en la edificación y el urbanismo.DEFENSA DEL INTERÉS PÚBLICO EN LAS MATERIAS PRÓXIMAS- Estimular la existencia de mecanismos administrativos que garanticen una máxima eficiencia en la aportación de los servicios públicos relacionados con la arquitectura, el urbanismo y la construcción, en defensa de sus futuros usuarios.- Garantizar la protección de los consumidores de los productos de la arquitectura, lo exige asegurar que los profesionales reúnen unos requisitos mínimos de capacidad y que sus trabajos cuentan con una competencia técnica apropiada y de calidad conveniente para cumplir los fines que se persiguen.- Colaborar subsidiariamente con las administraciones públicas a una eventual supervisión de proyectos y obras para el cumplimiento de las exigencias técnicas necesarias y que se estimen de obligado cumplimiento legal, urbanístico y sectorial.
Maqueta de la nueva sede del Colegio de Arquitectos de MadridFinalmente, más allá de estos objetivos globales corporativos, pienso que las actuales estructuras deberán evolucionar en varias direcciones divergentes, segmentando ese cúmulo extenso de tareas. Es posible que la situación actual, en la que los colegios asumen gran parte de las cuestiones que más arriba se señalan, pueda derivar en varios tipos de instituciones. Por un lado, en unos organismos dedicados exclusivamente al control de la habilitación profesional, el control de la capacidad y deontología de sus miembros; otro grupo de instituciones a la manera de sindicatos profesionales, orientado a la representación y defensa de los intereses gremiales de los colectivos técnicos; y en tercer lugar, corporaciones que se ocupen de las actividades educativas, culturales y de innovación. El primer tipo de organizaciones asumirían la componente más pública, aquella relacionada con el Estado y la administración; mientras que las otras, dos podrían tener un carácter específico o interdisciplinar, en relación a otras profesiones y colectivos con intereses comunes.También es posible que el acoso experimentado en nuestros días, que se ejerce desde las propias instituciones políticas, desemboque en una desregulación absoluta del ejercicio profesional. Con ello, el control de la construcción y la arquitectura se realizaría en exclusiva desde los servicios técnicos de las corporaciones locales y los organismos dependientes del estado. Algo para lo que evidentemente no están convenientemente preparados en este momento. La situación sería bastante complicada e implicaría un deterioro notable del sector de la edificación en nuestras ciudades y también una marginación creciente del papel social de los profesionales y sus estructuras representativas y cooperativas.--->