Revista Medio Ambiente
Como ya comenté varias veces en este blog, los colimbos son unas de las aves que desde que empecé a ver pájaros hace ya muchos años siempre tuvieron algo especial. Lo cierto es que en los últimos años cada vez se ven menos, aunque alguno se deja caer y cuando me entero intento ir a verlo.
Hoy por la mañana me acerqué un par de horas hasta Xixón porque hacía unos días que se estaba viendo un colimbo grande (Gavia immer) en la playa del Arbeyal. Quedé con Pablo Fernández, que los tiene controlados como nadie y al poco de llegar vimos a uno muy cerca de la orilla, pero al fijarnos bien nos dimos cuenta de que había otro un poco mas lejos. Se encontraba tan cerca de la orilla y era tan confiado que lo llegamos a tener a poco mas de 5 metros de distancia mientras pescaba cangrejos. La luz no era ninguna maravilla, pero disfruté como un enano viéndolo en acción.
Los colimbos son unos gourmets y antes de comerse un cangrejo le quitan las patas que no tienen suficiente chicha y se quedan sólo con el cuerpo. Para hacerlo los golpean repetidamente contra la superficie del agua hasta que se rompen todas las patas y en ese momento se lo tragan y siguen buscando a su siguiente presa.
Mientras este colimbo pescaba a nuestro lado, el otro hacía lo propio un poco mas lejos. Por la tarde, Pablo pudo verlos juntos e incluso pudo observar como se peleaban entre ellos por la comida. Os recomiendo que visitéis la entrada de su blog porque merece la pena.