Un equipo Canadiense reunió información de más de 205.000 mujeres de Ontario, mayores de 68 años que habían usado los fármacos, Fosamax (Merck), Boniva (Roche), Reclast (Novartis) y Actonel (Warner Chilcott). En total, 716 mujeres tuvieron una fractura del fémur luego de empezar a tomar el medicamento y casi 10.000 sufrieron fracturas de cadera más usuales. El riesgo de sufrir fractura de fémur varió según la duración del uso de los medicamentos: luego de 5 años, una de cada 1.000 tuvo esa fractura durante el año siguiente. Eso triplicó el riesgo que tenían las mujeres que habían tomado los farmacos durante tres meses o menos. Por otro lado, una mayor duración del tratamiento estuvo asociada con un 24% de fracturas de cadera, las que junto con las de muñeca y columna afectan a la mitad de la población con osteoporosis. Además de las fracturas atípicas, el efecto adverso más grave de esos medicamentos es la muerte ósea (osteonecrosis) de la mandíbula. Si una persona está tomando estos fármacos y no está segura de si eso tiene algún riesgo, debería conversar con el médico. Este estudio aparece en la edicion de hoy de la revista American Medical Association.