Se piensa que se debe actuar para conseguir un fin determinado en la luchar por la liberación, sin saber que están cumpliendo mecánicamente el principio de causa y efecto.
Un ejemplo de cómo funciona. El gobierno de turno sube los impuestos, usted se ofusca, cree ver el sometimiento y abuso de la elite, sale a la calle y protesta, grita, se revela, pero cuando llega el momento del vencimiento sale corriendo a pagar por lo que antes protestaba, porque el miedo a que lo ejecuten se apodera de usted. Esto se vuelve a repetir de distintas formas una y otra vez sin lograr cambiar las cosas, cuando la acción correcta en esa circunstancia sería la no acción, solo tendría usted y toda la ciudadanía que no pagar el impuesto para revertir la situación. La acción violenta de la ciudadanía casi siempre es usada en su contra y como ejecutora de la agenda en curso. Por ello, cuando llega el momento del sufragio la solución no es votar a la oposición, la solución es no votar, logrando de esta forma enderezar y saltar el sistema.
Otro concepto erróneo es el de “Nuevo Orden Mundial”. Luchamos para que este no se instaure cuando en realidad ya lo está desde hace dos mil años. Desde el nuevo testamento del cristianismo el Nuevo Orden Mundial está implantado en el mundo. Lo que a usted le venden como NOM es la cortina de humo que oculta al verdadero monstruo de cuatro cabezas que se lo está comiendo, de nombre “Democracia”. Al luchar contra el Nuevo Orden Mundial usted en realidad lo está protegiendo, la religión, la política, la justicia y la libertad son sus falsas cabezas que esconden su verdadero rostro, el ego. Sólo luchando con nuestro “ego” luchamos verdaderamente contra el “Orden Mundial”. Por tanto, la primera batalla a librar es con nosotros mismos y eso es lo que están tratando de evitar desviando la atención con falsos objetivos. De esa manera la energía que tendría que poner en usted la pone en ellos, dándoles constantemente su fuerza.
