Los condilomas en el embarazo

Los condilomas son verrugas genitoanales que se pueden dar como consecuencia de infecciones por el virus HPV (virus del papiloma humano) y que suelen dar lugar a lesiones benignas que necesitan tratamientos para extirparse o se curan espontáneamente. Se suelen notar porque se ven como verrugas blancas o grisáceas en forma de coliflor.

Los condilomas tienen una incidencia anual estimada de 2,4 casos por cada mil, la prevalencia de virus que puede dar el condiloma es mayor. La forma de contacto es genital, aunque no suele presentar signos ni síntomas lo que es más peligroso porque e puede transmitir a la pareja sexual.

Las verrugas genitales pueden dar lugar a problemas en el embarazo, en ocasiones porque se agrandan y dificultan la micción, otras porque disminuyen la elasticidad en vagina y la pueden obstruir en el parto, incluso en raras ocasiones el bebé puede tener verrugas en la garganta.

Los problemas a los que puede llevar son prurito y sangrado, motivos psicosexuales, dan lugar a riesgo de transformación maligna y cáncer, y son contagiosas para la pareja y el recién nacido en el parto (no tiene defensas).

El tratamiento puede pasar por los tratamientos quirúrgicos con anestesia local, láser, drogas citotóxicas, sustancias cáusticas de acción local o inmunomoduladores. Lo importante es consultar con el médico y buscar un tratamiento ya, sobre todo si se presentan en el embarazo, ya que los condilomas pueden ser potencialmente peligrosos, no se trata sólo de un problema estético, es un problema de la salud que puede dar lugar a graves complicaciones y además es contagioso tanto para la pareja como para el bebé en el momento del parto.

Aunque los neonatos tienen mayor riesgo tras el parto vaginal comparado con el parto por cesárea las infecciones suelen ser transitorias y no se justifica realizar una cesárea de rutina en mujeres embarazadas con condilomas genitales. Ya hemos dicho anteriormente que los casos de verrugas en garganta o laringe son muy raros y poco probables.