Revista Insólito
Los cráteres aun visibles de Pointe du Hoc, Normandía.
Publicado el 09 mayo 2016 por Husmeandoporlared @husporlaredUn paisaje lunar fruto de los bombardeos realizados durante la Segunda Guerra Mundial hace más de 70 años permanece inalterable en Pointe du Hoc, la costa de Normandía.
A pocos kilómetros al este del pequeño puerto pesquero de Grandcamp, en la costa de Normandía, al norte de Francia, se adentra hacia el mar un cabo llamado Pointe du Hoc, el cual se eleva treinta metros sobre una estrecha playa de guijarros. En este lugar los alemanes construyeron una batería de costa que formaba parte del Muro del Atlántico, una serie de fortificaciones y defensas construidas por los alemanes durante la Segunda Guerra mundial en la costa atlántica con el fin de defenderse de una invasión. Este cabo es el punto más alto entre las dos secciones de la playa denominadas con los nombres en clave de Utah y Omaha, playas donde los aliados habían planificado el desembarco del día D, el 6 de junio de 1944.
Pointe du Hoc contaba con seis piezas de artillería de 155 mm artillados en búnkeres de hormigón fuertemente blindados, los cuales eran capaces de alcanzar tanto las playas del desembarco como a los miles de barcos que componían la flota encargada de transportar los soldados y el material necesario para la invasión de Normandía. La destrucción de estas armas era importante para el éxito del desembarco.
En las semanas previas a la invasión, toda la costa de Normandía fue bombardeado por vía aérea. Pointe du Hoc fue especialmente castigado. En el libro The Victors de Stephen E. Ambrose, se dice textualmente:
Bombarderos pesados de la Octava Fuerza Aérea de Estados Unidos y el Comando de Bombardo Británico habían bombardeado varias veces la zona, llegando a su punto máximo antes del amanecer del 6 de junio. A continuación, los acorazados entraron en acción, disparando decenas de proyectiles de 14 pulgadas sobre la posición. En total, Pointe-du-Hoc fue golpeado con más de diez kilotones de explosivos de alta potencia, el equivalente a la potencia explosiva de la bomba atómica usada en Hiroshima.
Hace unos años visité este lugar y publiqué un artículo en este blog con fotografías que tomé en Pointe du Hoc, fue una experiencia inolvidable, el ver los acantilados por donde subieron los Ranger, con fuego enemigo sobre ellos, prácticamente a oscuras, el mar azotando la costa, me hizo pensar que quizá esta gente era de otra raza.
Aún así, nadie estaba seguro de si la batería había sido neutralizada. La vida de miles de soldados y el éxito de la invasión y el de la misma guerra estaba en juego, así que se tomó la decisión de atacar la posición por tierra mediante el envío de un equipo de soldados, los cuales tendrían que escalar los acantilados utilizando cuerdas y escaleras antes del amanecer.
La tarea recayó sobre el 2º Batallón de Rangers, bajo el mando del Teniente Coronel James E. Rudder. Tras un accidentado desembarco en la playa sobre la que se levanta Pointe du Hoc, los Rangers lucharon contra una pared de roca resbaladiza, cuerdas empapadas y el fuego enemigo que recibían desde lo alto del acantilado. Consiguieron tomar la posición y descubrieron que las piezas de artillería habían sido movidas por los alemanes y reemplazadas por vigas de madera con el fin de engañar a los aliados, los cuales fotografiaban la zona desde el aire.
Los Rangers organizaron rápidamente la búsqueda de las piezas y las encontraron ocultas en las inmediaciones, donde fueron inutilizadas con granadas. La misión de los Rangers había terminado pero todavía tenían que salir de ese lugar. Para su desgracia, las fuerzas de rescate tardaron dos días en llegar. Sin refuerzos y con los víveres casi agotados, los Rangers lograron mantener a raya los repetidos intentos de los alemanes de recuperar la posición. Cuando llegaron los refuerzos de los 225 hombres que iniciaron el asalto solo 90 eran capaces de luchar, algunos de ellos heridos.
El Teniente Coronel James Earl Rudder fue condcorado con la Cruz de Servicio Distinguido por su servicio en Point du Hoc y más adelante fue nombrado jefe del 109 regimiento de infantería.
Hoy en día, el acantilado se parece a una superficie lunar. Los cráteres producidos por los bombardeos aéreos y de la artillería naval todavía cubren el suelo como prueba de la terrible batalla que tuvo lugar en ese lugar. Aún se pueden ver los impactos de bala en los bunkers, y restos del almacén de municiones alemán. En 1979 se erigió un monumento en este lugar en recuerdo a tan heroicos soldados.
Fuentes: WorldWar2History.info / www.militaryhistoryonline.com / www.battleofnormandytours.com /www.normandiememoire.com
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