En España cuando llegan estas fechas, y durante todo el verano, podemos encontrar en papelerías, librerías y centros comerciales los famosos cuadernos de vacaciones, unos cuadernillos que repasan los contenidos esenciales de cada curso escolar.
Hay quien cuando ve los cuadernos de vacaciones empieza a sentir alergia, quizás rememorando esos veranos en que tenía que hacerlos, cuando encima se había pasado todo el curso yendo a clase. Pero yo se los suelo recomendar a algunas familias, básicamente a familias homeschoolers que no siguen ningún programa estructurado pero sí desean comprobar el grado de competencia de sus hijos en esas áreas (matemáticas, lenguaje, conocimiento del medio e inglés) respecto al curso que se supone que estarían haciendo si fueran al colegio. También se lo recomiendo a madres que tienen niños de 6 o 7 años y les apetece buscar algún material un poco estructurado para todo el curso, pero no desean ni comprar libros de texto convencionales, ni seguir un programa concreto online. En esos casos recomiendo que elijan 2 o tres cuadernos de vacaciones diferentes los que más les gusten por el tipo de actividades, presentación, etc, y los usen a lo largo del curso, en medio de otras actividades y proyectos del interés del niño, como pauta que les asegura que lo fundamental de ese curso en cualquier colegio sí lo están haciendo (obviamente han de elegir cuadernos del curso que harán sus hijos durante todo el año, no como repaso del que ha terminado),
Otras familias compran alguno de estos cuadernos como material complementario para utilizar durante el curso, para sacarlo esos días que estás más liada de lo normal, que suena el teléfono y no puedes no atender a esa persona que llama, que has tenido cualquier imprevisto y el niño demanda que le des algo para estudiar. En esos momentos sacas el cuaderno y los niños pueden ir trabajando ellos solos durante un rato. Para esas ocasiones también es bueno tener una carpeta con material impreso: laberintos, mandalas, recortables, mapas, fichas de mates, dibujos que aparecen al unir los puntos, cenefas, dibujos que hay que completar, canciones en inglés que se pueden traducir, etc. Pero un cuaderno de vacaciones con sus propuestas y juegos nos simplifica mucho esa tarea de selección diversa para esas ocasiones.
Azucena Caballero
Publicado en Familia libre