Revista Cultura y Ocio

Los cuatro estadios del escritor

Publicado el 01 mayo 2015 por Ana Bolox @ana_bolox

Mientras leía el libro de Damon Knight, Creating Short Fiction, me encontré con que el autor establecía una curiosa escala o peldaños por los que el aspirante a escritor debe ir ascendiendo hasta alcanzar la maestría, algo que él llama los cuatro estadios del escritor.

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Por supuesto, como en todo oficio o profesión, alcanzar ese punto en el que la pericia se convierte en arte requiere esfuerzo, estudio y práctica. Todo aspirante a escritor debe asumirlo. Yo lo tengo asumido, pero lo cierto es que nunca antes había leído la gradación de estadios que propone Damon Knight y, me pareció tan curiosa, que he decido traerla al blog.

ESTADIO 1: cuando escribes para ti mismo

Según Damon Knight, en este punto de tu camino como aprendiz, todavía escribes para ti mismo y tus historias son, sobre todo, ensoñaciones que has tenido mientras estabas despierto. Estas historias te procuran placer con una especie de narcisismo que, sin embargo, aún no logra comunicar nada al lector.

Todos hemos pasado por ahí. Es una etapa feliz en la que tus primeros textos comienzan a ver la luz. Sólo tus ojos los ven, si acaso, también los de algún amigo que se sorprende por lo que has creado. Tú, mientras tanto, cuando te enfrentas al resultado del trabajo, sientes que has logrado crear un mundo para esas ensoñaciones que dieron lugar al texto y te invade una satisfacción que, aún no lo sabes, tardará en volver si decides persistir en el camino que ha de llevarte a convertirte en un escritor.

El disfrute del placer que te produce ver tu ensueño hecho una realidad sobre el papel es humano y no hay ninguna razón para no disfrutarlo. Hazlo sin remordimientos, aunque todavía no conozcas la verdad: tu texto no le dice nada a un lector avezado.

ESTADIO 2: cuando la trivialidad domina tus textos

Después de esos primeros subidones de felicidad, has continuado escribiendo. Sin embargo, a medida que lo has hecho, has empezado a encontrar obstáculos que te pasaron desapercibidos en la primera fase. Escribir ya no es tan sencillo como parecía. A veces te encuentras frente al papel con un intenso sentimiento que deseas comunicar, pero que tu cerebro no es capaz de traducir en palabras. En esta etapa, de acuerdo con los cuatro estadios del escritor que establece Damon Knight, te encuentras luchando por salir de la concha e intentando comunicar, pero tus historias todavía son lo que los editores califican como “triviales”. Aún no estás preparado para escribir una historia completamente desarrollada y sales del paso construyendo narraciones que sólo están a medio formar.

Aun así, cuando terminas esas historias, sigues pensando que tú vales para esto. Sabes que no alcanzan el punto al que desearías haber llegado y empiezas a “compararlas” con las historias que escriben otros, y a preguntarte por qué ellos sí pueden llegar a ese punto y tú no. A veces miras tu texto y te sonríes. Sabes que es mejor que lo que escribías al principio y eso te arranca una sonrisa de nuevo, pero todavía no es lo que tú desearías y, lo peor, es que no sabes cómo arreglarlo. Hay cierta satisfacción en verlo acabado, pero ya no es esa otra que te invadió con una felicidad inmensa cuando acabaste tus primeros textos, en el estadio uno.

Y entoces es cuando empiezas a investigar. Necesitas conocer la respuesta a ese porqué. Quieres encontrar el elixir mágico que permite a otros construir unas historias que tú aún no sabes cómo escribir. Anhelas beber de esa ambrosía maravillosa y convertirte en uno de los elegidos.

ESTADIO 3: cuando la fragilidad de tu técnica aún no responde a tus necesidades 

Has avanzado mucho. Probablemente no sólo has investigado por ahí, sino que te has decidido a realizar algún taller o cursillo de escritura y vas empezando a conocer los secretos del oficio. Llegados a esta fase, afirma Damon Knight, ya eres capaz de construir historias, o imitaciones razonables, pero con frecuencia te ves atascado debido a problemas técnicos, normalmente relacionados con la fragilidad en la estructura de tu historia o de tus personajes.

Bueno…, ahora ya tienes la respuesta. Ahora ya conoces el sabor amargo de esa ambrosía que creías mágica. No hay otro secreto que no sea el estudio y la práctica. Pero este misterio que te ha sido revelado no es dulce como la miel, sino duro y rasposo. A veces se obtienen resultados aceptables que vuelven a arrancarte una sonrisa y que te proporcionan parte de esa satisfacción de la que hablábamos en el punto uno, pero son resultados que no sacian. Lo mejor y lo peor de este estado es que sabes que tus problemas tienen solución, pero todavía no ves esa luz, al final del túnel, que te guíe hasta el estadio final.

Tranquilo. Sigue estudiando, continúa practicando. Escribe, escribe, escribe… y lo alcanzarás.

ESTADIO 4: cuando ya puedes vestirte de escritor profesional

¡Lo has logrado! Te empeñaste y lo has conseguido: has estudiado, has practicado, has escrito todos los días y analizado hasta la extenuación cada una de las correcciones que te ha hecho tu profesor. Y así, tras mucho tiempo y esfuerzo, por fin has resuelto todos esos problemas, al menos con la suficiente habilidad como para ir arreglándotelas, y te encuentras en un punto en el que ya puedes trabajar a un nivel profesional.

¡Qué felicidad!

Resulta que esos arcanos reservados a los elegidos están, en realidad, al alcance de “casi cualquiera” (no diremos que no hace falta también tener ciertas aptitudes para el oficio). Pero no todos son capaces de llegar donde tú lo has hecho. Se quedan en el camino, abandonan y te ven marchar hacia adelante. Sólo llegan al final los decididos, los audaces, los que son capaces de emplear tiempo, sudor y lágrimas sin desistir hasta que el pie traspasa la línea de meta.

Damon Knight nos dice que hay otros estadios más allá del 4, pero una vez que el autor ha llegado a ese punto, ya no necesita ayuda. También nos dice, y esto puede que anime a algunos y desanime a otros, que él tardó veinte años en alcanzar la cuarta etapa. El tiempo que nos lleve a cada uno de nosotros, señala, depende de nuestra edad, experiencia, talento y suerte.

Lo importante de esta lección es que todo depende de ti.

De cómo avanzar en los estadios

Otro punto importante que toca Knight es el de cómo lograr salir del Estadio 1 y avanzar hasta el 2. Es curiosa la explicación y razonamiento que da para lograrlo. Damon Knight señala que: el acto de escribir atrae a muchas personas como un medio para ocultarse, esconderse dentro de personajes imaginarios. Está de acuerdo en que, ciertamente, ocultarse es una de las partes de la escritura: todo escritor se esconde tras sus personajes; pero la escritura también es un modo para mostrarse. No importa si lo hacemos de forma voluntaria o involuntaria, lo cierto es que lo hacemos. Y, ahora llega su razonamiento con respecto al modo de conseguir ese paso del punto 1 al 2, el joven escritor que inventa héroes dotados de gran inteligencia, belleza, fuerza y virtud es como un niño que intenta esconderse tras la puerta de una valla.

Todas estas ensoñaciones narcisistas han sido diseñadas para confortar y halagar a una persona: tú. Si permites que tus personajes persigan sus propios intereses y sean personas por sí mismas, la ensoñación se disipará, por eso es por lo que quiero que lo hagas, nos dice. En una ensoñación, el juego está “amañado” a favor del protagonista, porque ese protagonista eres tú. Esto está bien para una ensoñación, pero no hay ninguna tensión en una historia en la que todo ha sido arreglado para que juegue a favor el héroe. De modo que, por favor, créeme: una vez que hayas aprendido a jugar con limpieza el juego de contador de historias, cualquiera que escribas será mucho más emocionante y satisfactoria que tu ensoñación.

Salir del Estadio 2 y del 3 es una cuestión de técnica, asegura Knight, pero la técnica no te ayudará mucho hasta que no hayas superado el Estadio 1.

De modo que esforcémonos por superar ese primer estadio, por no permitir que nuestras ensoñaciones se hagan con el mando de la historia. Es un buen consejo el que nos da Damon Knight: proporcionemos una vida a nuestros personajes, permitámosles que tomen sus decisiones, que tengan su personalidad, su modo de ver las cosas y entender el entorno en el que los hemos situado. Dejemos que tengan vicios, dudas, flaquezas, igual que tendrán virtudes y fortalezas. No queramos escondernos tras un personaje que hemos diseñado con las medidas de un superhéroe y nuestras historias serán mucho más vitales, verosímiles y, tal y como dice Knight, emocionantes y satisfactorias. Luego, ya tendremos tiempo de ir aplicando las diferentes técnicas a nuestros escritos.

Técnicas que habremos de aprender. No tengas miedo a “ir a la escuela”, no creas que es deshonroso. Salvo los grandes genios de la literatura (y quizá ni ellos), todos los demás escritores cuyas obras leas han pasado por las aulas, como lo hace un músico por el Conservatorio. Fórmate tal y como lo hace cualquier profesional de cualquier rama.

Por cierto que te animo a leer el post de Gabriella Literaria 9 cosas que le diría a la niña que empezó a escribir. Es el complemento perfecto a mi artículo: la teoría llevada a la práctica.

¿Y tú, escritor? ¿En qué estadio crees que te encuentras? Cuéntanoslo en los comentarios. Podríamos así entablar un debate interesante

:-)
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Gracias.

Referencia: Creating Short Fiction, Damon Knight.

Fotografía: Eric Haidara, StockSnap.io.

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