La riqueza nutricional de los dátiles propició que en la Antigüedad se les llegara a catalogar como la fruta del «árbol de la vida». Aunque por su consistencia y aspecto se les haya hecho un hueco dentro de las frutas desecadas, lo cierto es que no se seca después de su recolección, sino antes al sol. Para Elena Gascón, dietista-nutricionista del Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Navarra, «aportan mayor cantidad de energía que las variedades frescas. Son una fuente importante de hidratos de carbono y fibra, por lo que ayudan a controlar el tránsito intestinal y están recomendados en casos de estreñimiento».
Dentro de los minerales, los dátiles destacan por su riqueza en potasio y magnesio. «El primero, en sinergia con la niacina o vitamina B3, favorece el buen funcionamiento nervioso y muscular, promoviendo una buena coordinación psicomotora. El magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante», aclara Gascón. Pero todavía hay más. Dos pigmentos naturales, los betacarotenos y la luteína, continúa la experta, «ayudan a cuidar la vista y previenen enfermedades degenerativas de los ojos».
-Demasiadas calorías
Pese a todo, los dátiles contienen un valor energético nada despreciable. Hasta 279 calorías por cien gramos. Según el doctor Vicente Orós Espinosa, miembro del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), «representan un recurso excelente para reponerse de grandes esfuerzos y están especialmente indicados en la práctica de deportes de larga duración y condiciones extremas como montañismo, alpinismo o escalada, entre otros». Sin embargo, «debido a su contenido en hidratos de carbono, estarán contraindicados en personas obesas y con sobrepeso, así como diabéticos y aquellas que padezcan hipertrigliceridemia por su concentración en azúcares simples. Además, tan sólo poseen un 15 por ciento de agua, por lo que el contenido de los restantes nutrientes está aumentado», advierte Gascón.
Además, su ingesta habitual, continúa la experta, no sólo «favorece la aparición de caries dental si no se tiene una correcta higiene bucal, sino que también pueden resultar algo indigestos en personas con problemas digestivos». Entre los dátiles más populares encabeza la lista el tunecido «Deglet Noor» de piel lisa y brillante, seguido del «Medjool» con una textura arrugada y similar a un caramelo toffee. Dentro de los secos están los blandos, duros, rojos, negros y amarillos. Aunque proceden de Oriente Medio, los de Elche (Alicante) cuentan con el reconocimiento a nivel mundial.
**Publicado en "LA RAZON"
Revista Cocina
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