Los 2,5 millones de pesos que recibirá la Vicepresidenta exhiben la inequidad que reina entre los privilegiados que viven del poder y todos aquellos que no gozan de ningún atributo excepcional
Estos días hemos tomado nota acerca de la opulenta cifra que la Vicepresidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner percibirá en concepto de pensiones y sus correspondientes retroactivos (ya que cobrará cada peso que no se le ha abonado desde que estos beneficios ya representaban su aparente legítimo derecho hace algún tiempo atrás).
Lo interesante no son ya las cuestiones jurídicas y las desprolijidades de Anses para defender el derecho de todo el sistema jubilatorio (lo que de por sí amerita una investigación y, en caso de corresponder, un castigo ejemplar a quienes actuaron con negligencia, desidia o falta de escrúpulos), sino la inequidad que reina entre los privilegiados que viven del poder y todos aquellos que no gozan de ningún atributo excepcional.
La ex Presidente cobrará un retroactivo aproximado de 120.000.000 de pesos y dos beneficios mensuales que totalizan unos 2.500.000 pesos. La primera aclaración ante estos exorbitantes números es algo burda pero vale la pena recordarla: el sistema jubilatorio está absolutamente quebrado y desfinanciado.
El kirchnerismo cometió con Anses varios actos de terrorismo fiscal. En primer lugar, la "década ganada" permitió durante los primeros años del siglo incorporar al sistema unas 3.000.000 de personas que no estaban en condiciones de jubilarse o pensionarse por carecer de aportes suficientes, prácticamente duplicando así los beneficiarios. En segundo lugar, la estatización de las AFJP: más allá de las críticas al sistema, lo cierto es que las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones privadas eran optativas para aquel que aportaba y no obligatorias. Además se las obligaba a comprar bonos del Estado y no tenían independencia para elegir sus inversiones. Luego, con los fondos estatizados allá por el 2008 se creó lo que se denominó "Fondo de Garantía de Sustentabilidad", una especie de fondo de inversión manejado por la propia Anses siempre al servicio del gobierno de turno, donde los activos que abundan en él son títulos públicos de dudosa cobrabilidad.
De una jubilación de 30.000 pesos, 19.500 pesos son aportados por los trabajadores en actividad y 10.500 pesos son aportados entre todos nosotros cada vez que pagamos impuestos
Independientemente de las cuestiones técnicas algo tediosas, cabe destacar que el sistema jubilatorio argentino subsiste gracias al aporte de los trabajadores activos (un 65%, de acuerdo a las partidas presupuestarias estimadas) y a los impuestos que pagamos todos (el otro 35%). Simplificando: de una jubilación de 30.000 pesos, 19.500 pesos son aportados por los trabajadores en actividad y 10.500 pesos son aportados entre todos nosotros cada vez que pagamos impuestos. Solo como ejemplo (y simplificando al extremo), si vamos a hacer las compras al supermercado y gastamos 10.000 pesos, estamos aportando de ese monto 190 pesos para pagar alguna de las tantas jubilaciones.
Todo esto implica claramente dos cuestiones: por un lado, la gran inequidad. Quienes aportaron toda la vida a un sistema que les prometía un retiro digno, hoy cobran una suma miserable. Quiénes no aportaron nunca, son acreedores de la misma jubilación miserable. Por otro lado, quienes están debajo de la línea de pobreza, aquellos que no se logran alimentar ni educar como deben, están pagando impuestos en cada gasto que realizan para adquirir productos de primerísima necesidad para soportar un sistema previsional desfinanciado y que solo ha empobrecido a cada uno de los jubilados y pensionados que dependen de él.
Los jubilados a través de los años han sido estafados sistemáticamente por los diferentes gobiernos. Luego de iniciarles el juicio correspondiente al Estado para cobrar lo que les corresponde, en muchos casos las dilaciones son tales que muchos de ellos mueren sin lograr cobrar
En este contexto analicemos por un instante las dos pensiones otorgadas a la actual Vicepresidente de la Nación, una en su calidad de ex Presidente de la Nación y la otra en su calidad de viuda de un ex Presidente. Como dijimos, la doctora va a hacerse de 2.500.000 pesos mensuales. Dentro de este sistema empobrecido e injusto, podemos decir también que va a cobrar a razón de 3.472 pesos por hora, algo así como una jubilación mínima cada 8 horas. Mientras que un jubilado cobra una jubilación mínima al finalizar el mes, Cristina lo habrá hecho unas 97 veces, a razón de 3 veces por día. Más impactante es aún el número cuando lo llevamos a dólares: hoy el 70% de los argentinos que cobran una pensión o una jubilación ganan menos de 132 dólares mensuales: a Cristina le va un poco mejor, con estas dos pensiones ganará cerca de 12.652 dólares.
Cabe mencionar también cada una de las miles de sentencias que esperan por su cobro: los jubilados a través de los años han sido estafados sistemáticamente por los diferentes gobiernos. Luego de iniciarles el juicio correspondiente al Estado para cobrar lo que les corresponde, en muchos casos las dilaciones son tales que muchos de ellos mueren sin lograr cobrar.
La Anses se ha convertido en una gran caja de subsidios y nada más. Las pensiones de la Vicepresidente no son más que el triste reflejo de la enorme distancia que existe entre la política privilegiada y la triste realidad argentina.
Manuel Adorni INFOBAE