Revista América Latina
Menudo desafío el de tomar hoy en día una pieza de Florencio Sánchez. Y Mariana Díaz toma las riendas de este proyecto con gran ingenio y creatividad. Rescata la universalidad en los textos de Sánchez, reivindica su teatro; lo vuelve vivo, actual y por sobre todo, encantador. Una mujer enferma. Una familia que decide el modo de enfrentarse a su condición. Una mujer –por momentos veo a una niña–, que se ve acorralada por esta decisión. Mendigar la verdad. No mirar atrás. Sufrir; desear que todo se termine pronto. La muerte y el deseo de vivir luchando por prevalecer sobre el otro. Amor, dolor, pasión, engaño y ocultamiento. Dos miradas sobre una misma miseria. Rescato la puesta en escena, que, por sobre todas las cosas, resulta cautivante. De escenografía itinerante, simple y a la vez sorprendente, y deliciosas elecciones en cuanto a lo estético, esta pieza mantiene fielmente la esencia del autor y nos invita a reflexionar: ¿Qué nos queda, si nos sentimos muertos aún sin morir? ¿Puede alguien tener el derecho de tomar partido por nuestro final en nombre de su amor y despojarnos de nuestra existencia hasta que sólo nos quede… “la carne”? Ficha ArtísticaAutoría: Florencio SánchezAdaptación: Ramiro Lehkuniec, Ulises RomeroActúan: Lucila Casalis, Fernando Contigiani Garcia, Cinthia Santos, Denisse Van der PloegFotografía: Ramiro LehkuniecDiseño gráfico: Juan Manuel AmayaDirección: Ramiro Lehkuniec, Ulises Romero