Revista Opinión

Los derechos del cabo Cabello, muerto en Afganistán

Publicado el 10 octubre 2009 por Elhombredelpiruli
Los derechos del cabo Cabello, muerto en Afganistán
El diario ABC publica hoy que el cabo Cristo Ancor Cabello, muerto en Afganistán el pasado miércoles, fue bautizado poco antes de morir cuando estaba agonizando en el hospital de Herat, adonde fue conducido después del atentando. Se informa de que el soldado había expresado su voluntad de bautizarse, ceremonia que iba a realizarse esta semana por lo que el capellán decidió cristianizar al cabo en el lecho de muerte.
La edición en papel del diario ofrece muchos más datos sobre la cuestión (lo anuncia en portada con indicación de que amplía en página 20, cuando en realidad es la 24), como que el cabo ha sido enterrado con la concha bautismal utilizada, que fue comprada por Cabello cuando hizo el Camino de Santiago. La fuente de la noticia es el capellán, según el diario.
Yo me pregunto si esta información no es una intromisión en la intimidad del fallecido. ¿Quién ha autorizado al capellán católico a difundir semejante información que solo atañe al afectado y su familia? ¿Los padres del fallecido han autorizado al capellán a divulgar estos datos tan íntimos? ¿No vulnera también los derechos de los padres que en su día decidieron no bautizar a su hijo, ya fuera porque no son creyentes o, simplemente, porque consideraron que era una decisión que debía de tomar él mismo cuando fuera mayor de edad?
En la información del diario no se aclara nada de esto, por lo que me da por pensar si no será un intento propagandístico de la Iglesia Católica, que coloca sus intereses sectarios por encima del derecho a la intimidad y la propia imagen del soldado fallecido.
Maniobras de este tipo ya han sucedido en el pasado, desde tiempos del emperador Constantino, con personalidades que destacaron por su ateísmo o agnosticismo. Del viejo profesor Enrique Tierno Galván se divulgó la falsa especie de que en el lecho de muerte solicitó confesión, algo que fue desmentido en innumerables ocasiones por su esposa. Los derechos del cabo Cabello, muerto en Afganistán
Por otra parte, sería muy conveniente aclarar el papel que juegan los capellanes en estos lugares de riesgo. ¿Intentan evangelizar a los soldados que no están bautizados? ¿Los asustan con el infierno y cosas así?
La laicidad del Estado que propugna el Gobierno de Zapatero no ha llegado al Ejército. Como tantos otros derechos, claro. ¿Los saldados españoles en Afganistán disponen de capellanes de otras confesiones para atender sus necesidades espirituales? Alguien podrá argumentar que no hay soldados de otras confesiones en las tropas destacadas en Afganistán. Pero no es cierto, al menos uno no pertenecía a ninguna confesión: el cabo Cabello. Quizá haya más, pero el capellán católico tiene la pista libre para adoctrinarlos a todos.
Me pregunto si no sería más lógico que hubiera un capellán musulmán, puesto que las tropas están en un país en el que la mayoría de la población es de esa religión. Quizá alguno de los soldados se sienta atraído por esa fe, aunque solo sea por contacto. ¿O es que han ido allí a combatir a los musulmanes?
Otro asunto a debatir es si es razonable que el ABC publique esta noticia en primera página, como si fuera un hecho de suma importancia. O, dicho de otra manera: Como una de las tres noticias más importantes del día. El diario destaca hoy en portada las siguientes noticias:
“Rajoy obliga a Camps a destituir a Costa al frente del PP valenciano”
“Obama, el primer sorprendido por el Nobel de la Paz” (con foto)
“El cabo Cabello pidió ser bautizado cuando agonizaba en Herat”

No se destaca que fue enterrado en Las Palmas en una ceremonia a la que asistieron el príncipe Felipe, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, además de otras autoridades. No, lo que se destaca es que se bautizó.
Supongamos por un momento que este soldado, en lugar de bautizarse hubiera pedido afiliarse a un partido político o a un sindicato, o tal vez hacerse socio de un club de fútbol. ¿Hubiera sido legítimo desvelarlo? ¿Hubiera sido noticia de portada también?
Supongamos que el cabo Cabello hubiera pedido entrar, por ejemplo, en el PSOE, por citar al partido que está en el Gobierno. ¿Hubiera sido legítimo que la secretaria de organización socialista, Leire Pajín, lo hubiera desvelado el día del entierro? ¿Qué hubiera dicho el ABC al respecto? ¿No hubiera sido igualmente un uso torticero de un dato sobre la vida personal y privada de una persona –que ya no puede reclamar- y que debía de haber permanecido en ese ámbito?
La Iglesia debería pedir perdón a la familia del fallecido, salvo, naturalmente, que los padres autorizan expresamente a difundir ese dato el día de su entierro, cosa que no se dice por ningún lado.

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