Los desorientados
AutorAmin Maalouf (1949)TraductorMaría Teresa Gallego Urrutia
LibroEditorial: Alianza EditorialEdición: 2012Páginas: 524ISBN: 978-84-206-0889-1
Mi impresión
Si algo me puedo atrever a decir sobre este libro, sin conocer al autor más allá de sus escritos, es que me parece que es una visión introspectiva de él mismo. La contraportada del libro no hace justicia con el contenido, ya que, aunque es cierto que trata todos los temas que dice, los trata de una manera que a uno le hace reflexionar sobre lo que dicen, al mismo tiempo que ponerse en el papel de cada uno de los actores que componen la narración. Nos hace tomar partido por uno u otro, pero rápidamente nos hace cambiar de bando, mostrándonos la fortaleza y las debilidades de todos los participantes. Pero pongámonos en antecedentes.
Este diario, como así lo considero yo, ya que está escrito desde una perspectiva de principios del siglo XXI, nos habla de un grupo de amigos; universitarios; árabes; residentes en Líbano; miembros de sociedades de distintas religiones, a saber, árabe, cristiana y judía; situados en el periodo previo al inicio de la guerra civil libanesa que comenzó en los años 70 del siglo XX. Estos amigos se reunían en esa época para debatir sobre la sociedad en la que viven, intercambiar ideas, pensamientos, filosofías, sin importar las diferencias que les pueden separar, porque hay más cosas, y más importantes, que les une. Se respira respeto entre ellos... pero la guerra comienza y poco a poco se ven en la obligación de tomar partido o exiliarse en Europa y América.
Veintitantos años después de la última de las reuniones, nuestro personaje principal, Adam, que reside en París, recibe la llamda telefónica de una de las antiguas componentes del grupo pidiéndole que vuelva a Líbano ya que uno de sus mejores amigos, su marido, se está muriendo. Pese a las reticencias, finalmente acude, tarde, lo que le hace reflexionar sobre lo ocurrido y el pasado, y el por qué se llega a la situación en la que se encuentra. Aquí comienza la redacción del "diario" que no lo es.
El encontrarse con viejas amistades y la propuesta de reunir a todos los componentes, poniendo como excusa el reciente deceso, aunque con la idea real de volver a debatir y averiguar el por qué de tal divergencia y la pérdida de contacto entre tod@s, centra la narración, que consta de quince jornadas por tierras libanesas y una jornada en tierras jordanas.
El final da otra vuelta de tuerca, y nos encontramos con una situación que no es la que uno se esperaría (o por lo menos yo no me la esperaba).
Durante la lectura se hace una reflexión sobre el amor, la amistad, la religión pero, sobre todo, sobre el Líbano y el por qué un país rico (religioso, cultural y económicamente hablando) acaba en una guerra de guerrillas entre barrios y, también, con todos los países de la zona intentando influir (o interviniendo directamente) para destruir lo existente. También es, no me puedo olvidar, una reflexión sobre el pueblo árabe en general y, en menor medida, sus relaciones con Europa y América (no sólo USA). Es Amin Maalouf y creo que con eso lo estoy diciendo todo y mucho, por lo que la palabra tiene todo el poder y la violencia siempre estará en un plano secundario. Si nunca habéis leído nada de él os aconsejaría que lo hicierais, y este libro es un buen comienzo...
Contraportada del libro
"Perdemos la memoria de las palabras, pero no la memoria de las emociones"
Una llamada inesperada lleva a Adam, un profesor árabe de Historia, a regresar a su tierra natal después de veinticinco años de exilio. Todo sigue igual, no ha pasado el tiempo por los lugares que frecuentó. Aquel "paraíso perdido" de la montaña blanca va asociado a los nombres de sus amigos de juventud, el Círculo de los Bizantinos, que pretendían cambiar el mundo y fueron ellos los que terminanron cambiando por una guerra que los separó y llevó a cada uno por distintos caminos. Pero quién es él para juzgarlos cuando vivió un exilio "dorado" mientras ellos se vieron abocados a una situación sin elección posible. Con la ayuda de la siempre bella y rebelde Semiramis, Adam intenta reunirlos. A los que quedan vivos.
Los desorientados es la novela más esperado del autor de León el Africano. Quizá la más personal y emotiva. La que condensa su manera de ser, de pensar. La clave de todas las ideas que ha volcado en sus obras. Un "regreso" literario a su país natal, un lugar indeterminado, un no lugar que se convierte en una reflexión universal sobre la amistad, el amor, la memoria, el exilio, la identidad y la necesidad de tender puentes entre Oriente y Occidente, siempre presente en su escirtura."Más vale equivocarse en la esperanza que acertar en la desesperación"