Revista Opinión

Los diarios populares en Argentina (artículo en proceso)

Publicado el 07 mayo 2011 por Rodrigofino @finorodrigo

Hace días que varios amigos me enviaron algunos correos electrónicos para saber mi opinión o que pensaba de la prensa popular de Argentina. Luego me pidieron un artículo desde un medio especializado de los Estados Unidos sobre el mismo tema. Al principio no entendía mucho por que tanta insistencia con este tema en particular. Me encontraba de viaje fuera de Argentina y
tenía toda mi atención puesta en otros temas de diseño y comunicación. Al llegar a la Argentina comprendí el por qué de tanto agite. Salieron el mismo 2 de mayo dos nuevos diarios denominados populares. Uno del Grupo Clarín, llamado Muy y el otro de la Editorial Perfil, llamado Libre. Prefiero dejar aquí en mi bitácora personal mis ideas y no hacer que corran sólo por el ámbito privado y aprovchar también para publicar a modo de anticipo lo que tal vez saldrá en inglés dentro de un tiempo. Aún no tiene título, aún le faltan datos por buscar y ampliar, pero aquí van las primeras líneas.

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Casi siempre hay una relación directa entre la marcha de la economía y el crecimiento de ventas de la prensa impresa. Es decir si hay crecimiento económico, casi siempre suben las tiradas y las ventas de los diarios y cuando las crisis se hacen presente, las ventas y tiradas de los diarios sufren caídas. Ni hablar si, a la crisis económica, se le suma que estamos en medio de un cambio cultural profundo y definitivo como es el de la masificación de los medios digitales. Miremos algunas cifras de esta relación que intento explicar:

Año 2007. La economía Argentina estaba en crecimiento y la venta de diarios impresos creció en general el 7% y en la India, otra economía en crecimiento por aquellos años, la venta de ejemplares aumentó el 11,7%. Mientras que en este mismo año en los países desarrollados la crisis no aún estaba en su punto máximo pero empezaba a golpear y sumado a que el avance de los medios digitales era imparable, las cifras de ventas eran al contrario de lo que pasaba en nuestro continente: En Australia la venta de periódicos caía 5,3%, en Estados Unidos descendía un poco más del 3%, en Reino Unido la ventas también caían el 3,46% y en La Unión Europea el descenso en las ventas fue en promedio del 2,37%. En España las ventas de periódicos crecieron casi nada, un menos que tímido 0,29%. Todos datos de mercado, tanto de Argentina, como del resto de los países nombrados aquí, que fueron divulgados en su momento por la Word Association of Newspaper

Y siguen los datos de la WAN. Año 2008. Plena crisis en los países desarrollados y en Latinoamérica, que aún no estaba sacudiéndose del todo por la crisis, la venta en general de diarios creció el 2,7%.

Creo que la relación entre el desenvolvimiento de la economía en general y el aumento tenue, tímido, o como lo queramos llamar, de las ventas de diarios impresos queda al menos explicada en esta relación de datos. Y creo algo mas: a mayor crecimiento económico y alfabetización mayor venta de diarios impresos y a más Internet también menos ventas de diarios impresos y este último caso creo que ocurre al borronearse uno de los valores fundantes de un diario impreso: el de ser un buen vehículo transmisor de los hechos y el conocimiento y que hoy ese papel lo cumplen los medios digitales con mucha mayor rapidez y eficiencia. Aunque siga siendo muy costoso en Latinoamérica ingresar al mundo de la aldea global del conocimiento en línea: tanto un abono mensual de banda ancha como una computadora siguen siendo caros para la mayoría aún cuando Chile o Argentina tengan altos niveles de conectividad por habitante, en cambio comprar todo los días un diario impreso sigue siendo relativamente barato y en algunos países como Argentina el índice de lectura o de consumo de productos culturales, en relación a otros países del continente, sigue siendo aceptable aunque más bajo que en otros tiempos.

Es claro que si la economía crece y se recompone o crece el mercado de consumo incorporando nuevos ciudadanos que ven, sienten y palpan una mejora en su situación económica por años deprimida o sin mejorar, lo primero que ocurre es un aumento del consumo de todo tipo de productos, sobre todo en las clases populares y esto según una especie de consenso unánime entre todas las corrientes económicas que se puedan consultar al respecto. Y en esto están incluidos los diarios impresos. El ejemplo de Brasil con la nueva clase media, la denominada clase c ascendente, es muy esclarecedor al respecto y en alguna medida algo parecido ocurre en Argentina, aunque atenuado o limitado por el aumento también de la inflación y de la relativa falta de inversión privada para aumentar la oferta, todo esto en el caso de nuestro país para que no se mal interprete.

Mas allá de la inflación si hay dos nuevos diarios denominados populares, a los dos ya existentes, y si hacemos un análisis y valoración política de como evolucionó la economía Argentina vemos que de hecho en los años 2001 y 2002, se marchaba por las calles para pedir planes sociales y hoy se plantea que los trabajadores no pagen impuesto a las ganancias o se discuta el reparto de ganancias en las empresa, es claro que ha habido una cambio económico, al menos significativo en la composición del mercado, con todo lo relativo que pueda ser esta afirmación. Si esta nueva composición de mercado no estaría de alguna manera reflejada en la economía, imagino que Grupo Clarín y la Editorial Perfil no se empecinan en volcar al mercado este tipo de publicaciones. Aunque empiecen a verse algunas roces por la superposición de intereses entre ser editor o impresor de diarios al mismo tiempo que puede dar lugar a otras intepretaciones.

Ahora bien, dicho todo esto, resulta llamativo que la prensa popular de Argentina diste de serlo en realidad. Y no me refiero a sus coberturas y agenda periodística que son muy discutible si son o no populares, ni tampoco a si el parecido/semejanza/plagio/homenaje/copia/robo/inspiración desmedida del logotipo del diario Libre con respecto al de Liberatión tiene algún sentido entre si (¿se vienen los populares existencialistas?) sino por el siguiente aspecto: para ser popular se requiere, desde el punto de vista de la distribución, alcanzar grandes volúmenes de ventas ya que no esta basado el modelo de negocio, al menos al principio, en venta de publicidad, por ende y por ejemplo la prensa popular inglesa alcanza o alcanzaba a vender millones de ejemplares por día y esto esta en coherente relación con su historia y fundación en la denominada pennypress o prensa del centavo, es decir que era y sigue siendo en Reino Unido por precio y circulación una prensa popular y lo mismo ocurre en varios países de Latinoamamérica donde los diarios populares lo son en toda su cabal dimensión, por ejemplo el diario Dez Minutos de Brasil, cuesta 50 centavos de real (tomando el cambio a 2,45 pesos por real, daría 1,22 Pesos Argentinos) y vende todos los días 120 mil ejemplares en la ciudad de Manaos. La alta circulación es la piedra basal de la prensa denominada popular.

En Argentina el modelo de distribución arcáico, o mejor escrito, decimonónico no permite la relación de altos volúmenes de venta a bajo precio sino que se prefiere o impone la relación de menor venta a un mayor precio: el diario Muy y el diario Libre cuestan ambos $2,50 y el diario Clarín cuesta en promedio $3,25, o los populares son caros o Clarín es barato. Todo esto da por resultado una prensa que parece popular pero que esta lejos de serlo. Más aún si se recuerda que el diario Crónica, un diario cuyo adn popular es indiscutible, llegó a vender en la década del 70, nada menos que 700.000 ejemplares en tres ediciones diarias.


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