La sonrisa no es el fuerte de Pablo Iglesias. Se entiende mirando en las fotos sus dientes. Tiene el líder de Unidas Podemos una gran necesidad de dentista. En sus primeros planos con la boca abierta se ven dientes mal colocados y faltos de la molesta limpieza que sólo pueden hacer en una clínica dental.
Su dentadura, más propia de una persona con escasos recursos que de un profesor universitario y ahora de un flamante Vicepresidente del Gobierno de Pedro Sánchez, no le ayuda a conseguir votos. Los votantes no se fijaban en sus dientes cuando el señor Pablo Iglesias hablaba de casta en un discurso duro. Ahora en el Gobierno, su discurso se suavizará siguiendo la tendencia hacía la moderación que inició desde que su partido político empezó a hacerse notar en los parlamentos nacionales y europeo.
No le recomendaría a Pablo Iglesias una clínica como Vitaldent. Las franquicias no hacen buenos arreglos en las bocas. Pedro sí le recomendaría una clínica dental de un buen dentista. Hay muchas en las ciudades españolas. El líder de Podemos podría pagarse una ortodoncia invisible. Te hacen un plástico a medida, te lo colocan y tus dientes van enderezándose. El plástico lo quitas y lo pones una vez que has comido y te has limpiado los dientes a fondo con un buen cepillo eléctrico. Bueno, digo plástico, pero creo que no es plástico el material del que están fabricados los moldes. Es una especie de silicona. Lo que sí sé porque lo he comprobado es que casi no se nota cuando lo llevas puesto.
Dientes y pelo tiene que arreglar Pablo Iglesias. Esa coleta suya crece y crece hasta donde la espalda pierde su nombre. Una coleta no está mal en un caballero. Pero una cola de caballo olvidada por las tijeras queda muy fea. Miras la longitud del pelo atado en un hombre y te recuerda la falta de higiene. No quiero decir que Pablo, nuestro vicepresidente más rojo, no lave la cabeza. Digo que se vería más aseado con esa melena atada más cortita.
Parece mentira que su Irene no lo adecué un poco. Irene Montero es la ministra más joven del Gobierno. Le falta experiencia en gobierno y como ama de casa. Nuestras madres ponían el marido a su gusto. Irene también pondrá a su Pablo a su gusto. Pero lo hará cuando sea más mayor. Por eso Pablo necesita un asesor de imagen que haga algo con esos dientes que le ponen años y le quitan glamour de Vicepresidente de su Patria.