Criamos con apego. ¿Pero realmente conocemos qué es el apego? ¿Cuántos tipos de apegos existen? Yo desconocía hasta hoy estas diferentes categorías de apego. Hablando con amigas en un grupo de maternidad de facebook me interioricé sobre este tema, por demás interesante.
Las invito a leer la nota, es esclarecedora.
Teoría del Apego
El apego, concepto que debemos a la etología, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección. No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas observables que comienzan de manera refleja. John Bowlby (fue el primer psicólogo en desarrollar una “Teoría del apego”.
La teoría del apego de John Bowlby
La necesidad de bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y cuidado ha sido estudiada científicamente.
La experiencia de su trabajo en instituciones con niños privados de la figura materna condujo al psicólogo John Bowlby a formular la teoría del apego.
El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus cuidadores o figuras de apego (Caregivers) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo).
El apego proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido incondicionalmente. Este planteamiento también puede observarse en distintas especies animales y que tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada de la madre como base para la protección y la continuidad de la especie.
El trabajo de Bowlby estuvo influenciado por Konrad Lorenz (1903-1989) quien en sus estudios con gansos y patos en los años 50, reveló que las aves podían desarrollar un fuerte vínculo con la madre (teoría instintiva) sin que el alimento estuviera por medio. Pero fue Harry Harlow (1905-1981) con sus experimentos con monos, y su descubrimiento de la necesidad universal de contacto quien le encaminó de manera decisiva en la construcción de la Teoría del Apego.
El bebé –según esta teoría- nace con un repertorio de conductas las cuales tienen como finalidad producir respuestas en los padres: la succión, las sonrisas reflejas, el balbuceo, la necesidad de ser acunado y el llanto, no son más que estrategias por decirlo de alguna manera del bebé para vincularse con sus papás. Con este repertorio los bebés buscan mantener la proximidad con la figura de apego, resistirse a la separación, protestar si se lleva a cabo (ansiedad de separación), y utilizar la figura de apego como base de seguridad desde la que explora el mundo.
Más tarde Mary Ainsworth (1913-1999) en su trabajo con niños en Uganda, encontró una información muy valiosa para el estudio de las diferencias en la calidad de la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del apego. Ainsworth encontró tres patrones principales de apego: niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre; niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres; y niños que parecían no mostrar apego ni conductas diferenciales hacia sus madres. Estos comportamientos dependían de la sensibilidad de la madre a las peticiones del niño.
La teoría del apego tiene una relevancia universal, la importancia del contacto continuo con el bebé, sus cuidados y la sensibilidad a sus demandas están presentes en todos los modelos de crianza, con variaciones según el medio cultural, pero manteniéndose la universalidad de la importancia del apego.
«Un niño que sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas les da un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad, y la alimenta a valorar y continuar la relación» (John Bowlby).
El Apego parental
¿qué es el apego parental y por qué es tan importante? El apego parental es el lazo duradero que se establece entre un bebé y el adulto que se ocupa de él.
El apego parental es considerado como la base de la personalidad y el nivel de apego de un bebé está relacionado directamente con su desempeño social en la edad adulta.
Entre más cuidados se le dan a un bebé de manera constante, de acuerdo a las señales y a las necesidades afectivas y físicas, más el apego se desarrollará sobre la confianza y la seguridad, por lo tanto el apego será seguro. Está demostrado que los individuos que establecen un apego seguro cuando son bebés tienen un mejor comportamiento social y una mayor capacidad para controlar sus emociones y dominar las situaciones de estrés.
Si por el contrario, los cuidados fueron brindados de manera inconstante, sin atención particular a las señales y a las necesidades, el apego se desarrollará sobre la inseguridad. Los apegos inseguros pueden conducir a problemas de comportamiento importantes, incluso a veces psicopatológicos.
Estos hechos no pueden tomarse a la ligera…
La mayoría de los padres estarán de acuerdo en decir que durante los tres primeros años de vida los bebés lloran mucho y la mejor forma de calmarlos es simplemente tenerlos en los brazos. De esa manera se sienten seguros. He aquí la importancia de cargar al bebé con respecto al apego parental.
El simple hecho de cargar a tu bebé lo tranquiliza, la proximidad te permite responder inmediatamente a sus necesidades, te ayuda a conocerlo y a establecer una buena comunicación. Compartir con él los latidos de tu corazón, el sonido de tu voz y el ritmo de tu respiración en sus actividades cotidianas es una muy buena manera de demostrarle desde el principio que estás ahí para él. Tu bebé no será más caprichoso, todo lo contrario, llorará menos, estará mas tranquilo, dormirá mejor, y desarrollará más rápido una conciencia de sí mismo.
Tipos de apego
Existe una clasificación de tipos de apego que se ha construido con base en la técnica de situación extraña diseñada por Mary Ainsworth. Se establecen cuatro categorías:
- Apego seguro: Se da en el 65% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego exploran de forma activa mientras están solos con la figura de apego, y pueden intranquilizarse visiblemente cuando los separan de ella. A menudo el bebé saluda a la figura de apego con afecto cuando regresa, y si está muy inquieto, tratará de entrar en contacto físico con ella. Estos bebés son sociables con extraños mientras la madre está presente.
- Apego resistente: Se da en un 10% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego tratan de mantenerse cerca de la figura de apego y exploran muy poco mientras ella está presente. Se inquietan mucho cuando ésta se marcha, pero cuando regresa su reacción es ambivalente: permanece en su cercanía, pero pueden resistirse al contacto físico con ella mostrándose molestos por el abandono. Se muestran sumamente cautelosos con los extraños, aún en presencia de la figura de apego.
- Apego evasivo: Se da en un 20% de los bebés. Los bebés con este tipo de apego muestran poco malestar cuando son separados de la figura de apego y generalmente rehuyen de ella cuando regresa aunque ésta trate de ganar su atención. Suelen ser sociables con los extraños pero pueden ignorarlos de la misma forma en que evitan a su figura de apego cuando regresa.
- Apego desorganizado/desorientado: Se da entre un 5 y un 10% de los bebés. Es una combinación de los patrones de apego resistente y apego evasivo. El bebé puede mostrarse confuso permaneciendo inmóvil o acercarse para luego alejarse de forma abrupta a medida que la figura de apego se aproxima.
Tipos de Apego en Bebés
- Apego seguro: es el patrón más frecuente (que afecta al 65−70% de las muestras estudiadas por Ainsworth), definido como apego seguro, se caracteriza por una exploración activa en presencia de la figura de apego, ansiedad (no necesariamente intensa) en los episodios de separación, reencuentro con la madre caracterizado por la búsqueda de contacto y proximidad, y facilidad para ser reconfortados por ella. Apego ansioso−ambivalente: agrupa a un porcentaje menor de niños (10−15%) cuya conducta se caracteriza por una exploración mínima o nula en presencia de la madre, una reacción muy intensa de ansiedad por la separación, comportamientos ambivalentes en el reencuentro y gran dificultad para ser consolados por la figura del apego.
- Apego ansioso−evitativo: se caracteriza por una escasa o nula ansiedad ante la separación, por la ausencia de una clara preferencia por la madre ante los extraños y por la evitación de la misma en el reencuentro (20%).
- Apego ansioso−desorganizado: en él agrupan los niños que en esta situación se muestran desorientados; se aproximan a la figura de apego con evitación de la mirada, en el reencuentro pueden mostrar búsqueda de proximidad para, repentinamente, huir y evitar la interacción, manifestando movimientos incompletos o no dirigidos a ninguna meta y conductas estereotipadas (10−12%).
El apego que adquiere el niño en la infancia tiene repercusiones en las relaciones sociales que va a tener a lo largo da la vida. En ese periodo inicial el apego ni aparece de repente. Explica las diferentes fases por las que pasa su formación.
La evolución del apego sigue una secuencia típica en la que cabe destacar 4 etapas fundamentales:
- Ocupa el 1º trimestre de vida: manifiesta preferencia por los miembros de la propia especie sin establecer diferencia entre quiénes interactúan con él. Durante este periodo la actividad del niño está fundamentalmente regulada por ritmos biológicos a los que se adaptan los adultos.
- Ocupa el 2º trimestre de vida: va apareciendo en el bebé una preferencia por la interacción con los adultos que cuidan normalmente, pero sin rechazar a los desconocidos. Discriminan con claridad unas personas de otras. Manifiestan una clara preferencia por interactuar con los que normalmente les cuidan.
- Se da durante el segundo semestre: se forman los sistemas de apego y miedo a los extraños.
- A partir del primer año: una vez establecido el vínculo de apego, el niño va conquistando cierto grado de independencia de las figuras de apego, gracias a sus nuevas capacidades de locomoción, verbales e intelectuales.
Importancia de esta adquisición en la relación interpersonal.
¿La aparición en el niño de una oposición a los padres se ha de considerar siempre negativa?
Se dice que a dicha edad están en plena etapa del desarrollo de ego (yo) y del negativismo (todo o casi todo es no).
El conocer esto es de capital importancia para realizar un buen manejo de los primeros episodios de berrinches para evitar crear un mal hábito y saber controlar los próximos si se produjeran nuevamente.
En la aparición de estos episodios, intervienen además de la personalidad del niño y los cambios que en él se generan, otros factores a los cuales se los debe trabajar con el objeto de modificarlos.
En el estilo educativo de los padres sobre el control emocional subyace su propia filosofía sobre las emociones y su expresión. En el siguiente cuadro indica conductas de los padres que faciliten la regulación emocional y conductas que no la faciliten.
Factores influenciantes en el apego
- Infante: La “personalidad” o temperamento del niño influencia la vinculación. Si un infante es difícil de calmar, irritable o poco responsivo, comparado con uno tranquilo, que pueda calmarse solo, se le hará más difícil desarrollar un apego seguro. La habilidad del infante de participar en la interacción materno-infante puede verse en riesgo debido a alguna condición médica, tales como ser prematuro, defectos de nacimiento o enfermedad.
- Cuidador: Las conductas del cuidador pueden afectar negativamente la vinculación. Padres que critican, rechazan e interfieren, tienden a tener hijos que evitan la intimidad emocional. Padres abusivos tienden a tener hijos que, al sentirse incómodos con la intimidad, se retraen. Es posible que la madre del niño no sea sensible a su hijo debido a depresión, abuso de sustancias, porque se sienta abrumada por problemas personales, u otros factores que puedan interferir con su habilidad de ser consistente y nutriente con el niño.
- El ambiente: Un impedimento importante a la formación de un apego saludable, es el miedo. Si un infante se siente angustiado por un dolor, amenaza pervasiva o un ambiente caótico, se le hará difícil participar, aún en una relación de cuido amorosa. Infantes o niños que viven en ambientes de violencia doméstica, refugios, violencia comunal o en zonas de guerra, son vulnerables a desrrollar problemas de apego.
- Acoplamiento: El “acoplamiento” entre los temperamentos y capacidades del infante y la madre es crucial. Algunos cuidadores pueden sentirse muy bien con un infante tranquilo, pero sentirse abrumados por uno irritable. El proceso de prestar atención, leer las señales no verbales, y responder a las mismas en forma apropiada, es esencial para mantener expriencias de vinculación que resulten en apegos seguros. A veces el estilo de comunicación y respuestas con que la madre está familiarizada, por sus otros hijos, puede ser que no se ajusten a su nuevo bebé. La frustración mutua de estar fuera de sicronización puede afectar negativamente la vinculación.
Un desarrollo anormal en el apego lleva una serie de trastornos en el niño a futuro.
- Retraso en el desarrollo: Niños que han sufrido negligencia emocional en su niñez temprana, a menudo tienen retraso en su desarrollo en otros dominios. El vínculo entre un niño pequeño y sus cuidadores provee el mayor vehículo para su desarrollo físico, emocional y cognoscitivo. Es en este contexto primario que el niño aprende el lenguaje, las conductas sociales, y un sinnúmero de otras conductas claves necesarias para un desarrollo saludable. La falta de experiencias consistentes y enriquecedoras en la niñez temprana, puede tener como consecuencia retrasos en el desarrollo motor, del lenguaje, social y cognoscitivo del niño.
- Hábitos Alimenticios: Los hábitos alimenticios extraños son comunes, especialmente en niños con problemas severos de negligencia y apego. Estos podrían acaparar comida, esconderla en sus cuartos, comer como si no fuese a haber más comida, aún cuando hayan tenido alimento consistentemente disponible por años. Podrían no prosperar adecuadamente, rumiar los alimentos (vomitar), problemas al tragar y, más tarde en la vida manifestar hábitos alimenticios extraños que a menudo son mal diagnosticado como anorexia nervosa.
- Conductas calmantes: Para calmarse, estos niños emplean conductas muy primitivas, inmaduras y bizarras. Podrían morderse, golpearse la cabeza, mecerse, cantarse, arañarse o cortarse. Estos síntomas aumentan en momentos en que sienten angustiados o amenazados.
- Funcionamiento emocional: Estos niños presentan una gama de problemas emocionales, incluyendo síntomas de depresión y ansiedad. Una de estas conductas comunes es el apego “indiscriminado”. Todos los niños buscan sentirse seguros. Si tenemos en mente que el apego es importante para la sobrevivencia, los niños pueden buscar apego — cualquier apego — para su seguridad. Personas fuera de la disciplina clínica pueden pensar que estos niños abusados y maltratados son “amorosos” y que abrazan personas que les son prácticamente extraños. Los niños no desarrollan un vínculo emocional profundo con personas que apenas conocen; más bien estas conductas “afectuosas” son realmente comportamientos que buscan seguridad. Ésto preocupa al personal clínico pues estas conductas contribuyen a la confusión del niño respecto a la intimidad, y no son consistentes con las interacciones sociales normales.
- Modelaje inapropiado: Los niños copian la conducta de los adultos – aún cuando ésta sea abusiva. Aprenden que ésta es la forma “correcta” de interactuar con otros. Como podrás notar, ésto potencialmente les causa problemas en sus interacciones sociales con adultos y otros niños. Por ejemplo, niños que han sido abusados sexualmente, pueden estar en mayor riesgo de ser nuevamente abusados. Varones que han sido abusados sexualmente, pueden convetirse en ofensores sexuales.
- Agresión: Uno de los mayores problemas con estos niños es la agresión y la crueldad. Esto se relaciona a dos de los problemas principales en los niños que sufren negligencia: (1) falta de empatía y (2) pobre control de impulsos. La habilidad de poder emocionalmente “entender” el impacto de nuestra conducta en otros, no funciona en estos niños. Ellos realmente no entienden o perciben lo que otros sienten cuando ellos hacen o dicen cosas hirientes. De hecho, a menudo estos niños sienten la urgencia de azotar y herir a otros – típicamente algo o alguien menos poderoso que ellos. Lastimarán animalitos, niños más pequeños, pares o a sus hermanitos. Uno de los elementos más preocupantes de estas agresiones es que, muy a menudo, están acompañadas por una fría y despegada falta de empatía. Al ser confrontados con su conducta cruel y agresiva, estos niños podrían mostrar arrepentimiento (una respuesta intelectual), pero no remordimiento (una respuesta emocional).
El sistema de apego, cuyo objetivo es la experiencia de seguridad, es un regulador de la experiencia emocional. Para Bowlby, la presencia de un sistema de control del apego y su conexión con los modelos operantes del sí mismo, modelos de funcionamiento interno, y de las figuras de apego, constituyen características centrales del funcionamiento de la personalidad.
Conclusión
La habilidad individual para formar y mantener relaciones haciendo uso de este “adhesivo emocional” es diferente en cada uno de nosotros. Algunos parecen ser “naturalmente” capaces de amar y establecer relaciones íntimas, otros no tienen tanta suerte y necesitan aplicar y descubrir nuevas estrategias para desarrollar un vinculo que le permita extraer y entregar lo máximo que ambos conscientemente esperan mutuamente.
El carecer de capacidad afectiva llevara a una ausencia en capacidades a futuro porque todos los niños llevan a cabo su exploración con el mundo, con su ambiente a base de la imitación, ósea ellos desarrollaran relaciones basadas en las que ellos han vivenciada, creyendo que son las mas correctas cuando no es así, a estos niños les cuesta hacer amigos, además de establecer una relación distante con la familia.
Por lo tanto es fundamental entregar una adecuada educación en una madre o brindar apoyos en caso de necesitarlos, una enfermera u otro profesional debe valerse de los medios técnicos y personales para lograr detectar un medio inadecuado para un niño en desarrollo y de esta forma diagnosticar e intervenir adecuadamente y a tiempo para que ese niño logre moldear su desarrollo de una forma que le entregara armas psicológicas que le permitan a futuro tener una vida acorde a las expectativas y en el sentido en el que todos encontramos normal.
Fuentes consultadas:
http://www.mamikanguro.com/fular_instrumento_apego.php
http://es.wikipedia.org/wiki/Apego
https://www.facebook.com/lisaneley/posts/4065502228922?ref=notif¬if_t=feed_comment_reply
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_apego
http://www.compartetuhijoantesdenacer.es/public/html/tipos-apego-embarazo-bebe.php?cod=123
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