Tyrannosaurus Rex de Jess Parrish & Greg Butauski (Colorado)
El ser humano es creativo por naturaleza. Utiliza cualquier cosa que caiga en sus manos para dar rienda suelta a su imaginación. En el caso de la nieve, la obra de arte resultante pertenecerá necesariamente al campo del arte efímero, por lo que sólo puede disfrutarlo en toda su magnitud quien tenga la fortuna de pasar por allí cerca. Sin embargo, la fotografía nos permite una aproximación parcial a estas manifestacioens artísticas. Aunque no es lo mismo que disfrutar in situ el original, os aseguro que se pasa mucho menos frío.
Lo primero que nos viene a la mente al hablar de modelar nieve son los típicos muñecos con bufanda y nariz por zanahoria. Pero hay familias más eclécticas a la hora de modelar, como los Bratton, de Superior Township (Michigan), que os presentan a Dwight, su peculiar muñeco de nieve navideño.
Aunque no se puede decir que se trate del primer saurópodo erigido para celebrar las pascuas en USA: hemos encontrado un ejemplo de 1935 en Minneapolis.
Entre las imágenes de este blog, nos ha encantado esta simulación de icnitas. Si véis algo similar en la nieve, corred por si acaso.
En el Reino Unido hemos encontrado escultores caseros, como Jason Bacon de Beoley (Worcestershire), autor del triceratops de la imagen.
Pero también hay gente que se lo curra más, como su compatriota Jamie Wardley, que aprovechó que se había quedado atrapado por una inundación en la localidad holandesa de Roermond con su amigo Rodrigo (no domina el español y le transcribe como “Rodrego”) para esculpir estas dos bestias mesozoicas.
Aunque si hay un lugar en el mundo que pueda considerarse la capital de las esculturas con hielo, coincidiréis conmigo en que se trata de Sapporo, en cuyo parque Odori seis estudiantes de instituto esculpieron en 1950 sendas estatuas de hielo, iniciando una tradición que atrae todos los años a millones de personas a contemplar escenas como la que reproducimos a continuación: ¿alguien se atreve a superarlo?