Eleazar Díaz Rangel
No creo que en la historia contemporánea se conozca de algún paciente que haya sido tan presionado, acosado y hostigado como el caso de Hugo Chávez Frías en el último mes y, particularmente, en los días desde que llegó de La Habana, donde estuvo sus últimas semanas convaleciendo.Desde el interior y desde afuera se mueven esos factores de presión. Entre los más recientes, desde Washington se pretende no sólo interpretar la Constitución venezolana, sino recomendarnos qué hacer “si el Presidente queda incapacitado para gobernar”. Nadie tiene que decirnos a los venezolanos qué hacer en esa o en otra circunstancia, y así se lo respondió oportunamente el canciller Jaua, respuesta que el Departamento de Estado calificó de “desproporcionada”. Si se trata de una abierta injerencia en cuestiones que sólo corresponde a los venezolanos resolver, ¿cómo debía contestar el MRE que no fuese denunciar la “nueva y grosera injerencia del gobierno de Washington en los asuntos internos de Venezuela”? Con los antecedentes que existen, que incluyen la creación de una oficina para examinar los problemas de la transición en 2002, ¿qué pretendían, que Venezuela guardara silencio, que le agradeciéramos su “cooperación”?
Y en cuanto al acoso criollo, ha tenido las expresiones más variadas y hasta irrespetuosas y groseras, de los más distintos orígenes y difundidas por los más diversos medios, incluidas las redes sociales, usadas reiteradamente con la mayor irresponsabilidad. Creo que el último ha sido la petición ante el Tribunal Supremo de Justicia, para que lo juramente de inmediato y designe una junta médica, la cual, en todo caso, debe tener la aprobación de la Asamblea Nacional, de manera que es de suponer cual podría ser el destino final de esa iniciativa en el supuesto negado que el TSJ accediera.
En cuanto a la juramentación, la inapelable sentencia de la Sala Constitucional es bastante clara: dicho acto será fijado por el TSJ “una vez que exista constancia del cese de los motivos sobrevenidos que hayan impedido su juramentación”, los cuales, como resulta evidente, no han desaparecido. Y, por supuesto, eso lo saben bien los peticionarios.
Uno de los asuntos por resolver es si tiene vigencia la autorización aprobada por la Asamblea Nacional unánimemente; parece lógico suponer que una vez que ha regresado al país, cesa ese permiso, toda vez que se trató de una autorización para abandonar el territorio nacional por más de cinco días, y si en virtud de su tratamiento es indispensable retornar a Cuba, se solicitará nueva autorización. Supongo que no es necesario, dada la capacidad del Hospital Militar y del equipo médico y paramédico que le acompaña. En todo caso, si sus condiciones de salud lo exigieran, el propio Presidente podría decretar una ausencia temporal hasta por 90 días.
Como tantas otras batallas, siempre con el apoyo del pueblo, también les ganará ésta.
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En una reunión con directivos del Consejo Electoral de Unasur, hace poco en Quito, les conversé sobre la necesidad de que, en el futuro, su informe sobre cada elección en un país suramericano debía incluir los resultados de un estudio sobre el papel de los medios en la campaña electoral respectiva, tal es la importancia de los medios en la formación de la opinión de los electores, y la deformación que ha habido en varios países con prensa, radio o TV que distorsionan la realidad electoral. Sin ánimo de proponer regulaciones, les recordé el caso del plebiscito en Chile, en 1988, cuando se votó si continuaba o no la dictadura de Pinochet y se aprobó que cada una de las opciones tendría diariamente 15 minutos para sus respectivas campañas. Demandar el cumplimiento de principios éticos universales sería inevitable y necesaria recomendación.
En Perú se realizará próximamente un referendo revocatorio en la Alcaldía de Lima, que hoy ostenta una izquierdista. El presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Francisco Távara, me comentó que lo complejo será el revocatorio de los concejales, pues son 38, y el elector votará por revocarlos a todos, a algunos o a ninguno, lo que dificultará el escrutinio. Las tendencias estaban bastante equilibradas.
Si no nos exageraron, ninguna librería de Ecuador tiene ediciones de editorial Ayacucho y Monte Ávila y no conocen El Perro y la Rana. Por ejemplo, LibriMundi, con varias sucursales, recibió durante años los de la editorial Ayacucho y hoy no tiene libros venezolanos. Pueden contactar en [email protected].
Quito es atravesado de norte a sur por una línea de buses como los de aquí en buscaracas, pero de gran magnitud, movidos por electricidad, reforzados con diesel, para moverles en las subidas del centro de la ciudad. El sistema de pasajeros funciona a las mil maravillas y en ambos terminales hay conexiones a pobladas zonas aledañas con el mismo boleto.
Al fin los equipos venezolanos se quitaron el yugo en la copa Libertadores después de 22 derrotas. El Caracas venció a Huachipato y el Deportivo Lara a Newells Old. Pero no vi que alguien hablara de vinotinto y, en cambio, la expresión no sólo se ha usado para los primeros conjuntos futbolísticos venezolanos en el siglo XIX, sino que hay quienes lo han extendido a nuestro beisbol de 1938.
Algún día tendrán que develarse los intringüilis de la salida sorpresiva de José Grasso de la Liga de Beisbol y su más sorpresiva sustitución por Oscar Prieto Párraga, anunciada como estaba su retirada para estar con sus nietos.
Les invito al foro sobre Violencia Escolar, aquí, el jueves a las 9 am, y a leer mi reportaje en las páginas 6 y 7 de la sección El Domingo.
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El libro de Alí
Dedicado por su autor el 5 de noviembre de 2012, fue hace apenas días cuando recibí de Alí Rodríguez Araque el libro Antes de que se me olvide, resultado de la conversación con la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde, quien le hizo, en un largo período, más de 300 preguntas. Cualquier autor envidiaría un prólogo como el que escribió Hugo Chávez Frías, del cual el editor extrajo este párrafo para la solapa:
“Este libro, esencial para conocer a la Venezuela contemporánea, devela para el lector venezolano, cubano o nuestroamericano, no sólo al genuino protagonista que es Alí Rodríguez Araque del devenir de la Revolución Bolivariana, sino que nos coloca ante una agudísima inteligencia que ilumina los problemas y las dificultades de la vía venezolana al socialismo”. Esta sola circunstancia debe estimular su lectura y discusión, dentro y fuera del proceso de cambios que vive Venezuela. Este libro fue bautizado en un acto único, pues parecía un mitin, tal era la cantidad de gente que asistió.
Eleazar Díaz Rangel
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