Revista Cultura y Ocio

Los dominios del lobo

Publicado el 10 octubre 2021 por Aurisecular
LOS DOMINIOS DEL LOBO

Me enfrento a una crítica literaria con un enorme respeto y, por qué no admitirlo, con bastante reparo. El autor es uno de los grandes, probablemente el mejor novelista actual, y como todos los grandes tiene sus detractores, envidiosos la mayoría de veces. A Javier Marías no le hacen falta críticas, creo que apenas lee alguna; conoce el sistema editorial y el de premios, sabe que no todos los reconocimientos se los dan a los mejores, al menos aquí en España. Pero él ha sido valorado y galardonado mundialmente. Tenemos el honor de contar con un genio universal, por eso leo sus novelas, y no sé qué decir sino admirarme.

Acabo de terminar Los dominios del lobo y, por más que lo intento, no puedo concebir que fuera escrita con 17 años, tal es su maestría. La novela, publicada en Alfaguara, cuenta con un índice que divide el libro en dos prólogos, un epílogo de 1999 y Los dominios del lobo, así, sin apartados.

Pues no tendrá capítulos, pensé yo. Empiezo a leer y me introduzco de lleno en la familia Teager, presentada con una narración clarísima y, sobre todo, divertida. Apunta a algo de novela decimonónica, en la que tras una exposición de sus componentes comienza a narrar cómo y por qué desaparecieron algunos, causando la desgracia de la estirpe, y termina con el anuncio del éxito de tres de sus hijos. Pero no hay tragedia en la narración del drama familiar sino un punto de humor sarcástico al contar las fatalidades sufridas; el narrador no ahonda en los sentimientos de los personajes por lo que no llegamos a congraciarnos con ellos, tenemos la impresión de estar ante las escenas iniciales de una película que presentan la situación de lo que vamos a ver después, "Nunca más se supo de los miembros de la familia Teager, excepto de Arthur, Edward y Milton, que lograrían la fama".

LOS DOMINIOS DEL LOBO

Los dominios del lobo es una novela original. Unos personajes se van enredando con otros en espacios diferentes o iguales, siguiendo la línea temporal o alterando el orden cronológico de los sucesos con el uso del racconto, pues a veces el argumento avanza de forma lineal y otras introduce un capítulo-secuencia que da vida a una leyenda antigua contada varias escenas antes.

En fin, la novela es una locura perfectamente pensada, en la que no faltan capítulos del cine dentro del cine, como una metaliteratura cinematográfica que no hace sino confirmar el genio de Javier Marías. ¿Con 17 años? Parece imposible y si he admirado a este escritor desde que lo leí por primera vez, ya no recuerdo si en novela o artículos periodísticos, ahora es auténtica devoción lo que siento.

¿En algún momento se decidirán a darle el Premio Nobel de Literatura?

LOS DOMINIOS DEL LOBO

La novela, vista desde la actualidad, parece anunciar el discurso en espiral en el que las digresiones del narrador se acumulan para cobrar sentido en un momento determinado. El humor no es tan reflexivo como el de sus novelas de madurez, sin embargo la ironía que trasluce avisa de que los hechos no tienen un sentido único. Todo es consecuencia de circunstancias anteriores.

Y qué maravilla que un chico de 17 años fuese consciente de esto, y que 50 años más tarde siga fascinándonos con su genialidad y honradez.


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