El imaginar tiene dos caminos. El primero es marcado por los deseos de un ego sometido a los estados de necesidad, que derivan de una educación que le convierte en súbdito de sus creencias y que le conduce a una vida de mera supervivencia. El segundo es guiado por los anhelos y el sentir de nuestro corazón y libera al ego de una realidad impuesta por el árbol genealógico y la cultura: es el camino hacia el ego empoderado.
El imaginar que nos mantiene en los juegos de la dualidad y que nos convierte en súbditos de las creencias que gobiernan nuestra vida nos proporciona toda una gama de grises entre los que elegir: es la "libertad" del ego desempoderado. En cambio existe una imaginación que nos conecta con dimensiones de nuestro ser libres del árbol genealógico y de la cultura, una imaginación que nos da todo un arcoíris de colores entre los que elegir.
Para elevar nuestra imaginación al camino de la libertad hemos de reeducar al ego en un nuevo paradigma que logre conectarle con su esencia, que le haga sentir el centro vital de esa esencia: el corazón. Un paradigma cuyas creencias no encierren al ego sino que le empoderen sacándole del victimismo y de los juicios. Querido lector, ¿no estás cansado de un imaginar que ata tus alas y te obliga a caminar por el terreno de lo que se espera de ti ...? ¿Qué te parece subir las octavas de tu imaginar hasta conseguir liberar tus alas ...? Y luego volar hacia el horizonte de tus sueños, sin dar ninguna explicación a nadie, ni siquiera a ti mismo ... ¿Te parece difícil ...? No te desanimes, haz "músculos" con tu imaginación todos los días, fortalécela con el sentir de tu corazón hasta que sea más poderosa que las creencias que niegan tu capacidad de ser libre.