"Enterrados hasta las rodillas, en un paraje solitario, sin más padrinos y sin más testigos que las nubes grises que amenazan tormenta, los dos hombres, frente a frente, se disponen a emprenderla a golpes. En una mano, la garrota; en la otra, un ovillo de ropa para protegerse de las acometidas del adversario.
Sus gestos adustos y sus resueltos ademanes, recortándose en el telón de fondo que brinda el paisaje gris del atardecer, componen un aguafuerte de trazos violentos. La situación casi parece sacada de un drama expresionista, de una pintura negra o de una tragedia clásica.
Todo parece formar parte de una puesta en escena soberbia y terrible, una escenografía hábilmente diseñada: el paisaje con esos tonos sombríos, la luz difusa en la lejanía y rotunda y clara en el primer plano, el gesto exagerado de los personajes, la declamación alta y precisa, con un tono afectado y enérgico…"
Fragmento del relato inspirado en el cuadro homónimo, titulado también "Riña a garrotazos", de Goya, perteneciente a "De vaqueros y fronteras" (descarga gratuita).