Los dos viejitos. (Adecdotario sobre la Municipalización de la Universidad en Sagua)

Sagua Viva comienza hoy un nuevo ciclo de publicaciones dedicadas a la Municipalización de la Enseñanza Universitaria en el municipio de Sagua la Grande. Aquí se contarán anecdotas de sus protagonistas. Este ciclo lo agradezco al Máster en Ciencias Reinaldo Castillo, profesor auxiliar de Ciencias Sociales..
Los dos viejitos
MSC. Reinaldo Castillo Carballo.
En el curso escolar 2003-04 impartí un programa de Historia de la Filosofía en la carrera de Estudios Socioculturales. La Matrícula estaba integrada por alumnos procedentes de los municipios de Sagua, Quemado y Corralillo.
La mayoría de los estudiantes eran trabajadores que disponían de tiempo limitado para la autopreparación, a lo cual se agregaban problemas familiares, dificultades con el transporte, pobre base académica, inexistencia de una cultura filosófica y sobre todo, falta de hábitos de estudio y de habilidades para la lectura eficiente y la comprensión de textos
Si agregamos a este cuadro sombrío el hecho de que  la comprensión de esta disciplina ha sido históricamente compleja para la mayoría de los estudiantes universitarios, por exigir un análisis del pensamiento filosófico en diversas épocas históricas, donde converge gran cantidad de pensadores, tendencias y escuelas que se deben caracterizar, y que frecuentemente ese pensamiento representa abstracciones de la realidad, entonces están creadas las condiciones para que los estudiantes frecuentemente se quejen de que la bibliografía es muy densa, ambigua, ininteligible, lo cual fundamenta que no se hayan podido preparar adecuadamente. Un profesor experimentado ha escuchado estos argumentos frecuentemente.
Lo que no es muy habitual es lo que sucedió en un seminario realizado en un aula de segundo año de la carrerea de Estudios Socioculturales sobre la Filosofía grecolatina, donde la tarea consistía en caracterizar y diferenciar el pensamiento filosófico de Platón y Aristóteles.
Una estudiante, en nombre de un equipo de estudio me dijo solemnemente:
-Profe, los integrantes del equipo leímos toda la bibliografía que usted orientó y como no entendimos nada, queremos pedirle que nos ayude porque nosotros no encontramos diferencia entre lo que dice Platón y lo que dice Aristoletes.
  - ¡Aristóteles! – le corrigió discretamente un miembro del equipo
Ella no se inmutó con la interrupción y continuó:
- Bueno, ahora lo importante no es el nombre-, y agregó enfáticamente:
 -¡Lo importante es que no sabemos diferenciar lo que dicen los dos viejitos!