En el vuelo para volver a casa en Navidad
La compañía aérea Ryanair daría para gastar cientos y cientos de litros de tinta y miles de árboles del Planeta hablando de ella, sobre todo por las críticas que recibe. Hasta que me volví una expatriada, mis críticas hacia la compañía eran las clásicas: que si qué poco espacio en los asientos… que si por qué no se callarán durante el vuelo que necesito dormir… que si muerte a la lotería rasca y gana de Ryanair… que si odio las colas para poder entrar al avión… que si noooo por Dios que no me hagan meter la maleta en el cajón… que si no me entran las compras del aeropuerto y el bolso dentro de mi equipaje de mano… En fin, sobre todas las quejas más conocidas hacia la compañía. Sin embargo mi visión ha cambiado completamente cuando me he ido de mi país. He descubierto el poder que tiene Ryanair sobre nosotros, los pobres expatriados.
Todo comenzó cuando me enteré de que el vuelo de primera hora del lunes de Madrid a Milán había sido cancelado (es el que cogemos todos los madrileños para no tener que volver el domingo y porque salía muy barato). Y poco después, mientras empezábamos a mirar los vuelos de Navidad para volver a nuestras casas, saltó la noticia de que iba a desaparecer la ruta Milán – Santiago de Compostela, que es el vuelo que coge la gran mayoría de españoles del Norte. En ese momento se desató todo un debate-preocupación sobre cómo iba a volver la gente a casa en Navidad en una de las páginas de españoles en Milán en Facebook. Era el caos… La gente barajaba la opción de coger un coche entre varios y hacer todo el recorrido, otros un autocar que tardaría como más de un día en llegar y otros directamente se daban por vencidos y proponían unas Navidades a la milanesa con su Noche Buena y Noche Vieja incluída por la imposibilidad de los precios desorbitados.
Ahí es cuando me di cuenta de que estamos a su merced. Necesitamos las low cost para volver a casa porque muchos no puden permitirse pagar cientos de euros por un billete de ida y vuelta. Si quitan una ruta, muchísima gente se ve afectada porque aunque también tenemos Easyjet, no siempre son las mismas rutas las que hacen.
Es un dolor de estómago. Yo, que ya tengo mi vuelo para pasar unas dulces Navidades en mi Madrid querido, temí no poder ir sólo por los precios que estaban cogiendo los vuelos en estas fechas. Porque digámoslo alto y claro, los precios de los billetes han subido, y esa subida se nota y duele. Yo he volado a Milán mil veces por 60 u 80 euros ida y vuelta. Incluso las navidades pasadas lo hice y no gasté más de 80 euros. Este año he visto vuelos por 200 y 250 euros para pasar esas fechas en casa. Un desastre absoluto que pone en juego el que los expatriados nos veamos con dificultad a la hora de pasar esas fechas tan especiales con los nuestros en casa.
Diario El Correo
La buena noticia es que la ruta de Santiago continuará y todos aquellos que estaban preocupados por su inmedito futuro natalicio, podrán al menos brindar con la familia y amigos en el hogar patrio.
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