La historia cuenta que los druidas eran hombres religiosos, conocedores de la naturaleza, que ejercían las funciones de sacerdote, poeta, juez y legislador. Pero más allá se esconden misterios frente a su verdadero poder en la magia y su influencia en la larga existencia del pueblo Celta. Magos y brujos en el imaginario colectivo, los druidas eran en realidad filósofos y teólogos que gracias a su larga y exigente educación, adquirieron un prestigio sin igual en la antigua Galia..
“.. Se les considera como los hombres más justos, a menudo reflexionan acerca de los astros y su movimiento, del tamaño del mundo y de la Tierra, del poder de los dioses inmortales y sus aptitudes; transmiten a la juventud todo este saber…” Con estas palabras de admiración se refería a los druidas galos uno de los mayores sabios de la Antigüedad, el filósofo Posidonio de Apamea. Tras haberlos conocido en un viaje que realizó a la Galia en el año 100 a.C., Posidonio redactó un informe en el que describía a los druidas con palabras griegas inequívocas, como “filósofo” o “teólogo”, lejos de la confusa y popular imagen que ve a los druidas como sacerdotes de una religión ancestral, magos o incluso hechiceros.
Los Druidas
Los druidas eran depositarios de toda la tradición oral del pueblo celta, los más famosos fueron los que existieron en las Galias y en las islas Británicas en donde su papel era primordial en la celebración poética de las gestas de sus antepasados y en la conservación del patrimonio ancestral y religioso.
Etimológicamente la palabra Druida se deriva del galo dru-(u)id que significa “dueño de la ciencia” o “muy sabio”, lo que convertía a este personaje en un consejero de gran valor para el Rey, quien depositaba en él, gran parte de los designios de la comunidad. La principal creencia de los druidas radicaba en la inmortalidad del ser y así lo expresaban al acompañar al fallecido, enterrándolo con una cantidad de objetos cotidianos para una vida más grata en el otro mundo.
En esa época, el término “druida” ya se conocía en las orillas orientales del Mediterráneo: servía para referirse a “aquellos que mejor ven y perciben lo que vendrá; los que adivinan”. En Grecia se comparaba a los druidas con los pitagóricos, los discípulos del gran filósofo y matemático Pitágoras; ambos grupos conformaban, en cierto modo, sectas cerradas, elitistas, que cultivaban el secretismo y prohibían poner por escrito sus enseñanzas, transmitidas oralmente. Al igual que los pitagóricos, los druidas creían en la existencia de un alma inmortal, llamada a reencarnarse perpetuamente. Compartían la predilección por el estudio del universo y los números. Las dos escuelas profesaban una filosofía cuyo objetivo era lograr que las relaciones entre los hombres fueran más armoniosas, dato que presagiaba su intervención en asuntos políticos.
Se puede afirmar es que fue una de las primeras civilizaciones de Europa y que comenzaron a extenderse desde los primeros tiempos, es decir, desde el Neolítico. Los romanos y griegos los describen como grandes y crueles guerreros, que colgaban las cabezas de sus enemigos en las paredes de sus casas; pero también se sabe que fueron comerciantes, artesanos y agricultores, inventando la guadaña y creando piezas de orfebrería de oro, cobre y plata. Las famosas torques pertenecen a esta cultura y se cree que eran un símbolo de la clase guerrera.
La clase sacerdotal eran los druidas que tenían un buen conocimiento tanto de los solsticios y equinoccios- se cree que el conjunto de Stonehenge en las Islas Británicas pudo ser un calendario que marcaba el solsticio de verano- como de las plantas medicinales. También el término “druida” se ha traducido como ‘el hombre del roble’, lo que les vincularía a sus bosques sagrados.
Los mitos y personajes propios de esta cultura, las hadas, elfos y trolls, han llegado a nuestros días mezclados con el cristianismo. La recopilación de sus costumbres y mitos es complicada por dos motivos. El primero es que existía la norma por parte de los druidas de no revelar los secretos de su conocimiento ni escribirlos, lo que ha impedido que se tenga un conocimiento directo de esta cultura. Los druidas consideraban la escritura una práctica decadente que embotaba la memoria. El segundo motivo que se puede destacar es la facilidad con que las leyendas de origen celta se adaptaron al cristianismo y como resurgieron en la época medieval.
Merlín, el último druida
Merlín es posiblemente el druida más famoso de la mitología celta. Gracias a las leyendas artúricas y posteriormente a las adaptaciones al cine todo el mundo ha oído hablar de personajes tan emblemáticos como Merlín, Arturo, Morgana, Lancelot, Ginebra y Perceval provenientes del folklore medieval. En sus historias se mezcla las leyendas de caballería, la búsqueda del Grial y los antiguos mitos celtas. La historia de Arturo y de Merlín se ancla en la antigua religión celta, que se extendía por Europa hace más de tres milenios. Se han encontrado restos de esta civilización desde el mar negro hasta Portugal. Un buen ejemplo de ello son las ciudades de Trier (Tréveris) en la zona occidental de Alemania, de Salzburgo en Austria y los restos de castros en Galicia, al norte de España.
Según algunas leyendas, Merlín fue engendrado por un demonio, un espíritu corrupto que se unió ilícitamente a una monja . En algunas obras la madre de Merlín no es una monja, sino la hija de un rey menor de Gales del Sur, aunque también se refiere a una bruja del bosque. Otras versiones que han sido concebidas por su madre sin ninguna intervención masculina. Finalmente, otros creen que lo engendró la fuerza mágica de la antigüedad.
Parece ser que Merlín fue creado al principio para atraer a los humanos al lado oscuro que toda la persona guarda, pero al crecer se convirtió en lo contrario: se dedicará a sanar a la gente, siendo una guía espiritual de su época. También será consejero de varios reyes de Britania, como el usurpador Vortigern , Aurelius Ambrosius , Uther Pendragon y el rey Arturo de Camelot .
Se considera a Merlín el mago más poderoso de la epopeya artúrica. Según se cuenta en las diferentes obras literarias que tienen como protagonista, era capaz de hablar con los animales, de cambiar de forma, de hacerse invisible, y también de controlar el clima y los elementos. En la novela medieval, Lancelot y Ginebra se puede leer: “Conocimiento de la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocimiento del secreto del Sol y la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas. Conocía los misterios del mar. Conocía los demonios que envían los sueños bajo la luna. Comprendía el grito áspero de la corneja, el volar cantarín de los cisnes, la resurrección del fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas de los hombres, y predecir todas las cosas que sucedieron después “. Se dice que Merlín tenía contactos con las hadas , los gnomos , e incluso con los dragones Se considera el único hombre que se ganó el respeto y la admiración de estos monstruos, no solo por su bondad y sabiduría sino por sus dotes artísticas.
Acabó sus días en el bosque de Brocelianda (Bretaña), donde fue recluido en un árbol por su compañera Nimue, la Dama del Lago. Se interpreta el mito de la prisión merlínica en el bosque, como el símbolo de la unión cósmica entre el hombre y la naturaleza. Otras versiones mencionaron que la celda en la que fue recluido fue una cueva, y otras en una jaula de cristal. La tradición cuenta que todavía sigue allí, esperando que alguien lo libere…
Los druidas y su poder han trascendido hasta el presente en varias comunidades que aún conservan las enseñanzas célticas y los ritos druídicos. Cómics como “Ásterix y Obelix” han permitido conocer de una manera más didáctica esta cultura y reforzar las opiniones alrededor del Druida, en este caso, “Panorámix” quien es el sacerdote que le da a los protagonistas una poción mágica para derrotar a los romanos
Fuentes: Wikiwand // SantuariodeAlba // NationalGeographic // DetectivesHistoria