Nadie da duros a peseta entre otras cosas porque ya no existen ni unos ni otras. Por otra parte las cosas gratis o muy baratas al final acaban saliendo caras, por el motivo que sea pero caras al fin y al cabo.
En Primark no dan duros a pesetas, no dan nada en realidad, tienes que pagar lo que compras.
Hago esta advertencia porque resulta que he estado este fin de semana en Madrid y al pasar por el recién inaugurado Primark de Gran Vía me he quedado patidifusa, pero muy patidifusa: La cola daba como tres vueltas al edificio. Para entrar. Sólo para entrar.
Por favor.
Mi relación con Primark viene de lejos, de mis viajes a Londres. Cuando entré por primera vez en el Primark de Oxford Street casi me vuelvo loca, estuve a punto de facturar tres maletas más (que hay unas maletitas muy monas en Primark) pero me contuve. Cuánta cosa barata y mona. Los pijamas, los calcetines, bolsos, camisas, abrigos, todo. No tengo palabras. Además de aquellas en España no se conocía y le decías a la gente que todo aquello era de Londres y quedabas la mar de bien. ¡Qué tiempos aquellos!.
He sido muy adicta a Primark. Lo reconozco. Cuando voy de viaje a una ciudad miro a ver si hay Primark y lo pongo en la lista de cosas a visitar. Soy así de superficial y low cost. Si es que fui a Liverpool y tengo mejor recuerdo del Primark que del museo Beatles. Yeah.
No paso ni por delante de Harrods, ¿para qué? pero un Primark…. Soy como Lady Di pero en versión barata.
Luego vino la siguiente fase: abrieron un Primark a un cuarto de hora de casa. He de decir que si no hubiera conocido el de Londres probablemente no habría entrado en el de Jerez porque soy muy reacia a ese tipo de tienda mogollónica. Pero lo conocía y …entré, compré, en fin…
En U.K. digo “PRAIMARK” y en Jerez digo “PRIMARK”. Esa es la única diferencia. Por lo demás, jamás he tenido más pijamas de invierno ni más calcetines. De los trapos de cocina y las toallas ya ni hablo.
Claro que no es lo mismo ir una vez al año a Londres y comprar tres cosas que comprarlo todo allí. A la larga descubres que la ropa no dura más de una temporada, a no ser que no la laves y de eso nada que una es muy limpia. Cuando sacas la ropa de un año para otro no tienes nada en condiciones.
Acabas volviendo a tu Zara de toda la vida (Amancio I love you), porque lo bonito de estas cosas es cuando son exóticas y británicas. Una vez que se vuelven cotidianas pierden toda la gracia.
Así que bye bye Primark. Algún día entraré en el de Madrid y compraré, lo sé. Pero de momento voy a esperar.
NO REGALAN NADA y me niego a estar horas en una cola. Es para pensar en ello y dar opiniones sobre lo absurdo del tema, pero para eso no tengo ganas ahora mismo. El análisis ya lo están haciendo en la prensa. Lo mío es más hablar de las compras que hago.
¿Necesitaré pijamas? Voy a tener que ir … porque…. La decoración navideña me vuelve loca ….
La cola de Primark Gran Vïa, sábado 24 de octubre de 2015Archivado en: Lo que se me pasa por la cabeza Tagged: Gran Vía, londres, low cost, Oxford Street, primark