Dicen que se consigue más siendo constante que con inteligencia extraordinaria y es que a menudo, las mentes creativas no llegan a brillar todo lo que podrían y lo que su potencial les permite porque no tienen constancia para llevar a cabo y ejecutar hasta el final esas ideas brillantes. La falta de constancia o la escasez de la misma suele perjudicar y mucho generando frustración personal y profesional y por ende, baja autoestima y sensación de fracaso por “no ser capaz”. ¿Cómo superar esa falta de constancia y conseguir terminar todo lo que se empieza? Utiliza estas claves que aunque parezcan mínimas, seguro en poco tiempo verás los resultados.
La constancia
Pero, antes de adentrarnos en los efectos de algo y en sus posibles soluciones para atajarlo, lo importante es saber qué es eso en concreto que tenemos que solucionar. Como siempre decimos, estamos muy habituados a trabajar sobre ciertos aspectos en los que no indagamos y que no sabemos realmente qué son en su totalidad. Por eso, es realmente importante conocer qué es la constancia. Quizás, si conoces qué es, puedes identificar mejor si la padeces o no. A veces nos auto engañamos pensando que no es cosa nuestra porque directamente, no sabemos qué es.
Constancia: Dícese de la “voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa” o lo que es lo mismo, ser perseverante en una tarea o acción así como determinados ante una decisión o un propósito.
La constancia en sí misma es esa cualidad (que si no se tiene se puede trabajar) de empezar algo y no dejarlo por más que nos cueste, nos apetezca poco, nos desmotivemos o encontremos algo mejor que hacer. La constancia es eso que nos empuja a ir cada día al gimnasio haga frío, calor, estemos cansados o tengamos el planazo de la vida con amigos. Y es también eso que nos hace perseverar en nuestro proyecto, en no decaer aunque un día malo parezca todo negro negrísimo y queramos dejarlo todo para buscar un trabajo en nómina. Y es también esa misma actitud que aparece cuando no dejamos esa tarea que debemos terminar por complicada que se nos ponga.
El bien valorado de la constancia
La constancia es un “bien” muy valorado y es que como decíamos al comenzar, a veces se consigue mucho más con ella que con mil ideas brillantes. Puedes tener una gran idea y de hecho que sea “la idea” pero si no tienes constancia para ponerla en marcha, para ejecutarla y para no rendirte cuando llega el aburrimiento o las cosas no salen como esperabas… quedará en el mismo lugar que las malas ideas aún siendo muy buena.
Y es que ser constante es una gran cualidad que no todo el mundo posee. Hay quien pase lo que pase, no desiste, no se rinde y día a día vuelve sobre eso que debe hacer. ¿Es un super-héroe o una super-woman? No, sólo que tiene más desarrollado esa cualidad que otras y al final, cosecha grandes éxitos gracias a ella. Ser constante te ayuda a seguir en el camino trazado hasta llegar al objetivo, te empuja a que si te has marcado unas metas, las trabajes para que después puedas evaluar el proceso y tomar decisiones acertadas porque si dejas las cosas a medias, es complicado hacer evaluaciones objetivas.
Así que si la constancia no es lo tuyo, lo más apropiado y beneficioso para ti es empezar a trabajarla. Y no solo porque con ella terminarás lo que empiezas sino que podrás sentir “en tu piel” la satisfacción de dar por concluidas esas tareas que te marcas y al llegar a los objetivos, estarás muy orgulloso de ti. ¿Qué en qué afecta esto? A mil cosas y emociones positivas pero a remarcar, la seguridad en ti mismo y desechar y alejar la idea de fracaso que aparece cuando no terminamos algo o lo dejamos a medias. Ese run-run de “debo hacer esto pero no puedo porque me aburre o no tengo ganas” desaparecerá y estarás más que feliz.
A mayor constancia, menor frustación.
Como solventar la falta de constancia
Ante todo, identificando que no la tenemos, la constancia. Cuando eres consciente de que te falta algo o de que no lo tienes muy trabajado, es entonces cuando podrás poner solución a ello. ¿Cómo saber si tienes falta de constancia? Eso lo sabes, tú te conoces y sabes si eres muy de terminar las cosas o de dejarlas cuando te aburres o no puedes más. Así que sé crítico contigo mismo e identifica si vas bien o no de constancia.
Cuando determinas que te falta, es el momento de ponerte manos a la obra.
Una de los tips más importantes y útiles que tienes que incluir en tu rutina es marcarte objetivos y metas asumibles en el tiempo, realistas y que te motiven. Seguramente me dirás que en todo trabajo hay momentos en los que ciertas tareas son de todo menos motivantes y que es justo ahí cuando la constancia desaparece pero es en ese momento cuando tienes que ponerte más a ello.
Otra de las claves es tener paciencia contigo mismo y darte un tiempo porque como en todo, la constancia también se trabaja y se ejercita día a día. No quieras pasar de cero a cien en un día así que tranquilo, ponte un propósito y ve trabajándolo.
También es útil que celebres tus logros. Si ves que has conseguido terminar algo que tenías bloqueado y abandonado por falta de constancia y por fin lo terminas, celébralo aunque sea bajando a tomar ese té o café que tanto te gusta. Son pequeñas formas de premiar tu esfuerzo y recompensarte.
Y siempre, cuando veas que la falta de constancia se va a apoderar de ti, inténtalo una vez más, dite a ti mismo que es un esfuerzo una vez más y uno más uno, suman dos y así, sucesivamente.