Revista Insólito

Los egoístas, esos seres fascinantes...

Publicado el 17 febrero 2015 por Iris Bernot @irisbernot
       Siempre me han inquietado y fascinado a la vez los egoístas, esos miembros de una especie que cada día abunda más en la tierra y que estoy segura que al final será el motivo de nuestra extinción como seres humanos. Me causan una mezcla de fascinación y terror por varias razones. Para empezar,  no consigo entender el origen de su ponzoñosa filosofía ni ese ahínco con el que se empeñan en hacer de ella un arte cada día de su vida, y para continuar, no entiendo cómo es posible que impongan el egoísmo como doctrina ante los demás mientras al mismo tiempo exigen generosidad a raudales por parte del mundo exterior. 
      Los egoístas, (que para quien no lo sepa son esos seres que viven por y para sus propios intereses sin importarles nada ni nadie más que el olor de su propio culo), viven empeñados en arrasar con todo para tener lo máximo posible en detrimento del resto porque no quieren entender que forman parte de un mundo colectivo, pero al mismo tiempo lloran cuando los demás les niegan algo o se decepcionan cuando descubren que alguien no les ama como ellos entienden que deberían amarles. Me fascina sobremanera su mente, esa que les lleva a pensar que la gente debe quererles porque sí, por su cara bonita, porque ellos lo han dicho o porque lo han dicho sus madres y padres, esos que los han criado para que salgan al mundo a destruirlo todo en su propio beneficio y que luego se quejan de que les muerden la mano incluso a ellos. Me da miedo esa falta de escrúpulos que tienen a la hora de conseguir lo que desean y la capacidad que muestran para mentir y engañar sin mover un solo músculo de su cuerpo. Es increíble, inaudito, colosal... Me maravilla ese cinismo que usan para decir a otros lo que les interesa para conseguir sus propósitos, es de premio Oscar. Yo creo que debería haber premios anuales para elegir al mejor egoísta, al que más cosas ha conseguido a lo largo del año a fuerza de jod... a otros, al que más mierd... ha contado para  colocarse en primera posición sin mirar a nadie y al que más se ha cagado en el resto para estar en su podio de amor a sí mismo. 
       Los que más me inquietan y fascinan de todos, porque no todos son iguales, claro, son esos que han vivido cojonudamente desde que han nacido pero que han adoptado una filosofía del "yo" y del " no te puedes fiar de nadie en este podrido mundo" y del " si no proteges lo tuyo te quedarás sin ello" que no tiene sentido alguno teniendo en cuenta que jamás han padecido carencias de ningún tipo. No es que el que haya sufrido carencias tenga que ser un asqueroso, pero me parece cuanto menos curioso que sean egoístas personas que siempre lo han tenido todo y que jamás han padecido nada por culpa de otros. También me parecen especialmente fascinantes los que pretenden formar parejas y familias bajo el yugo del egoísmo máximo o del "esto es mío y no lo toques", es inaudito que puedan coger ámbitos tan dados y necesitados de la generosidad y de la caja común como son la pareja y la familia y untarlos con sus bazofias favoritas, las del "mi sueldo es para mí", " si no tienes para un café te jod..." y " lo moderno hoy en día es la separación de bienes". Me cautiva que crean que en esta vida no se paga lo que se hace, que piensen que el Karma es una marca de ropa o algo así en vez de una ley universal que dice que lo que haces lo pagas y que crean que pueden exigir al resto una generosidad que ellos no han llegado a conocer ni en la televisión que ven por las noches cuando se duermen pensando en las masas de dinero que van a tener al final de sus podridas vidas, esas que suelen acabar con ellos dentro de ataúdes en medio de funerales a los que van cuatro personas y todas ellas ávidas de recabar la herencia que les toca .
       En fin... Me fascinan y me aterrorizan a partes iguales, que queréis que os diga... Cada día estoy más convencida de que son los que acabarán con el mundo tarde o temprano. No os equivoquéis. Ni las guerras, ni las hambrunas, ni las epidemias, son tan mortíferas como el ejército de egoístas redomados que se está formando silenciosamente a nuestro alrededor sin que nos demos cuenta y sin que seamos conscientes del peligro que entrañan. No sé a dónde nos van a llevar al final... No lo sé...
Los egoístas, esos seres fascinantes...
Los egoístas, esos seres fascinantes...

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