Hasta en Costa Rica, la prensa pretende silenciar la verdad. El Gobierno ha ordenado a la Radio católica Fides suspender una campaña publicitaria titulada "La fecundación in vitro atenta contra la vida". Parece que no les ha gustado en concreto el que una niña salga en un anuncio diciendo que mataron a sus hermanos en un laboratorio, "es crear una discriminación hacia las personas que nacieron por medio de la técnica".
Mientras tanto, tenemos la elocuencia de los datos que hablan por sí solos. En España, entre un 10% y un 40% de las parejas se desentienden de los embriones
congelados que se conservan en los centros donde se les ha practicado una fecundación in vitro. Solo en Cataluña, la única comunidad con un registro, hay más de 61.000 congelados, de los que el 23% (unos 14.000) llevan más de cinco años, según datos del Sistema de Información sobre Reproducción Asistida de Cataluña (FIVCAT.NET). Y el número no deja de crecer. En 2001 eran cuatro veces menos (El País, 22-IV-2011).
No es fácil encontrar una solución justa para los embriones creados en la FIV. Donarles para experimentación es algo que atenta contra la dignidad del embrión, que es un ser vivo perteneciente a la especie humana. Pensar que la solución sea la adopción es algo utópico, ¿quién va a querer adoptar a un embrión que ha pasado cierto tiempo en un tanque de crioconservación a -196ºC? Dejarles morir, tampoco parece ser una solución ética.
En realidad, cualquier aproximación a solucionar el problema pasa por la determinación clara de no producir más embriones de aquellos que se van a implantar. Mientras esto no sea algo real, se continuará favoreciendo el enriquecimiento de unos pocos (los accionistas de la clínicas de reproducción artificial), a costa de embriones que nunca llegarán a nacer.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 25 julio a las 16:57
es verdad extraño que mucha gente no quiere aceptar fecundacìón in vitro como una solución a los problemas de fertilidad