Libro: Los enamoramientos.
Autor: Javier Marías
Editorial: Alfaguara.
ISBN: 978-84-204-0713-5
401 páginas.
Precio: 19,50 € (12,34 € en versión
para e-book en Amazon)
He tardado en leerla, no por falta de curiosidad sino porque se puso a la cola de los no leídos, y yo en eso soy muy estricto: cada cual que espere su turno, por muy Javier Marías que se llame. Le tocó el turno este verano. La verdad es que no tenía referencias de Marías, salvo las que he leído o comentado con algunos amigos sobre su manera de escribir, y entre estos últimos los hay desde incondicionales admiradores, como mi profesora Antonia Molinero, hasta los que atufan la nariz como si les estuviera dando a oler amoniaco.
Si tuviera que resumirles el libro "Los enamoramientos", diría que es una obra que cuenta de una manera muy compleja una historia muy sencilla. Así de rápido.
Al final del libro, aparecen citas de algunos críticos intentando definir el estilo de Javier Marías. De todos ellos me ha llamado la atención W.G. Sebald, que dice de Marías que "Utiliza el lenguaje como un anatomista el escarpelo, para dejar al desnudo los más íntimos secretos del ser humano". Después de leerlo, les aseguro que es así de acertada la descripción.
El autor de "Tu rostro mañana", se mete en la piel de un narrador en primera persona, perdón, en este caso narradora, porque Javier Marías hace honor a su apellido y se convierte en María Dolz, la cual trabaja en una editorial (hábil selección de profesión para dar credibilidad a su manera tan refinada de expresarse). María va a desayunar cada mañana a una cafetería frente a la editorial donde trabaja y ahí contempla desde la distancia a una pareja: Miguel Devern y Luisa, a los que María da el nombre de "la pareja perfecta" siendo ella para ellos, sin saberlo, "La joven prudente". No se a ustedes, pero a mi me ha pasado, y mis desconocidos compañeros de café también tienen nombretes. Estos idílicos encuentros se ven interrumpidos de manera brusca por el asesinato de Miguel Devern a manos de un vagabundo. El libro, de hecho, empieza así, directo al grano:
"La última vez que vi a Miguel Desvern o Devern fue también la última vez que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo era en cambio una desconocida y jamás había cruzado con él una palabra."
Este hecho simple, sirve a Javier Marías para tirar de la madeja de los sentimientos, con mucha paciencia y oficio, y llevarnos hasta los más básicos efectos que la muerte produce en los que continuamos vivos: melancolía, dolor, aturdimiento, desesperanza,... Pero luego nos sorprende con una vuelta de tuerca poniendo un tema sobre la mesa: ¿es bueno que los muertos vuelvan al cabo de un tiempo? A priori pareciera que sí, pero eso traería multitud de problemas, porque las vidas continúan y no se puede volver atrás. A mi me recuerda en algo aquella película, 'Náufrago' protagonizada por Tom Hanks, en la cual este vuelve, después de que todos lo dieran por muerto, y encuentra que la que era su novia está felizmente casada con un dentista, y él pensaba que las cosas estaban como las dejó, cuando nunca es así, porque los vivos tenemos que rehacer nuestras vidas y seguir adelante, y mejor los muertos que se queden tranquilitos allí donde les ha tocado ir, por suerte o por desgracia. Javier no se vale de la película, pero sí del libro "El Coronel Chabert" de Balzac (del cual recientemente incluí una reseña) para ilustrarnos en esta suposición.
En la segunda parte del libro, Javier aborda otro tema: el enamoramiento en forma de construcción desde la nada y producto de los azarosos encuentros, o también como consecuencia de un plan premeditado, calculado, donde no hay que escatimar esfuerzos ni dejar nada al azar, porque todo vale a fin de lograr el ansiado amor: y cuando digo todo, es todo.
Yo he sentido al leerlo, que tiraba de una inmensa madeja y al final, sobre la mesa, quedaba un solo hilo, con su principio y su final. ¿Se puede ser tan minuciosamente preciso en la vida cotidiana para explicar los sentimientos? Afortunadamente, en la vida real esto no ocurre, tal como nos comenta en una entrevista Javier Marías, ya que terminaríamos todos locos (les recomiendo, sobre todo a aquellos que tienen inquietudes en escribir que la vean: es corta y dice mucho). Él da mil vueltas a una idea hasta que te dan ganas de decir algunas veces, "vale ya Javier, que ya lo he pillado, que no soy tonto" pero en otros pasajes te dan ganas de decir, "sigue Javier, sigue, lo he entendido, sí, pero me da igual, quiero que sigas" porque su dominio del lenguaje nos regala pasajes que bien parecen una sinfonía llena de matices.
Para los que no la hayan leído: si buscan al leer una novela acción, con muchos personajes, trama compleja e intriga. Si buscan esa novela que los enganche y les tengan que arrancar el libro de las manos. No es vuestra novela. Si por el contrario, sois del tipo de lector que disfruta de pasajes siguiendo las líneas del lenguaje bien escrito. Si son de esos lectores a los cuales les gusta llegar a conocer a los personajes hasta olerles el tuétano. Si tienen ganas de profundizar sobre temas trascendentes de la humanidad, como son el amor, la muerte o la envidia. Este es vuestro libro.
A mi me ha enamorado. Pero soy un lector fácil, y a veces me gusta leer un buen libro de acción y dejarme llevar, pero a veces me gusta rebañarme la mollera y disfrutar con la escritura.
Repetiré con Javier Marías, pero dejaré pasar un poco de tiempo. No es escritor para leer una novela tras otra.