Revista Opinión

“Los encadenamientos productivos en América Latina”, por Carlos Abihaggle

Publicado el 15 julio 2016 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las tendencias en el comercio internacional, la emergencia de nuevas clases medias y la deslocalización de algunas actividades productivas son algunos de los factores que nos obligan a reflexionar acerca de un enfoque renovado en la integración de América Latina y el Caribe.

Generalmente se ha hecho hincapié en la liberalización del comercio intrarregional a través de la rebaja de aranceles y la reducción de las trabas paraancelarias.

En los últimos tiempos, aparecen otros lineamientos relacionados con la necesidad de participar más activamente en las cadenas globales de valor. Ello se refleja, por ejemplo, en los protocolos comerciales que han firmado los cuatro países integrantes de la Alianza del Pacífico: Chile, Perú, Colombia y México.

En ese sentido, también encontramos referencias en el informe especial del Banco Interamericano de Desarrollo sobre integración y comercio que se realizó bajo la coordinación de Juan S. Blyde. El estudio destaca la presencia de dos factores esenciales para que se produzcan las articulaciones productivas: la presencia de capital humano en calidad y cantidad y una buena infraestructura de comunicaciones. Podemos decir que los países de América Latina y el Caribe cumplen en cierto modo el primer requisito y que están realizando inversiones importantes en torno al segundo.

Dentro de ese enfoque general que puede abarcar a diversos sectores productivos nos gustaría concentrarnos sólo en los relacionados con ciertos servicios y/o industrias de carácter intangible porque entendemos que pueden tener un potencial interesante de crecimiento al que no se le ha prestado la debida atención.

Se trata del Turismo, de las industrias creativas y de los convenios universitarios.

Turismo

Aparece como muy interesante la posibilidad de ofrecer al mercado los denominados circuitos turísticos integrados binacional o regionalmente. Europa es un buen ejemplo en ese sentido: ofrece paquetes turísticos que abarcan muchos países, diversidad de idiomas, culturas, paisajes, gastronomía, etc.

Según datos de la Organización Mundial del Turismo los países de América Latina y el Caribe recibieron 86,3 millones de turistas en 2014, que representa el 7,6% mundial. Se destaca México con 29 millones y el décimo puesto a nivel internacional. El ingreso anual supera los 79 mil millones de dólares. Y lo más interesante es que se estima que los destinos emergentes crecerán a una tasa superior hacia el 2030. China, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y la Federación Rusa son los principales emisores.

En ese contexto y teniendo en cuenta los recursos naturales y riqueza cultural de América Latina y el Caribe es interesante que se armonicen y coordinen acciones entre sus países para ofrecer circuitos integrados en el mercado mundial.

Economías creativas

Según una investigación realizada por Felipe Buitrago Restrepo e Iván Duque las denominadas industrias creativas/economía naranja representan más del 6% del producto bruto interno mundial.

América Latina genera más de 174 mil millones de dólares al año y da empleo a 10 millones de personas. Con una particularidad: tiene una balanza comercial y de pagos desfavorable. Exporta por 18 mil millones e importa por más de 28 mil millones. Si se agregan las regalías el déficit se eleva a los 16 mil millones de dólares al año.

Ello genera entonces un contexto favorable para el impulso de actividades relacionadas con los medios audiovisuales, arquitectura, diseño, software y muchos otros componentes de las denominadas industrias creativas.

Para aprovechar escalas y potencialidades de los recursos humanos aparece como muy favorable los encadenamientos productivos en torno a festivales de cine, teatro, música, producción cinematográfica, series de TV, etc.

Existen, por ejemplo, proyectos interesantes en torno a películas bi y trinacionales y ello alienta a avanzar fuertemente en ese sentido, con mayor razón cuando hay un mercado muy interesante en el mundo de habla hispana.

Español como lengua extranjera

En la última década ha aumentado significativamente la cantidad de convenios firmados por universidades latinoamericanas con sus similares de Estados Unidos, Europa y Asia destinados a la enseñanza del español como segunda lengua.

En general, han sido hasta ahora esfuerzos ya sea de una universidad o de un conjunto de universidades de un mismo país para ofrecer cursos en los que la enseñanza de la lengua se complementa con contenidos culturales, históricos y turísticos.

En los últimos tiempos han comenzado a analizarse la posibilidad de que dos universidades pertenecientes a países diferentes ofrezcan un único programa coordinado. O a través de una red de universidades.

Tiene mucho atractivo y en la medida que se superen a veces trabas burocráticas puede vislumbrarse un crecimiento acelerado de tales acciones en el futuro.

Conclusiones

Los encadenamientos productivos en general aparecen como muy promisorios para profundizar la integración de América Latina y el Caribe porque además favorecen el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas. En particular, los relacionados con el sector servicios pueden liderar ese proceso y consolidarse a través de las economías creativas, del turismo y de  la enseñanza del español como lengua extranjera.


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