En este Día del Maestro recuerdo muchas teorías que, históricamente, tienen un lugar entre las ciencias naturales, pero que en la práctica ya no significan nada, pues se trata de ideas erróneas, aunque, en su momento, fueron defendidas como realidades científicas. Unas más, otras menos, pero algunas, incluso, fueron propuestas por científicos serios, cuyos estudios no lograron prosperar.
A pesar de ello, estas ideas son consideradas importantes, para no caer nuevamente en el error de considerar teorías parecidas en el futuro. Algo que es difícil de alcanzar en las ciencias sociales o en la política principalmente. Estas son las cinco teorías más incorrectas que yo considero*:
V. Geocentrismo
Es natural que, al ver el movimiento diario del sol y la luna, se piense que la Tierra es estática, por eso esta idea fue concebida como realidad durante muchísimos siglos. Aun así, las civilizaciones antiguas ya tenían grandes conocimientos astronómicos, y reconocieron la diferencia entre planetas y estrellas.
El Geocentrismo decía que la Tierra era el centro del universo, fue originalmente defendido por los griegos Platón y Aristóteles (siglo IV a.C.), pero lo 'perfeccionó' el alejandrino Claudio Tolomeo (II d.C.). El sistema tolemaico daba un orden complejo a los cuerpos celestes, y, en orden ascendente, estaban en 'esferas' estos cuerpos: Luna, Mercurio, Venus, Marte, Sol, Júpiter, Saturno y las estrellas fijas. Como este sistema daba un lugar central a la Tierra, y desde luego al hombre, fue adoptada por la religión cristiana como creencia aceptable pero no dogma.
Pero el sistema tolemaico era complejo y no explicaba algunos fenómenos astronómicos. Por eso en el siglo XVII, y sin proponérselo, un médico italiano llamado Galileo Galilei, al usar su telescopio (que él inventó), descubrió, entre otras cosas, los cráteres de la Luna, los satélites de Marte y Júpiter, los anillos de Saturno, y desde luego, que es la Tierra y no el Sol, quien se mueve. Confirmando lo que Copérnico y Keppler ya habían pensado.
Al principio los descubrimientos de Galileo y su telescopio fueron aceptados de buena manera, hasta el punto que un clérigo expresara: 'La Biblia nos dice cómo llegar al Cielo, no cómo está hecho el cielo'. Sin embargo, Galileo cometió un grave error al publicar sus teorías en su libro El mensajero de las estrellas (en latín: Siderus nuncius), usando sustentos teológicos y bíblicos, proponiendo una visión diferente de éstos; lo que le valió ser juzgado por la Inquisición, para que se retractara. Toda vez que sus amigos le previnieron que no publicara sus teorías de esa forma, pero el italiano era muy terco, lo hizo, y se hizo acérrimos enemigos. Por eso se considera a éste, como el clásico ejemplo del combate ciencia-religión.
El caso es que, poco a poco, el heliocentrismo fue aceptado. Habría que entender el contexto histórico de los descubrimientos galileanos: un tiempo en que se tenía como superior el saber de la fé al de la razón, y que la misma 'ciencia' no se separaba de la teología, pues la tenía como sustento filosófico válido.
IV. Creacionismo u Origen divino de la vida y el universo
Esta teoría es un poco engañosa, porque, rápidamente, la asociamos a la creencia judeocristiana contenida en el libro del Génesis de la Biblia, y que ya está completamente descartada. Sin embargo, si se analiza bien, el Creacionismo abarcaría a las diferentes ideas religiosas del origen de la vida y el universo. Sea budista, hindú, maya, egipcio, nórdico, grecorromano,...
A pesar de ello, las teorías que hoy refutan científicamente al Creacionismo, aparecieron, no porque los científicos se hubieran propuesto hacerlo, sino que fueron el resultado de sucesivos y (aparentemente) aislados descubrimientos en diversos campos, que convergieron en postulados sobre el origen de la vida y del universo.
En el caso del origen del universo, esta sucesión empieza con el heliocentrismo, que desató una serie de descubrimientos que no despejaban todas las dudas, y al contrario aparecían más interrogantes. Isaac Newton pudo explicar la acción de la gravitación universal, pero no qué era; luego Albert Einstein resolvió ese asunto con su teoría de la relatividad, pero dejó preguntas que los descubrimientos de Georges Lemaitre y otros científicos, desembocaron en la Teoría del Big-bang o de la Gran explosión, en los años 30. Según este postulado, al principio toda la materia y el universo estaba concentrada en un punto más pequeño que un átomo, pero que en un momento determinado originó una explosión que dio origen al universo, y desde entonces éste se ha expandido a todas direcciones, hace unos 13.7 mil millones de años.
De la misma forma para el origen de la vida que comúnmente relacionamos con la Teoría de la Selección Natural de Carlos Darwin, a través de su libro El Origen de las especies, pero no es así completamente. Para refutar el creacionismo de la vida, tuvieron que converger diferentes descubrimientos en química y bioquímica, pues, si los microorganismos son los seres más primitivos y sencillos, su estudio interno era jurisdicción de esas ciencias, y no precisamente de la biología. Así apareció la Teoría Quimiosintética en los años 20, según la cual, la Tierra primitiva tenía por atmósfera: metano, amoníaco, hidrógeno y muy poco oxígeno y vapor de agua; que gracias a la acción combinada de la radiación solar, la actividad eléctrica y elevadas temperaturas constantes, con estas sustancias, permitieron que en los mares apareciera un 'caldo primigenio', de donde surgieron compuestos bioquímicos, y que a su vez originaron las primeras formas de vida, hace unos 4.5 mil millones de años.
Hoy día, hay quienes defienden la idea creacionista, particularmente basados en sus ideas religiosas. Mientras que otros, un poco más liberales, ven en la religión una metáfora de la perfección y complejidad de ese origen. Aun así, explicar los orígenes del universo y la vida, es algo muy complejo realmente, y, por el momento, no se puede estar seguro que en el futuro, otras teorías deshechen a la Gran explosión o la quimiosintética.
III. Los Cuatro elementos
Ante la impotencia de querer explicar la constitución de las cosas dio origen a esta teoría. Aun cuando los griegos Demócrito y Leucipo concluyeron en que las cosas estaban constituidas por átomos o partículas indivisibles, la teoría de los elementos fue más fácil de digerir. Esta teoría decía que las sustancias elementales de todo cuando existe son: el agua, la tierra, el fuego y el aire; y estaban asociadas a la dualidad amor-odio, y que las cualidades de éstas, se encontraban sintetizadas en la piedra filosofal.
La idea de los cuatro elementos y la piedra filosofal era sustentada por primitivos químicos conocidos como alquimistas, y su 'ciencia' alquimia. Estos alquimistas, muchas veces, eran farsantes que abusaban de nobles y reyes, argumentando que podían obtener la ansiada piedra y así poder convertir el plomo en oro. Otros más, eran conocedores reales de fenómenos químicos, aunque no eran verdaderos científicos.
Cabe señalar que, durante en la Edad Media, la humanidad no era tan ignorante en los asuntos de la química, quizá solo Europa. Los árabes reconocieron al azufre como elemento, y obtuvieron alcohol por la destilación del vino. De hecho, muchas palabras relacionadas con la química, provienen del árabe: química, alquimia, alcohol, alcalino, alcano,...
Para fines del siglo XVIII, los descubrimientos químicos del francés Antonio Lavoisier, concluyeron en el reconocimiento de algunos elementos (como el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, etc.) y compuestos (agua, sal, etc.), y la postulación de la Ley de la conservación de la materia: 'La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma'. A partir de entonces se siguieron descubriendo otros elementos, hasta llegar a 92 (naturales) y concentrarlos en la tabla periódica.
Hoy sabemos que la piedra filosofal no es más que un mito, y que los cuatro elementos no son tales: el agua es un compuesto formado por hidrógeno y oxígeno; la tierra es una mezcla de diversos minerales, siendo en mayor medida de hierro; el fuego es una manifestación del calor, y que el aire es una mezcla de gases, particularmente nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, vapor de agua, etc.
II. Flogisto
No todas las teorías erróneas tuvieron su origen en la Antigüedad clásica, sino que otras fueron desarrolladas en la 'Era Moderna'; tal es el caso del 'flogisto'.
El flogisto, según se creía a mediados del siglo XVII y principios del XVIII, era una sustancia que permitía la inflamabilidad en las cosas, dando origen al fuego. Según los alemanes, Juan Joaquín Becher y Jorge Stahl, la presencia de flogisto era imprescindible para que la leña, el papel o cualquier otra cosa ardiera, y a medida que éste se consumía, se iba perdiendo. El nombre de esta supuesta sustancia deriva del griego φλογιστόν, que significa 'inflamable'.
Para estos alemanes, las sustancias, tenían en mayor o menor medida flogisto, excepto el agua. Dado que se sabía que sustancias como el mercurio aumentaban de peso durante la combustión, se consideró que el flogisto tenía un peso negativo; así, la sustancia se hacía más pesada al perder flogisto. Incluso se llegó a pensar que sustancias como el carbón y el azufre estaban compuestas casi exclusivamente de flogisto. De hecho esta teoría estaba vinculada con la idea de los cuatro elementos de los alquimistas.
Una vez que fue descubierta la acción del oxígeno u oxidación dentro del proceso de combustión, se deshechó la creencia en el flogisto, más o menos, a mediados del siglo XIX. Pues se confirmó que, para que haya fuego, se necesitan cuatro cosas (llamadas 'tetraedro de fuego'): oxígeno o comburente, calor, un combustible (papel, madera, gasolina, alcohol) y una reacción química para unir las cuatro anteriores.
Aun así, la teoría del flogisto es reconocida por ser de las primeras teorías que fueron postuladas usando el método científico.
I. Generación espontánea
Algunos libros la dan a conocer también como 'Autogénesis' o 'Abiogénesis', como para que suene más científica. Esta es una de esas teoría antiquísimas, pues Aristóteles ya la describía, pero, a pesar de los avances científicos del siglo XIX, siguió arraigada y defendida entre la comunidad científica.
El origen y explicación de este postulado, radicaba en la observación superficial de la aparición de animales como moscas, ratas o gusanos, de lugares fétidos y sucios, como la carne muerta, el lodo o incluso la ropa sucia; dando lugar a la idea de que la vida aparecía de 'la nada'.
La razón por la que está en primer lugar, es porque, a diferencia del Heliocentrismo (que decayó con los descubrimientos hechos con el telescopio), la Generación espontánea continuó a pesar de los descubrimientos hechos por el microscopio, en el siglo XVII. Al contrario, alentó y justificó la 'abiogénesis', pues se decía que los microorganismos surgían espontáneamente de 'caldos nutritivos'.
El médico italiano Francisco Redi fue el primero en intentar refutar esta teoría, en 1668. En cuatro vasos colocó muestras de carne muerta, y solamente dos vasos fueron cerrados herméticamente. Lógicamente, en los vasos abiertos aparecieron larvas de mosca y en los cerrados no. Sin embargo, se objetó el experimento, con el argumento de que los vasos cerrados no dejaron pasar el aire, principio fundamental para la vida, así que Redi, hizo nuevamente su experimento, pero sellando los vasos, esta vez con gasas, con el mismo resultado. Aunque sus sencillos experimentos rechazaban la 'generación espontánea', esta teoría persistió por al menos dos siglos más.
No sería hasta la segunda mitad del siglo XIX, que el francés Luis Pasteur derrotaría la 'abiogénesis', con sus experimentos en los famosos matraces cuello de cisne. A los matraces agregó cantidades iguales de caldo nutritivo (de carne), y los hizo hervir para eliminar microorganismos. Estos matraces con cuello en forma de 'S' permitían la circulación del aire, pero no a los microorganismos. Tiempo después, abrió uno de los matraces, por lo que su contenido se descompuso, mientras el que quedara intacto, permaneció como inicialmente. Hasta la fecha, se conserva ese matraz, con el caldo de cultivo dentro y completamente estéril, refutando definitivamente la 'generación espontánea'.
Desde luego, no son las únicas teorías que se han rechazado, y siendo más justos, los errores científicos no los cometen unicamente las ciencias naturales, también las sociales.
Cuando surgió el 'Capitalismo', se pensó que esa forma de producción iba a reducir la desigualdad social, lo cual fue al revés, y en los años 1920 y 2008 ha tenido crisis (Economía); la Geografía consideraba que sólo había tres continentes (Europa, Asia y África); y la Historia y Arqueología constantemente encuentra documentos que avalan o rechazan hechos que se consideraban como tales o, a veces, la reputación de las personas o hechos.
Así es la ciencia, toma una muestra de un todo, para tratar de explicar ese todo, pues no puede abarcar la inmensidad del universo.
*Aun recuerdo bien todas estas teorías porque estudié en Química, Física y Biología preparatoria en vez de Filosofía, Literatura, Lógica y materias más afines a la Historia... ¿en qué estaba pensando al entrar al área de ciencias químico-biológicas y no a humanidades?