Los esenios, nazarenos y nagas

LOS ESENIOS, NAZARENOS Y NAGAS   En EL LIBRO DE LAS SEÑALES, fue transmitida la información sobre el origen intraterreno del pueblo esenio y sus ligaciones con la Jerarquía. Varios seres hoy encarnados participaron activamente de núcleos esenios en la época anterior al advenimiento de Cristo. No obstante, la humanidad en general actualmente desconoce la verdad sobre los nazarenos y los esenios, y casi todos los estudiosos, incluso los antiguos, se refieren indistintamente a esos dos grupos, como si fuesen un mismo pueblo.   En medio de muchos datos inconexos, un libro de fragmentos de evangelios apócrifos hace referencia a los naassenos (otra denominación dada a esos pueblos antiguos), definiéndolos como miembros de una secta gnóstica que veneraba a la serpiente, y también dice que ese nombre se originó del hebreo nahas, que significa serpiente.   La misma energía revelada en algunos fragmentos captados por H.P. Blavatsky, Roerich, Alice A. Bailey, energía también presente en textos antiguos como los Vedas y los Upanishads, se manifestó en ese pueblo que vivió siglos atrás. Esa energía proviene de los Nagas, seres pertenecientes a la Fraternidad de Sirius y a la Solar que vinieron a este planeta como representantes de la sabiduría eterna y cósmica.   Los Nagas sembraron en el éter planetario y en otros niveles de consciencia patrones de conducta que en cada ciclo germinan, se desarrollan y dan frutos adecuados a la necesidad del momento. Esos patrones de conducta con absorbidos por los individuos que despiertan a realidades supramentales, individuos que a partir de entonces comienzan a construir interiormente una conexión entre su propia energía, la energía del reino humano y la energía planetaria, y la Fraternidad cósmica que irradia continuamente la luz de la vida divina.   De este modo, cada ser humano que ingresa en la senda evolutiva expande el canal de contacto de la Tierra con impulsos inmateriales. Al reconocer las posibilidades ofrecidas hoy, se puede percibir hasta qué punto a la humanidad le está siendo permitido penetrar secretos y misterios, no solo de la tarea del planeta en este sistema solar, sino también de la tarea de los seres humanos que se auto convocaron para la obra cósmica – que, obviamente, es más amplia que la del ámbito planetario.   Fuente: A los que despiertan, de Trigueirinho